Los grandes problemas sociales, las piedras grandes de la pecera, deben ser resueltos, ya que no prevenidas por un Estado fuerte (nadie está diciendo que grande) y el modelo de Estado que tenemos ahora es muy lejano y diferente del que se necesita; la inseguridad alimentaria, la vulnerabilidad ambiental, la inseguridad potenciada por el narco terrorismo, etc. no son temas que resuelvan los mercados ni lo no gubernamental; es campo de las políticas públicas y para ejecutarlas y hacerlas migrar...
Los grandes problemas sociales, las piedras grandes de la pecera, deben ser resueltos, ya que no prevenidas por un Estado fuerte (nadie está diciendo que grande) y el modelo de Estado que tenemos ahora es muy lejano y diferente del que se necesita; la inseguridad alimentaria, la vulnerabilidad ambiental, la inseguridad potenciada por el narco terrorismo, etc. no son temas que resuelvan los mercados ni lo no gubernamental; es campo de las políticas públicas y para ejecutarlas y hacerlas migrar a Políticas de Estado se necesita dinero.
Si a lo anterior agregamos que por definición se entiende que la tributación en una sociedad es el precio que se paga para una buena y armónica convivencia, ¿por qué existe un criterio común que une a prácticamente todos los guatemaltecos sin importar clases, ideologías, etnia o religión; y ese es que ninguno queremos pagar más impuestos?
Porque la percepción ciudadana se aproxima a que es inútil pagar más. Piensa que funcionarios corruptos, obra pública deficiente, un aparato burocrático inútil y haragán, un rosario de asignaciones preferenciales y otras razones se llevarán sus impuestos. Y el sentir la incapacidad del Estado para resolver y prevenir los problemas que mencionábamos le da la razón.
Y es que la honradez y la eficiencia en los funcionarios, el aseguramiento de la calidad en la obra pública y otros aspectos similares aunque obligatorios, no serían suficientes. Es la misma estructura estatal la que no se encuentra en capacidad de responder a las necesidades básicas de la población y ha vuelto estructural la ineficiencia gubernamental.
Se debe hablar claro, acá el orden los factores sí altera el producto: primero se debe emprender la reforma del Estado e inmediatamente la reforma fiscal. No es posible seguir arrastrando un barril con fondo agujereado al que se intenta llenar con un cuentagotas. Esto es perverso para la sobrevivencia del Estado y la convivencia social.
Más de este autor