Ir
Juan Alberto Fuentes Knight, economista y exministro de Finanzas, autor de La Economía Atrapada. Simone Dalmasso

«La economía atrapada» de Fuentes Knight

Aquí hay una relación con el Estado, una cuestión interesante y ambivalente, porque el Estado no les gusta, pero sí lo usan.
El Gobierno de Guatemala sí paga sus deudas religiosamente, en vez de arriesgarse con un pequeño emprendedor.
Tipo de Nota: 
Información

«La economía atrapada» de Fuentes Knight

Historia completa Temas clave

¿Los emprendimientos tienen alguna oportunidad en Guatemala? En esta conversación con Plaza Pública, Juan Alberto Fuentes Knight, economista y exministro de Finanzas, retrata las ventajas con las que crecieron algunas de las más grandes empresas de Guatemala, y las desventajas que eso provoca para emprendedores y exportadores no tradicionales que, insiste, son quienes salen al mercado en verdaderas condiciones de competencia, sin los beneficios de monopolios u oligopolios. Las barreras a la competencia existen, son sólidas y desequilibran el mercado para quien empieza desde cero.

El exministro de Finanzas presenta un libro cargado de anécdotas, investigaciones y análisis económicos que retratan en un formato sencillo cómo, históricamente, un pequeño grupo recibió tratos preferenciales de los gobiernos de Guatemala. Hoy, décadas más tarde, esa misma élite articula un discurso de fobia al mismo Estado que le permitió ser gigantes. Al contrastar los datos las ironías se retratan solas.

El autor explica que el libro está escrito para poder ser leído por quienes no tienen especialización en temas económicos. Aunque para entenderlo mejor, es importante tener claras cuatro categorías a las que hace alusión constantemente, y que ayudan a entender a los actores económicos de Guatemala según su contexto, los beneficios con los que creció, o las desventajas con las que le impide posicionarse.

1. Gestores de poder: son los que más poder concentran, producen para el mercado interno pero en condiciones de competencia imperfecta, en términos de monopolios. Altamente concentrados donde tienen ganancias muy altas precisamente por ser monopolios u oligopolios, pero para el mercado interno. Están incluidos sectores industriales como la cerveza, cemento, aguas gaseosas, bebidas alcohólicas, también productos metálicos. El autor los asocia a las grandes familias Castillo Novella, Gutiérrez, consorcios familiares como los Leal y los Campollo.

2. Exportadores Rentistas: son los que producen y exportan, pero con base al acceso a tierra y a recursos naturales al agua. La renta viene de ese acceso privilegiado que tienen a esos recursos naturales. Están incluidas el azúcar, la palma y el banano.

3. Magos: son los exportadores no tradicionales que están en mercados ya competitivos, tienen que participar donde prevalece la competencia porque son mercados internacionales. Aquí están los exportadores de vestuario de textiles, de vegetales, de frutas, también de servicios incluyendo turismo y centros de llamada u otros servicios de negocios.

4. La infantería: produce para el mercado interno, pero en condiciones de competencia. A diferencia de los gestores de poder que están en condiciones oligopólicas, aquí está la mayoría de la gente, desde productores agrícolas de maíz, frijol, hortalizas hasta productores industriales pero pequeños, como tortillerías, panaderías, carnicerías, servicios, de alojamiento.

En la siguiente conversación el autor lo explica a fondo.

El libro está lleno de anécdotas, específicamente de cómo los grupos de poder o élites lograron consolidarse en la economía guatemalteca a costa del Estado. Mi primera duda es ¿ya le hicieron algún reclamo? La élite es bastante… sensible ante la crítica, por así decirlo.

(risas)

No, no he tenido ninguno y he tenido en cambio reacciones favorables de empresarios, pero de los que yo clasificaría como parte de los magos, en particular de los exportadores no tradicionales.

