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Autoridades indígenas de todo el país han liderado el Paro Nacional indefinido, desde el 2 de octubre.

Organizaciones que lideran el Paro Nacional indefinido: «La dignidad nos convoca»

 «La última defensa del Estado y de los derechos, son las personas que estamos manifestando porque ya no tenemos instituciones que regulen»
«Nosotros sabemos por qué estamos aquí parados, sabemos por qué pasamos hambre y sed, estamos defendiendo nuestros derechos porque queremos dejar algo para nuestros hijos que vienen adelante»
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Organizaciones que lideran el Paro Nacional indefinido: «La dignidad nos convoca»

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El Paro Nacional fue una decisión tomada en consenso por distintas organizaciones y comunidades de todo el país. Ha durado más de dos semanas y, aunque se ha transformado y evolucionado con el paso de los días, sigue en pie. En medio de la pluralidad de pueblos que se han sumado para fortalecer este movimiento ciudadano, la  consigna es una: defender la democracia que ha sido amenazada durante todo el proceso electoral por acciones judiciales diversas. Exigir la renuncia de la fiscal Consuelo Porras, el fiscal Rafael Curruchiche, el juez Fredy Orellana y Cinthia Monterroso es el punto de convergencia de estas comunidades que, además, reconocen la necesidad de transformar problemas históricos como la corrupción y la desigualdad. Esta es una recopilación de las motivaciones y preocupaciones de los líderes de este movimiento.

Frente a la sede del Ministerio Público, ubicada en la zona 1 de la ciudad de Guatemala, conviven decenas de autoridades ancestrales provenientes de distintos departamentos del país. Son personas que, desde sus comunidades, han sido electas por la población para representar el sentir y pensar de una colectividad organizada. El poder que ostentan ha sido delegado por su pueblo y es también el pueblo quien se los puede quitar, en caso de que sus acciones no sean consideradas las adecuadas.  Así es como funciona su sistema social.

El Paro Nacional que inició  el 2 de octubre y sigue en desarrollo es una decisión de miles  de personas, pero el rostro visible de sus consignas son sus autoridades ancestrales quienes, para cumplir una responsabilidad adquirida ad honorem, han dejado familia, responsabilidades laborales y sus residencias para montar resistencia desde la ciudad.

Angelina Aspuac, representante del Movimiento Nacional de Tejedoras: «La dignidad nos convoca»

El Movimiento Nacional de Tejedoras es una organización de mujeres mayas, con representación en 20 municipios del país. Desde el primer día del paro nacional, se distribuyeron en distintos puntos de la ciudad de Guatemala, Quiché, Huehuetenango, Sololá, Alta Verapaz y Sacatepéquez.
 «A nosotras nos mueve a participar en las manifestaciones, la dignidad. La dignidad nos convoca», asegura Angelina Aspuac, la lideresa maya kaqchikel, quien representa al movimiento frente a la sede del Ministerio Público.

Involucrarse en estas acciones de protesta implica para las mujeres tejedoras una forma de expresar su rechazo a la cooptación de las instituciones públicas. «Había pocos funcionarios que guardaban cierta integridad y por eso, cuando sucedía algo así recurríamos a la Corte de Constitucionalidad con acciones de amparo, había alguna esperanza, pero ahora está cooptado todo y por eso no tuvimos más remedio que salir a manifestarnos, el pueblo está solo porque ellos tienen el control de las instituciones y utilizan las leyes a su favor para callarnos y reprimir las manifestaciones», asegura.

Los pueblos indígenas, dice la lideresa, han sentido en carne propia la injusticia del Estado.  «La última defensa del Estado y de los derechos, son las personas que estamos manifestando porque ya no tenemos instituciones que regulen», asevera.  Como mujeres, explica Aspuac, no es fácil unirse a las manifestaciones y dejar compromisos laborales y dejar a los hijos. «Hay dificultades, pero las compañeras están ahí, por eso molesta que personas desde las redes sociales solo comentan o descalifican este movimiento », añade.

