El Tribunal Supremo Electoral está sometido a una excepcional tensión con los partidos este semestre. Y así como se negó la petición de obviar el requisito de los finiquitos para inscribir partidos, debe continuar con mano firme y denunciar esta burla a la ley electoral y a la inteligencia ciudadana. Uno de los casos es el de los “listados de financistas” presentados por Lider, PAN, Frente Amplio, ADN y Casa.
Que los informes de los financistas de los partidos serían una farsa, lo sospechábamos todos, pero que el TSE los presente como un logro de su administración, raya en el cinismo. Basta con ver los cinco informes y el monitoreo del gasto de campaña que hizo Acción Ciudadana desde octubre de 2010 hasta abril de 2011: Q58 millones, que aumentarán conforme se acerque septiembre.
Que Casa no haya recibido ninguna donación es mentira. Su excandidato, el ultraconservador Carlos Zúñiga Fumagalli pagó una serie de anuncios en muppies, que cuestan decenas de miles de queztales.
El Frente Amplio, tan demandante de transparencia para los otros partidos, asegura que recibe donaciones desde Q3.00 y vuelve a convertirse en una opción política que aporta adjetivos y poca seriedad al árido panorama político.
ADN pretende también que los ciudadanos crean que con donaciones entre Q5 mil y Q20 mil financiaron las mega-vallas en las que su candidata Adela Camacho de Torrebiarte anunciaba que estaba Unida por Guatemala (momentáneamente) con Harold Caballeros.
Pero los casos más dramáticos son los del Partido de Avanzada Nacional y el partido Libertad Democratica Renovada, quienes le siguen al PP y a la UNE en gasto de campaña. El secretario general panista Hugo Morán asegura que han recibido Q150 mil, cuando es evidente que el gasto de su presidenciable Juan Gutiérrez es de varios millones en televisión, vallas, Internet y periódicos. En círculos políticos estiman, sin ninguna prueba, que Gutiérrez despilfarrará US$25 millones en toda la campaña.
Y el populista Manuel Baldizón presentó un listado sin montos de contribuciones en el que resaltan sus familiares, sus súbditos parlamentarios y sus propias empresas, como BalVar o Línea Dorada. Tuvo la hidalguía de colocar en el lugar de los montos un espacio para el “status” de los supuestos financistas, colocándose él como “Doctor en Derecho”.
El TSE no puede presentar estos cinco informes como un avance en la transparencia sino denunciarlos como una burla a la ley Electoral y de Partidos Políticos y a los ciudadanos.
Desde esta tribuna recordamos la urgencia de transparentar los financistas de los partidos para detener la captura del Estado y lo indispensable de enjuiciar a los políticos que cometan delitos para depurar nuestro sistema político.