Retrocedamos
Como ahora se puede retroceder en el tiempo, volvamos a ese 9 de mayo y recordemos algunos fragmentos de las palabras que según mi parecer fueron las más esperadas y escuchadas, no por su novedad, sino por la firmeza y convicción con que fueron pronunciadas.
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Jazmín Barrios: Muy bien señor acusado. ¿Quiere decir alguna cosa más? Puede decirla.
Rios Montt: … Bien. Nunca autoricé. Nunca firmé. Nunca propuse. Nunca ordené que se atentara contra una raza, una etnia o una religión. Nunca lo hice y de todo lo que han dicho no ha habido ni una prueba que evidencie mi participación
… Yo me presenté voluntariamente al Ministerio Público para ser juzgado, porque yo quería que no se me dijera genocida porque nunca lo he sido y nunca lo he hecho. Nunca lo he ordenado. Nunca lo he pretendido. Nunca lo he hecho, y entonces me sorprende sobremanera que de una revista de opinión sacan un elemento de juicio para que abran causa procesal.
… Me declaro inocente, nunca he tenido intención o el propósito de destruir a ninguna raza o etnia nacional, mi situación de jefe de Estado fue específicamente para retomar el rumbo de la nación que ya estaba en la borda. Guatemala estaba en fracaso y, perdóneme señoría, la guerrilla en las puertas del palacio.
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Se vale soñar
Soñar no está prohibido. Por lo tanto, influenciado por los Tribunales de Justicia Restaurativa me atrevo de manera respetuosa a “alterar” lo leído y sin cursiva escribir lo que hubiese preferido recordar de ese día.
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Jazmín Barrios: Muy bien señor acusado. ¿Quiere decir alguna cosa más? Puede decirla.
Rios Montt: Bien.
Quiero antes que todo, ofrecer perdón a Dios y a la sociedad si en algún momento mis acciones como Jefe de Estado se tradujeron en asesinatos a ciudadanos inocentes e indefensos.
Ofrecer perdón a los soldados que por indicación de los planes Operación Sofía, Victoria 82 y Firmeza 83, se vieron obligados a obedecer acciones que resultaron ser masacres cometidas a población civil. Yo, como Jefe de Estado de aquel momento, asumo toda la responsabilidad.
De manera especial ofrezco perdón por el daño causado a la etnia Ixil, pues en nuestro afán de combatir a la guerrilla, influenciados por técnicas de los instructores estadounidenses, pensamos que al aplicar la táctica militar “tierra arrasada” pondríamos fin a la guerra.
Yo me presenté voluntariamente al Ministerio Público para ser juzgado, y me presento ante todos ustedes y ante todo el país de Guatemala para que juzguen mis acciones. Cualquiera que sea la decisión del Tribunal, me comprometo a poner todo de mi parte para ayudar al Estado de Guatemala a reparar el dolor de los familiares que siguen sufriendo la pérdida injusta de un ser querido.
Estoy consciente que cualquier acción que realicemos será insuficiente para sanar las heridas del pasado, pero tal esfuerzo debe servir para que en el futuro nunca se autorice, nunca se firme, nunca se proponga y nunca se ordene atentar con otro hermano guatemalteco.
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¿Justicia Restaurativa en Guatemala? Mientras le damos vueltas a la respuesta, termino citando a Juan Pensamiento Velasco tal y como escribió en su columna, “Preguntas, aportes, opiniones, disensiones, sacadas de madre, todo lo que genera debate al respecto, señores, lo agradezco infinitamente. Nos URGE salir de esto (pero agotándolo, no pasándolo por alto) para llegar a lo verdaderamente importante: por qué esto ocurrió”.
* http://www.mij.gov.co/econtent/library/documents/DocNewsNo1775DocumentNo3798.PDF
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