 

Diego Santiago Ceto, alcalde indígena del pueblo maya ixil en Nebaj, Quiché: «Esta es una lucha bien analizada»

Diego Santiago Ceto es uno de los representantes de la población ixil en Nebaj que, desde el 2 de octubre, ha pernoctado frente a las instalaciones del MP. Lo hace, explica, en respuesta a su mandato como autoridad ancestral.«Esta es una lucha bien analizada, no es que salimos de un día para otro. Después de la primera vuelta electoral nos reunimos para analizar por qué se estaba judicializando el proceso electoral. Salimos a votar pero resultó que se empezó a judicializar el proceso electoral», explica.

Según el líder, la decisión de salir a las calles fue una propuesta que vino desde la población indígena, fue una decisión consensuada. «Nos coordinamos a nivel nacional y decidimos que debía ser una lucha prolongada, un paro indefinido, lo teníamos muy claro », relata. El inicio de estas acciones fue una decisión tomada desde las comunidades y el rumbo que tome dependerá también de la población. Sin embargo, algo que es claro, dice el representante, es que esta es una manifestación pacífica en la que no se permiten daños a espacios y edificios públicos.

En cuanto a las motivaciones de la población ixil para unirse a estas acciones, agrega: «Estamos luchando contra una estructura del Estado. La corrupción está enquistada en las instituciones, la lucha es larga y por eso hemos dicho a estos cuatro personajes que renuncien, pero vemos que se aferran. Hemos sacrificado a nuestra familia, no estar con ellos, nuestro trabajo, pero es un mandato que nos ha dado la población. Aquí no solo decide el pueblo ixil, nos reunimos autoridades a nivel nacional».

La población ixil, concluye, está decidida a continuar con las acciones, las cuales han sido motivadas por convicción y no por una compensación económica. «Dicen que estamos pagados y estamos siendo pagados por el pueblo que nos da alimentación, cobijo, abasto para estar aquí y en las carreteras», aclara.

 

Alberto Tuy, alcalde indígena de Los Encuentros, Sololá: «Sacrificamos a la familia, pero también lo hacemos por ellos»

A Alberto Tuy se le quiebra la voz cuando habla de su familia, a quienes no ve desde que empezaron las acciones de protesta para solicitar la renuncia de la fiscal Consuelo Porras y otros funcionarios que han atentado contra el orden constitucional.  

«Tomamos la decisión hace dos meses cuando se venían ocurriendo violaciones a derechos con la gestión de la licenciada Consuelo Porras. Vimos la injusticia, el pueblo se molestó y nos convocó para saber qué podíamos hacer», relata el líder. Durante los últimos meses, recuerda, las organizaciones indígenas han enviado oficios e interpuesto amparos para ser escuchados. Sin embargo, no recibieron respuesta de parte de las instituciones.

«Si nos tomaran en cuenta, como dice la Constitución, con mucho gusto, no hay bloqueo. Vimos en riesgo a la democracia, veíamos dos caras al gobierno. Este fue un consenso del pueblo», insiste.  

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Para Tuy, así como para cientos de personas que dejaron sus hogares para ubicarse en distintos puntos del país, participar en este movimiento implica sacrificar compromisos importantes como la familia.

«Sacrificamos a la familia, pero también lo hacemos por la familia. Yo quiero que mis hijos vivan en una democracia transparente, pura», dice Tuy, mientras intenta contener su llanto. Una de las convicciones del líder es que, pese a las dificultades, «vale la pena sufrir unos días, sacrificar el trabajo, las cosechas» con tal de motivar un cambio y así lograr que la situación en Guatemala de un giro hacia un mejor rumbo.