Empecemos por la infantería. Estamos en una época en la que hay una narrativa en torno al coaching que te dice «tú puedes, si tú quieres, si lo visualizas este auto de lujo va a ser tuyo». ¿En Guatemala realmente tienen oportunidad los emprendedores o la infantería?

Bueno, ahí es bueno saber específicamente quiénes son. Ahí está la agricultura, o más bien la agricultura familiar, que son familias que producen frijol y maíz con acceso a muy pequeñas propiedades. Generalmente no alcanza con eso.

Uso el ejemplo de una familia donde está el esposo, la esposa, la abuelita y los hijos. El esposo trabaja en la agricultura pero también en una finca o trabaja en construcción; luego la esposa probablemente trabaje también en una tienda; la abuelita produce algún telar que también venden; y los niños probablemente trabajan también en la agricultura, el huerto familiar.

[relacionadapzp1]

Ese es un sector grande de la población guatemalteca y eso son emprendedores en condiciones bien difíciles, pero generalmente no tienen acceso a crédito, no tienen acceso a asesoría, no tienen acceso a tierra que en el caso de ellos es lo más importante. Tienen acceso al mercado de manera limitada, a veces los canales de distribución son limitados, entonces es realmente bien difícil para ese grupo.

Como lo explica en el libro, una de las «ventajas competitivas» para estas familias es la autoexplotación.

Sí, exacto. Hay un economista ruso que estableció una categoría y los clasificó como una empresa que no era capitalista, porque no tenía asalariados, y tampoco eran capitalistas en el sentido que tenían ganancias. Los miembros de esa familia tienen la función tanto de emprendedores como de trabajadores, entonces eso genera ingresos mixtos.

A veces tienen la capacidad de competir por eso, por la autoexplotación, porque hay un componente básico que es el de los familiares no remunerados, simplemente. Los niños que no les pagan nada, o la esposa tampoco le paga nada y ahí a duras penas van saliendo. Producen a precios bajos, pero ganan poquísimo, esa es efectivamente la ventaja que tiene el costo de mano de obra muy barato, muy bajo.

Hay otros. Están los que trabajan en tortillerías, los que trabajan en servicio de comida, en la calle. Con poquísimo capital, poquísima capacidad de defenderse y ahí, además, compitiendo con las grandes empresas en lo que se refiere a la producción de comida en particular. Enfrentan dos mercados diferentes: está el de la pura competencia, donde están ellos produciendo sin ninguna ventaja realmente y basándose en los precios bajos de su mercancía; y luego están los consorcios que producen bienes y más procesados, desde Tortrix hasta cualquier otra cosa, con una publicidad masiva, con canales de distribución propios. Ahí está Super 24, La Torre, que les da una tremenda ventaja. Eso lleva el concepto de barreras a la competencia.

Una de las barreras más importantes es lo que llama la diferenciación de productos y la publicidad que va junto. Hay cantidades masivas de publicidad, eso crea una ventaja, el consumidor se acostumbra a consumir cierto tipo de productos, entonces lo tiene cautivo. Aparte de eso hay otras barreras como el acceso a capital, el acceso a cierta tecnología y la escala, porque en la medida que producen más también sus precios van bajando, sus costos van bajando.

Todas esas son barreras a la competencia de la cual habla la Teoría de Organización Industrial, hay toda una corriente de pensamiento ahí. Estos grandes consorcios tienen esas barreras, la capacidad de manejarlas, invadir mercados y desplazar a todos estos otros que están en mercados de libre competencia.

Que son barreras creadas porque crecieron blindadas históricamente, y que no hay forma de ponerse a nivel de estas personas…

Sí, y tiene que ver con algo que está en el libro que es la falta de competencia, y de una Ley de Competencia, porque precisamente eso regularía ese tipo de barrera.

La infantería debe competir contra canales de distribución exclusivos, y eso uno lo ve en una tienda donde solo puede comprar un tipo de cerveza o un tipo de agua gaseosa. Esa es una barrera a la competencia. Por ejemplo, para los productores de cervezas artesanales es imposible vender en un montón de tiendas porque no pueden entrar.

