[field_foto_galeria_portada]
Ir

MGF: una práctica cultural que viola los Derechos Humanos

La mutilación genital femenina (MGF) es un término genérico que comprende diferentes procedimientos como la extirpación total o parcial de los genitales externos de la mujer u otro tipo de intervenciones en sus órganos sexuales sin justificación médica.
La OMS estima que 92 millones de niñas de 10 años han sufrido la MGF en África. En solo 22 países del continente existen leyes contra esta práctica.
Tipo de Nota: 
Información

MGF: una práctica cultural que viola los Derechos Humanos

Palabras clave
Historia completa Temas clave

Cuando Jack Sabadgou abandonó Ghana para mudarse a Suiza hace 10 años, dejó a su hija pequeña al cuidado de su madre. Ahora quiere recuperarla, y corre contra el tiempo para salvarla de la mutilación genital.

-Por Jonathan Migneault y Berlinda Chochoe Nortey- La niña, Yuma, ahora tiene 13 años, y vive en la aldea de Bawku, en el norte ghanés, donde perviven prácticas tradicionales como la llamada circuncisión femenina. 

Cuando a la abuela de Yuma le diagnosticaron cáncer de mama, ella atribuyó la
enfermedad a espíritus malignos que, señaló, la castigaron porque su nieta no
había sido circuncidada.

"Es una enfermedad", dijo Sabadgou desde su hogar en Suiza. Señaló
que su madre no entendía que el cáncer no tenía nada que ver con espíritus
malignos ni con su nieta.

"No quiero perder a dos personas", afirmó, tratando de contener las lágrimas.
"Las amo a las dos".

La mutilación genital femenina (MGF) es un término genérico que comprende
diferentes procedimientos como la extirpación total o parcial de los genitales
externos de la mujer u otro tipo de intervenciones en sus órganos sexuales sin
justificación médica.

La práctica fue prohibida en Ghana en 1994, y es condenada por la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS señaló que la ablación solo causa daños en las niñas. Puede provocar
infecciones recurrentes en la vejiga y en el tracto urinario, quistes e
infertilidad.

Pero, en aldeas como Bawku, la práctica continúa intacta.

La desesperación de Sabadgou para salvar a su hija es evidente.

Sabadgou regresó a Ghana a comienzos de febrero para solicitar la custodia
legal de Yuma, y así trasladarla a Suiza. Luego de completar el papeleo, habló
con los líderes de la aldea para pedir que detuvieran la MGF, pero sus reclamos
cayeron en oídos sordos. Ahora se encuentra en Suiza esperando el resultado de
su trámite.

En las regiones norteñas de Ghana, la MGF es generalmente practicada entre
diciembre y febrero. Sabadgou cree que tiene hasta fines de este año para
salvar a su hija de la ablación.

Florence Ali, presidenta de la no gubernamental Asociación de Ghana para el
Bienestar de las Mujeres, ha sido la única aliada de Sabadgou en este país
africano.

Antes de dedicar su vida a la lucha contra la MGF, Ali fue partera. Muchas de
las mujeres que asistió, así como los bebés que llevaban en sus vientres,
murieron debido a complicaciones causadas por la ablación.

Una mujer no pudo parir por las cicatrices de su vagina. Ali no contaba con los
equipos necesarios para realizar una cesárea, y por tanto la madre y su bebé
murieron.

La directora del Departamento de Infancia, Mariama Yayah, dijo que la MGF era
practicada en Ghana para privar a las mujeres del placer sexual y con el
argumento de que de esa forma eran leales a sus esposos.

Muchos ghaneses del norte consideran que la mutilación es parte normal en la
vida de una mujer.

Sabadgou planea regresar a Bawku en diciembre para tratar de convencer a las
mujeres jóvenes de la aldea que la práctica es dañina.

"Va a ser una lucha. No va a ser fácil", admitió, y explicó que nadie
en la aldea apoyaba su postura contra la MGF. No obstante, está dispuesto a
continuar su lucha hasta las últimas consecuencias.

Los responsables de las ablaciones en Ghana pueden ser condenados a entre cinco
y 10 años de prisión si son juzgados. Pero las autoridades no hacen lo
suficiente para detenerlos, dijo Sabadgou.

La OMS estima que 92 millones de niñas de 10 años han sufrido la MGF en África.
En solo 22 países del continente existen leyes contra esta práctica.

En 2008, la Asamblea de la OMS aprobó una resolución contra la MGF.

Ali recordó que, en 2011, una asamblea de líderes africanos en Malabo, Guinea
Ecuatorial, apoyó el borrador de una resolución de la 66 sesión ordinaria de la
Asamblea General de la ONU para prohibir la MGF en todo el mundo.

"Esperamos que en la próxima reunión de la Asamblea General obtengamos una
prohibición mundial de la MGF", señaló.

Para Sabadgou, la lucha contra la circuncisión femenina comienza con la toma de
conciencia. "Necesitamos hablar sobre el tema. Debe comenzar ahora",
afirmó.

Sostuvo que los medios de su país no hacían lo suficiente para denunciar la
costumbre y propuso que las autoridades de las regiones norteñas de Ghana
discutieran el tema en el parlamento.

El Departamento de la Infancia realiza tareas de defensa de las niñas, pero sus
recursos son limitados.

La organización de Ali tiene aun más carencias. Cuenta con una pequeña oficina
cerca del patio de recreo de una escuela en Accra, donde juegan cientos de
niños y niñas, obligándola a elevar la voz cada vez que está discutiendo un
tema.

"No es fácil combatir la MGF, pero todavía estamos luchando para
eliminarla del sistema", señaló. "Tenemos un largo camino por
recorrer. Todos tienen un papel que desempeñar".

*Este artículo es parte de IPS y es reproducido con su autorización por Plaza Pública.

Autor
Autor