 

Rolando López Crisóstomo, coordinador del Consejo del pueblo maya mam en San Marcos: «Esta problemática no es coyuntural, es estructural, institucional e histórica»

Desde el 2 de octubre, desde el departamento de San Marcos, Rolando López y su familia se unieron a las acciones de protesta en rechazo a las acciones inconstitucionales que se han promovido desde instituciones del Estado. Luego, López se sumó a las decenas de personas que hacen resistencia frente al MP, en la ciudad capital.

«Los pueblos originarios siempre han estado en condiciones de desigualdad económica, los pueblos han sufrido históricamente el racismo y la discriminación de parte del Estado. Otro de los problemas estructurales es la corrupción, ha sido un problema histórico que ha generado pobreza, extrema pobreza y desnutrición en todo el país», explica el líder al ser consultado por los motivos que lo empujan a manifestarse.

San Marcos, recuerda, es uno de los departamentos más grandes e importantes del país, pero también es de los más abandonados por el Estado. «Somos grandes, pero llegan solo en épocas de proceso electoral. Hay ausencia institucional, no se implementan políticas que respondan a las problemáticas sociales», explica.

Según López, aunque se han hecho señalamientos en contra de estas movilizaciones pacíficas, los participantes tienen claro que esta no es una lucha política. «Estamos aquí porque esta problemática ha sido histórica. No es coyuntural, es estructural, institucional e histórica. Estamos aquí porque es urgente y necesario que Guatemala cambie, que sus políticas y leyes tienen que ser construidas por representantes de los pueblos», aclara.

Como padre de familia, dice, ha dejado a sus hijos, su familia, esposa y padres, que superan los 70 años y dependen de él. «Estoy sacrificando a mis hijos y mi familia porque yo tengo que darles lo necesario a ellos para que no sufran. Yo los estoy sacrificando a ellos», relata.

 

Cecilia Méndez, alcaldesa de San Marcos La Laguna, Sololá: «Queremos dejar algo para nuestros hijos»

La población de San Marcos La Laguna, en Sololá, también es parte de las organizaciones que se han sumado para manifestar frente al MP. También lo han hecho desde su territorio.

«Como pueblo recibimos una convocatoria abierta por parte de autoridades ancestrales para unirnos. Como autoridades ancestrales sabemos nuestras funciones en cada comunidad y lo que nos motivó de estar en esta lucha es que ya estamos cansados de tanta corrupción», explica Cecilia Méndez, alcaldesa indígena del lugar. Como líderes decidieron ubicarse también frente al MP debido a que identifican esa institución y edificio como parte de la raíz del flagelo de la corrupción.

Parte de las motivaciones para manifestar, explica la lideresa, es que han sido testigos de cómo las poblaciones indígenas han sido criminalizadas de forma injusta, por exigir sus derechos más fundamentales.«Por eso estamos aquí, hemos sacrificado hijos, trabajo, nos inventan que estamos recibiendo fondos para estar acá. Eso es una gran mentira, yo les quiero dejar bien claro que estas mentiras de verdad no existen. Nosotros estamos aquí porque realmente ya estamos cansados de tantas injusticias que nos persiguen por decir la verdad, exigir derechos, por eso nos están criminalizando», asegura.

Pese a las críticas e intentos por deslegitimar la protesta, concluye, seguirán siendo parte de esta iniciativa. «Nosotros sabemos nuestros derechos y sabemos por qué estamos aquí parados, sabemos por qué pasamos hambre y sed, estamos defendiendo nuestros derechos porque queremos dejar algo para nuestros hijos que vienen adelante », agrega.

 

Eduardo Hernández, autoridad indígena de San Francisco El Alto, Totonicapán: «Somos apolíticos, estamos defendiendo la democracia»

La corrupción es como un cáncer que avanza a paso acelerado a menos que se aplique un tratamiento adecuado, dice Eduardo Hernández, uno de los alcaldes indígenas que lidera el movimiento de resistencia desde Totonicapán, uno de los departamentos con mayor organización comunitaria a nivel nacional.