[relacionadapzp2]

En una tienda Super 24 jamás podrían vender…

Exacto, es una barrera a la competencia que hace muy difícil que estos emprendedores, que yo creo hay un montón con la idea de serlo, pero que es tremendamente difícil cuando uno ya toma en cuenta esas barreras.

La infantería está frente a empresas que tuvieron el apoyo del Estado por medio de políticas públicas retratadas en el libro, me llamó particularmente la atención la familia Herrera, ¿nos puede contar esa historia?

Bueno, es Manuel José Herrera el que funda ese inmenso consorcio. Debe haber sido un personaje muy interesante de conocer, hace más de 150 años.

Fue coronel en el ejército de Justo Rufino Barrios, fue Ministro de Fomento (equivalente al actual Ministro de Desarrollo), fue miembro de la Asamblea Constituyente, fue miembro de la Asociación de Amigos del País.

Combinaba un papel de político con un rol de empresario, él fundó Pantaleón y, «por casualidad», el tren que construyó el Estado pasaba frente al ingenio. Es parte de esos pequeños arreglos.

Fue más allá. También fue él quien formuló el reglamento de jornaleros (el proyecto previo a la Ley de la Vagancia) que estableció condiciones para que campesinos, y especialmente los indígenas, trabajaran en situaciones realmente cercanas a la esclavitud. Era para asegurar mano de obra para los cafetaleros en particular. En esa época él también era cafetalero, también tenía ganado, tenía azúcar, caballos de raza.

Yo le llamo ‘una persona con iniciativa’, pero que se agarró del Estado. Era un amigo de Justo Rufino Barrios, le abre las puertas y le permite hacer de todo. 

¿Fue solamente ese empujón, o fue una influencia constante de los gestores de poder para lograr consolidarse más de 100 años después?

Yo creo que es una combinación de un estatus de monopolio que consiguen por parte del Estado, porque ellos consiguen que les dé privilegios, que no les cobre impuestos y que prohíba la competencia. Ese es el caso del cemento, es el caso de la cerveza.

En el libro argumento que lo lamentable es que no hubo una política precisamente para promover varios empresarios, el emprendimiento en ese sentido que se usa hoy. Por el contrario, solo apoyaron individuos rodeados de sus familias que consiguieron un acuerdo o un trato privilegiado con el Estado. Entonces aprovechan eso para ir creciendo.

[frasepzp1]

Tienen monopolios y esos monopolios los mantienen a lo largo de la historia, primero es con dictadores como Estrada Cabrera. En el caso de Ubico, por ejemplo, (las tiendas) Paiz se vuelven un proveedor casi exclusivo del gobierno, o preferencial. Aquí hay una relación con el Estado, una cuestión interesante y ambivalente, porque el Estado no les gusta, pero sí lo usan.

A eso quería caer. El libro retrata constantemente una fobia al Estado, históricamente crecieron gracias al Estado, pero actualmente en la narrativa lo retratan como lo peor ¿sobre qué está basado este miedo?

Eso lo desarrollé en el libro. Guatemala, México y Chile son identificados como países donde se desarrolló fuertemente esa fobia contra el Estado por parte del empresario.

Es porque en los tres países hubo revoluciones interrumpidas tras un intento de expropiación de la propiedad. En México fue el caso de Lázaro Cárdenas, que impulsó una reforma agraria que solo se lleva a cabo a medias, pero que genera una tremenda oposición empresarial. Luego está Guatemala con la reforma agraria de Árbenz, donde el problema no es tanto de la Reforma Agraria sino el fracaso de la misma. Eso articula a los gestores de poder, antes habían distintos sectores como comerciantes, pequeños industriales, agrícolas que estaban fragmentados. La oposición al gobierno de Árbenz los unifica. En el caso de Chile es el gobierno de Salvador Allende, también tendría ese impacto sobre el sector empresarial chileno que es muy también antiestado, bueno, y neoliberal que explica toda la reacción neoliberal posterior.

