Puertazo

Y esto es normal. O, de cierta forma, puede decirse que es algo positivo. “Si en algo ha avanzado Guatemala” –me comentaba un amigo que regularmente promociona este tipo de eventos “es en la calidad de sus eventos. Hasta mis contactos de Costa Rica se quedan con la boca abierta de ver los DJ’s que vienen a Guatemala. Somos un referente regional”

O como decían en una discusión en Facebook “a las promotoras les ha costado muchos años de trabajo alcanzar ese nivel”, lo cual no pongo en tela de duda. De este trabajo, sin embargo, me costaría distinguir claramente cuánto ha sido adquirir expertise organizativo y cuánto obtener el favor de las licoreras. ¿O serán ambas la misma cosa?

Por mi parte, lo que sí tengo claro es que para Semana Santa buscaré otras alternativas, si no es que me quedo en casa a descansar. Y creo que hay muchos guatemaltecos que están en las mismas y para quienes puede tener algún valor esta recomendación.

¿Por qué no me entusiasman los mega-eventos patrocinados por las licoreras? No fue hace tanto tiempo que pasé por la universidad y no me escapé de asistir a dos o tres. Son eventos abundantes en guaruras enojados con chalecos negros y escasos en oportunidades de entablar conversaciones –quizás por la manía de dividir a la gente en espacios VIP, súper VIP y ultra VIP. Se la puede pasar uno bien siempre y cuando siga el famoso consejo de Miguel Ángel Asturias sobre la vida en Guatemala y el alcohol.

Más atractivas, en cambio, encuentro estas opciones de turismo comunitario, las cuales además le permiten votar con su bolsillo premiando modelos de producción más justos e igualitarios –al menos durante ese par de días que el “sistema” le permitirá ser soberano y decidir libremente qué hacer con su tiempo y dinero:

• Eco Hotel Reserva Maya (Lagunita Salvador): Si quiere de verdad desconectarse un rato, ésta es su opción. Es un pequeño hotel con habitaciones tipobungalow construidas sobre un manglar en una de las lagunas que constituyen el refugio del Manatí en Izabal. No hay señal de celular. La sola construcción del hotel es un espectáculo natural, al cual se añade la posibilidad de nadar en la laguna y navegar en kayak. La laguna forma un espejo natural que le garantiza varias fotos dignas de su profile picture. A menos que madrugue no le garantizo ver manatíes, pero cuando nade y sienta las corrientes de agua caliente, podrá sugerir –medio en broma y medio en serio- que dicha agua proviene del manatí. Deberá llevar su propia comida, pero todo es tan barato que bien puede pasar unas vacaciones increíbles en familia por menos de Q1,000.00, ello mientras apoya a la comunidad q’eqchí que sostiene el proyecto.

• Parialaj: Se trata de un centro ceremonial maya, ubicado en Chimaltenango. Aquí podrá conocer mucho de las prácticas ancestrales mayas y su cosmovisión. Se le ofrecen visitas guiadas por un templo y participación plena en los rituales ancestrales y en los proyectos de la comunidad. Y por si esto no es suficiente, tienen caballos y cocina tradicional. Visítelos en su página web para más información.

• Asociación Nuevos Mayas: De todos los proyectos que surgieron en el área Ixil tras la firma de los Acuerdos de Paz, éste es uno de los pocos que sobrevive, gracias a que está gestionado por los propios comunitarios. Es un proyecto amplio de desarrollo –con componentes de formación y seguridad alimentaria- pero incluye también un pequeño hotel, el cual puede reservar llamado a los datos de contacto en su página web. Para llegar acá, debe atravesar 40 minutos de terracería después de Nebaj, pero el lugar está increíblemente bien acondicionado. Y una vez haya llegado, podrá convivir todo lo que quiera con las familias de la aldea Xix que rodean a las instalaciones de la Asociación. No lo decepcionarán, pues es una de las pocas aldeas en el área ixil tan bien acostumbradas a la presencia de visitantes.

• Unicornio Azul: Es un proyecto turístico en Huehuetenango, famoso por sus paseos a caballo y los increíbles paisajes de la Sierra de los Cuchumatanes. Este lugar le ofrece el paquete completo, desde el alojamiento en una posada vecina hasta el tour por la sierra. Pero no me crea, mejor visite su sitio web, que además está muy completo y fácil de entender.

Y hay muchos más, es tan sólo cuestión de buscar o preguntar. Así que si usted es como yo y no se siente cómodo yendo a la décima edición del “evento más grande de Centroamérica” tiene aún muchas opciones. En ningún caso lo que encontrará será perfecto, pero –si a eso vamos- menos perfecta es aún la experiencia de hacer una enorme cola para entrar y para pedir su trago o quedarse en una esquina esperando el siguiente trolley bus que lo lleve del parqueo a la entrada–ambas experiencias a las que usted se arriesga en uno de esos grandes eventos de las licoreras.

Mejor tómesela tranquilo, conozca un poco mejor su país y –en por pequeñísima que sea- mande una señal clara sobre la forma en que usted desea que sean las cosas en Guatemala, más allá de los días de Semana Santa.