Yo empiezo a sentir que cada vez se pone más difícil, que nos estamos deshumanizando y que las cosas que están pasando son malas, muy malas.
Ayer, bajo cántaros de lluvia, una amiga muy querida me contó qué estaba pasando en el Colegio Alemán. Y es que tengo días de estar viendo en las redes sociales un movimiento que hasta anoche no me era claro. Lo que está pasando es, en palabras de mi amiga, «vergonzoso». Yo creo que es más que eso.
Ahí les va el resumen. Dos jóvenes de 14 años acosaron a una niña de 11 años al punto de que esta filmara un video de su vagina. Posteriormente, los jóvenes subieron el video a Youtube. El colegio entendió este acto como una falta de disciplina y, como era de esperar, los dos alumnos fueron expulsados.
Las sanciones son el resultado del incumplimiento del deber establecido en la norma. Son la reacción que tiene la autoridad para protección del resto de la comunidad. Para un alemán, esto es incuestionable. Es la consecuencia de una acción. En materia penal, los menores de edad son inimputables, es decir, no pueden cometer delitos y no se van a la cárcel, ya que se considera que no son capaces de entender qué están haciendo, que no tienen la madurez para ello. Este tema es discutible. En otros países, los niños de 14 años como estos sí pueden ser condenados penalmente. Aun cuando en Guatemala ellos no pueden ser juzgados, estos jóvenes sí eran sujetos de sanciones de conducta y el colegio estaba en obligación de expulsarlos. ¿O cree usted que lo justo era que se quedaran en el colegio y que todo siguiera como si nada hubiera pasado?
Aparentemente hay papás, abogados, jueces y autoridades que consideran que es derecho de esos jóvenes permanecer en el colegio. Acusan a este de violar sus derechos y, aunque usted no lo crea, hay procesos penales en contra de las autoridades de la Asociación Alejandro Von Humboldt.
Hay tantos temas derivados de este caso. Siempre creo que la víctima es lo más importante. Y supongo que esa niña quedó sumamente afectada, ya que estos jóvenes la dejaron sin dignidad. Es muy importante para los niños y jóvenes desarrollar su identidad sexual, reconocerse en esa etapa, y esto seguramente la marcará para siempre. Fue usada como un objeto sexual.
Creo que al final de cuentas los jóvenes estos también son víctimas de unos papás sin valores, que no les enseñan que sus actos tienen consecuencias, que no les enseñan a respetar a los demás, que si ahora hacen esto ni quiero imaginarme qué van a hacer cuando tengan 24. Están aprendiendo que la justicia se compra. Igual que la madre de Roberto Barreda, estos padres ponen la cara y se justifican ante los inhumanos actos de sus hijos. Estos papás están usando el sistema de justicia alegando que sus hijos tienen derecho a que los inscriban de nuevo en el colegio, con lo cual ponen en peligro a los demás alumnos con unos monstruos como los que ellos han creado.
De nuevo el sistema judicial corrupto de Guatemala se presta a este jueguito de familias poderosas y por un problema disciplinario educativo está ridiculizando al país. Imagínese usted: los ciudadanos alemanes, en plena crisis económica, mediante el pago de sus impuestos, subvencionan un colegio en Guatemala que en lugar de invertir en educación está envuelto en un lío legal. Si yo fuera alemana me moriría de la rabia.
Yo, como guatemalteca, me muero de la rabia y condeno a esos papás, abogados, jueces y autoridades que se prestan a esta injusticia. Asimismo, condeno a los diputados que se oponen a la reforma magisterial y amenazan a la ministra de Educación, Cynthia del Águila. Ya es momento de que nos demos cuenta de que el factor humano es lo único que nos va a sacar de este hoyo. La educación integral es importante. Enseñar a los niños y jóvenes que sus acciones tienen consecuencias es fundamental para que este país tenga esperanza.
Por el otro lado, doy las gracias a las autoridades del colegio por haber hecho lo correcto. Y por este medio apoyo al Colegio Alemán.
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