Hay otro factor que es el de la guerra interna, que tiene dos hechos que inciden en esa fobia: uno es el papel del Ejército que compite o trata de competir con el sector empresarial en los setenta y parte de los ochenta. El caso emblemático ahí es el de cemento, donde el hijo de Carlos Arana trata de meterse, e incluso crece el rumor de que ellos participaron en el secuestro de una señora Novella en esa época.

Había una tensión muy fuerte, grupos militares que se estaban volviendo empresarios, compraron tierras; entonces existió ese temor a ese Estado casi despótico, le llamo yo, cuyo acceso estaban aprovechando estos militares para meterse al área económica.

Y el otro es la guerrilla. Unos grupos en particular secuestran y asesinan a varios empresarios en esa época, entonces hay una identificación de eso como comunismo y estatismo al mismo tiempo. Esas dos cosas refuerzan la fobia desde la época de Árbenz, y cuando uno analiza Guatemala a nivel latinoamericano, el miedo aquí es mucho más fuerte. No se implementa el neoliberalismo del mundo, aquí es algo más fuerte, todavía más agresivo.

El fracaso de la reforma agraria crea un enemigo en común, bastante parecido a lo que está ocurriendo en estos días: el enemigo en común después de la lucha contra la corrupción. También hay un reacomodo de las élites o reunificación porque, como menciona en el libro, después del fracaso de la reforma agraria dos años después nace el CACIF. Actualmente, después de aquella conferencia en la que vimos a todos los empresarios pedir perdón, se unifica todo y empieza una narrativa en contra de aquello que de nuevo se atrevió a desacomodarlo.

Sí, totalmente de acuerdo, incluso yo lo he expresado así. Lo que pasa es que en el libro no desarrollé esa idea, pero estoy totalmente de acuerdo y al final son tres factores: la reforma agraria, la guerra interna y CICIG.

Por eso me da duda que no le hayan mandado a reclamar las élites.

(sonríe)

Hay tres casos de cooptación y captura del Estado que menciona en el libro y que me parecieron interesantes: La Constitución, el Banguat y el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA), ¿cuál era el potencial de estas tres instituciones y cómo lograron atraparlas los grupos de poder?

El primero es el debate que se produce con los constituyentes de la época en los ochenta. Ocurre en un contexto en el que el mundo estaba comenzando a dominar el paradigma neoliberal.

Aquí era ya bastante fuerte la presencia de Manuel Ayau, la Universidad Francisco Marroquín ya tenía década y media de existencia. Él y un grupo tuvieron bastante incidencia, lograron incluir en la Constitución una serie de principios de legalidad y no doble tributación que hacen que cualquier reforma tributaria esté sujeta a ser evaluada con base en esos principios, y esto lo que significa es que le quita poder al Congreso para determinar los impuestos, porque si bien lo tienen, queda sujeto siempre a la aprobación de la Corte de Constitucionalidad que tiene que interpretar si la reforma tributaria aprobada por el Congreso cumple con esos principios que están en la Constitución.

[relacionadapzp3]

En ese sentido esa Constitución de Guatemala es muy exótica, porque tiene todos estos principios que uno no encuentra en ningún otro país, pero son maneras cómo la élite, a través de gente muy cercana a ellos, de intelectuales, logran que haya un control adicional al Congreso que no manejaban, y consiguen que el Estado tenga dificultad en obtener recursos.

Esto responde además a una visión teórica de un premio Nobel en Economía que se llama James Buchanan, él habla de la Constitución Fiscal, entonces dice que en las democracias la Constitución debe amarrar al Estado y especialmente lo fiscal, porque en las democracias hay una tendencia a que por la presión popular se aumente el tamaño del Estado, entonces esa es la lógica. En la práctica lo que pasa es que Guatemala está entre los países en el mundo con menor carga tributaria.