«Nosotros como alcaldes comunitarios somos apolíticos. Somos apolíticos, somos una organización en la cual nuestro pueblo nos elige como representantes, pero no tenemos nada que ver con la política. Nosotros no estamos acá por un partido político. Muchos dicen que nosotros estamos defendiendo a Semilla y no es así. Estamos defendiendo la democracia y creo que Guatemala salió a votar y eligió a su presidente, nuestro representante, más nosotros estamos acá viendo que se cumpla la democracia y la voz de Guatemala», explica, para aclarar cuestionamientos que han surgido para deslegitimar esta serie de manifestaciones.

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Para la población de San Francisco El Alto, Totonicapán, explica el líder, sumarse a un paro nacional implica pérdidas económicas importantes y también sacrificios personales. Sin embargo, la decisión colectiva ha sido apoyar este movimiento y no retroceder.«Yo le digo a mi pueblo que tengan paciencia, una lucha siempre va ser así. El cansancio siempre es evidente, pero sabemos que a través de un par de sueños nos recuperamos y que papá Dios siempre nos da esa fuerza para continuar, pues el ánimo no ha bajado y en señal de eso venimos a apoyar a todos los pueblos. Todos estamos acá», recalca.

 

Floridalma Ixtabalán, autoridad de La Esperanza, Quetzaltenango: «Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer?»

Desde hace algunas semanas, Floridalma Ixtabalán en compañía de otras autoridades indígenas provenientes del municipio La Esperanza, Quetzaltenango, se movilizaron a la sede del MP para acuerpar a las organizaciones que desde el 2 de octubre viajaron a la ciudad en rechazo a la gestión de varios funcionarios.

«Allá (en la Esperanza) se inició por iniciativa del pueblo, empezó con una manifestación en uno de los puntos principales de entrada y salida del municipio porque La Esperanza está ubicada en la CA1, carretera que conecta a San Marcos y Huehuetenango. Allá hemos estado, se levantó el sábado la manifestación, pero seguimos en la lucha, ahorita se están replanteando otras estrategias para seguir en la lucha», explica.

La decisión de la población en La Esperanza fue sumarse a los esfuerzos de manifestar desde la Ciudad de Guatemala para no afectar las actividades de la población en su municipio.  

Para la lideresa, la responsabilidad de las implicaciones de estas movilizaciones y sacrificios que cientos de personas están haciendo recae en las autoridades que se resisten a dejar sus cargos, en defensa de sus propios intereses. «Yo estoy aquí, igual que los compañeros, porque es un deber, es una obligación involucrarnos en los temas importantes del país. Claro, uno sacrifica recursos económicos, deja a la familia, sus compromisos, pero es nuestra obligación y tenemos que sacar un poco de tiempo para apoyar al país. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer? », cuestiona.

 

Mariano Gómez, autoridad indígena de San Andrés Sajcabajá, Quiché: «Decidimos atacar el problema desde sus raíces»

En el municipio de San Andrés Sajcabajá, ubicado en Quiché, la población también se une a los reclamos de justicia y las exigencias de renuncia hacia funcionarios que han actuado en contra de lo establecido por la ley. Mariano Gómez, autoridad ancestral de dicho lugar, explica que durante varias semanas se unieron a la resistencia desde su departamento. Sin embargo, la población dio un giro en su actuar y decidió sumarse a la manifestación que desde hace semanas se formó frente al MP.

«No tendría sentido bloquear nuestras propias carreteras, vemos que el impacto económico es crítico entonces por eso que desde hace dos semanas empezamos a unirnos con este movimiento de la capital ya que es aquí donde está el problema. Siempre digo que hay que buscar de dónde viene el problema, nosotros cuando vemos un árbol que ya empezó a dañarse si empezamos a cortar las ramas, no habría una diferencia, pero ya cortándolo desde la raíz vemos si puede dar buenos frutos. Por eso decidimos atacar el problema desde sus raíces», explica Gómez.