¿Y qué ocurrió con el ICTA?

Después de la aplicación de la estrategia nueva a partir de los 80s, que simplemente era reducir la protección agrícola, o en general la protección arancelaria, se le cortan recursos al ICTA, que es la responsable de investigación tecnológica. Eso debilita muchísimo al sector público agrícola, hace que estos pequeños productores-emprendedores incluso tengan que abandonar sus cultivos. No me sorprendería que mucha de esta gente se fuera de Guatemala como migrante.

Es decir, bajo ese paradigma Guatemala “es un caso de éxito”.

Sí, definitivamente esa es una manera de encadenar al Estado.

La segunda, también en la reforma constitucional de 1993, ahí se incluyó una disposición que le prohíbe al Banco de Guatemala prestar al gobierno central.

Eso también es bastante extremo, porque sí hay regulaciones en países que limitan la posibilidad de que un banco central haga eso, pero no es algo que se prohíba porque hay situaciones en que se reconoce que es necesario. Ahora, cuando digo eso no es que esté a favor de que el banco le esté continuamente dando crédito al gobierno, usando la maquinita como dicen, no. Pero sí hay momentos en que eso se necesita y que puede acudirse a eso, especialmente en momentos de crisis como el que tuvimos hace dos años, y también en el 2008-2009 se hubiera podido.

Lo hacen un montón de países, en Guatemala el gobierno no puede acudir al banco central, entonces tiene que acudir a la banca comercial. Eso explica en parte también el endeudamiento del gobierno con toda la banca comercial de Guatemala, el endeudamiento interno.

Banco Industrial es uno de los más grandes prestamistas del Estado y que se benefician de estos bonos.

Ahí entra el tema de los pequeños empresarios, porque a los bancos les conviene más comprar bonos del gobierno y tener un rendimiento seguro, no hay ningún riesgo. El Gobierno de Guatemala sí paga sus deudas religiosamente, en vez de arriesgarse con un pequeño emprendedor ahí que, aparte del costo de procesar la solicitud tiene un riesgo relativamente alto.

[frasepzp2]

¿Qué tendría que ser prioritario y hacia dónde deberían ir enfocadas las políticas públicas? ¿Una industria grande como las que tenemos, y que generan, en números, mucho más empleo, o apostarles a pequeños productores?

Ahí creo que es bueno a partir de los cuatro los cuatro grupos identifico aquí. Gestores de poder que están en la industria, en telecomunicaciones, en energía, en los sectores concentrados en grandes obras inmobiliarias. Segundo, los rentistas que están en azúcar, banano y palma, que son bastante productivos y competitivos, que tienen algo de investigación -por cierto, son los únicos que realmente tienen investigación importante-. Tercero, los exportadores no tradicionales que ahí hay una gama grande y que se han diversificado, especialmente las agrícolas que han tenido problemas, con sube y baja pero ahí van, con mucho productor pequeño cooperativas y turismo está ahí también. Y finalmente está la infantería, dónde está la mayoría produciendo para el mercado interno en condiciones de libre competencia.

Cuando uno toma las ganancias, ve que están concentradas en los dos primeros grupos, pero son quienes invierten una proporción menor de esas ganancias y no generan más empleo que los demás, al contrario generan mucho menos empleo que los otros dos grupos.

Los que generan más empleos son los exportadores no tradicionales y la infantería, además, los exportadores no tradicionales son los que más invierten de sus ganancias proporcionalmente. Luego le siguen a eso la infantería. Entonces a pesar de que son muy pequeños productores y tienen ganancias muy pequeñas, de todos modos hacen un esfuerzo por tratar de invertir.

Los datos demuestran que este grupo sí invierte un poquito, los emprendedores que están ahí tratando de sobrevivir, los que salen adelante, sí invierten algo.

Entonces, la clave está en que la infantería y los magos inviertan.

La clave estaría en un Estado que los favorece a ellos y no a los dos primeros. Yo tampoco estoy proponiendo que destruya los dos primeros, no, pero sí que le dé un tratamiento preferencial a los exportadores no tradicionales y a la infantería. Con crédito, acceso a tecnología, investigación con subsidios incluso, y que cese de estarle dando un tratamiento preferencial a los gestores de poder y exportadores rentistas. Al mismo tiempo el Estado debe permitir que actúen de manera totalmente libre, sin barreras, sin restricciones, sin política de competencia, sin una política ambiental fuerte, sin regulación del agua.

Para los gestores de poder sí hay libre competencia, pero no frente a los demás. El Estado no les exige casi nada.

Es decir, pasaron de un modelo en el que el Estado facilitaba todas las condiciones, ahora a un Estado que ya en ningún momento ni siquiera se está acercando a incomodarlo.

Y que no les cobra impuestos tampoco.

En todo este ecosistema hay un elemento que es una especie de soporte a la infantería: las remesas ¿Los migrantes tienen la posibilidad en algún momento de llegar a cambiar este sistema, tomando en cuenta que es riqueza general completamente ajena a estos grupos a estos gestores de poder? ¿o por el contrario son un constante desfogue a los síntomas a los males que está produciendo esta economía atrapada?

La migración es fuerte, más del 10% de la población. Yo creo que eso refleja el fracaso y una estrategia de desarrollo. El hecho de que tanta gente deba salir porque no consigue empleo decente refleja un fracaso.

Yo creo que pueden contribuir obviamente, e incluso ahí lo menciono en el libro, ojalá se aprovechara como inversión extranjera lo que pueden traer empresarios de afuera. Hay casos como Marcos Antil, ojalá hubieran varios como él que vuelvan o nos mantengan comunicados con mercados externos y con inversiones externas.

El problema es que cada año hay 200,000 jóvenes que cumplen 18 años, y de esos 200,000 unos 40,000 o menos son los que consiguen empleo, entonces quedan más de 150,000 sin empleo, sin posibilidades de empleo. Aquí en Guatemala además la educación no da como para ocupar a esos 150,000 tampoco, porque ya la mitad de esos ya abandonaron la secundaria. Entonces, tenemos una masa de jóvenes que cada año está entrando al mercado, supuestamente, porque no hay mercado.

Tenemos un proceso de expulsión de mano de obra y eso se junta con otro factor que es el de atracción de mano de obra de Estados Unidos, eso también lo destaco bastante aquí. No es solo Guatemala la que está expulsando, también es Estados Unidos que está atrayendo, entonces es una responsabilidad compartida. Hay un flujo casi que natural hacia el país que tiene la ventaja salarial, en los Estados Unidos el salario mínimo es 10 veces mayor que el de aquí.

Y con este contexto ¿Hay alguna esperanza para cambiar el escenario?  ¿Cuáles podrían ser esos factores que podrían detonarlo?

Creo que los magos y la infantería son muy dinámicos y podrían ser el eje de un crecimiento diferente, muy incluyente en Guatemala. Es gente que si se le da la oportunidad sí puede salir adelante, pero tiene que cambiar el Estado para poder apoyarlos.

Tiene que ser un Estado ya no encadenado, sino orientado a facilitarles el trabajo a ellos, sin que sea un Estado todopoderoso, porque eso tampoco es la propuesta. Que tenga un papel catalítico, incluso que pueda servir para articular esfuerzos de sectores filantrópicos no gubernamentales, etcétera. Apoyar a esos dos sectores debe ir desde créditos, subsidios, asesoría técnica, hasta contactos con negocios afuera.

Es decir, no está todo perdido para los emprendedores.

No, no, para nada, yo no quiero dar ese mensaje.

Autor
Edición
Autor
Edición