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El líder asegura que Quiché forma parte importante del movimiento de indignación por la justicia y en contra de la corrupción.

«A nivel personal sacrifico mi negocio, mi familia, mis labores diarias… Estamos haciendo todo lo posible para estar aquí, no es fácil porque estamos agotando recursos para poder estar por lo mismo de nuestra inconformidad con este funcionario que no está cumpliendo con su deber como debe de ser», añade.

A criterio de Gómez, las acciones del presidente Alejandro Giammattei demuestran que no toma en serio las peticiones de las comunidades indígenas. Pese a su indiferencia, concluye, la resistencia continuará de parte de la población de Quiché.

 

Nicté López, alcaldesa indígena en Santa Lucía Utatlán, Sololá: «Este es un golpe de Estado, una dictadura»

Cuando la población de Santa Lucía Utatlán, Sololá, decidió unirse a las movilizaciones ciudadanas recientes sabían que su lucha no les tomaría un par de días, sino que sería un esfuerzo de semanas e incluso meses. Nicté López, alcaldesa indígena del municipio, relata que fueron advertidos de esto antes de tomar acciones. «La alcaldesa sí nos aclaró que iba a ser una lucha de mucho tiempo porque vamos a tocar donde están ellos, donde está ese sistema corrupto y no vamos a hacerlo en dos o tres días, no es igual que botar una ley», cuenta.  A pesar de eso, tomaron la decisión de sumarse debido a la gravedad de la situación política.

Los acontecimientos suscitados durante todo el proceso electoral fueron el detonante de su preocupación.«Nos dimos cuenta que esto es como un golpe de estado, una dictadura de nuestros pueblos y los que van a sufrir más son los pueblos indígenas y eso es lo que nos motivó a seguir», asegura.  Su resistencia, dice, es una defensa al voto sagrado de la población. En su comunidad, la lideresa dejó a sus tres hijos, de 10, 8 y 3 años de edad. «Mi motivación es que no puedo dejar que mis hijos digan: ¿por qué mis papás no lucharon, por qué no pensaron, por qué no alzaron la voz? », expresa.

Los días que han vivido lejos de sus casas y sus familias, dice López, son un sagrado que cientos de personas están haciendo. En ocasiones, confiesa, se han sentido cerca del colapso. Sin embargo, reflexiona: «es mejor que estemos unos cuantos meses, unos cuantos días en la calle manifestando que cien años de condena con este sistema, con esta dictadura». Es ese sentir el que mantiene los ánimos de la población elevados, a pesar de las dificultades.

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Tomás Saquic, autoridad indígena de Chichicastenango, Quiché: «No nos vamos a mover hasta que nos escuchen y tomen la decisión»

Después de sumarse a memoriales y documentos en los que las comunidades indígenas expresaron su rechazo a distintas acciones que, a su parecer, atentan contra el orden constitucional y la democracia del país, las autoridades de Chichicastenango se unieron para participar en movilizaciones masivas y plantones en la ciudad de Guatemala. «Los que estamos aquí somos autoridades, venimos 300 autoridades», cuenta Tomás Saquic, autoridad en dicho municipio.

Durante más de 15 días de protesta, cuenta, las personas involucradas en las movilizaciones no han recibido un pago y han dejado de lado sus actividades laborales, mediante las cuales sostienen a su familia. «Todos los que estamos acá tenemos familia, hemos dejado familias y no solo eso, nuestras propias familias están sufriendo con nosotros porque los que estamos acá no hemos ganado un centavo ni nos están financiando con algo. Estamos sufragando nuestros propios gastos en nuestros bolsillos. Nuestras familias también han sido perjudicadas», aclara.

Pese a las dificultades, insiste, la decisión del pueblo en Chichicastenango es permanecer firme con esta causa, sin dar un paso atrás.«Aquí no nos vamos a mover para nada siempre que ellos tomen la decisión, nos escuchen, exigimos que nos respeten y que esas cuatro personas renuncien», insiste.

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