El próximo martes 25 de febrero, se cumplen quince años desde la presentación oficial del Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, denominado “Guatemala: Memoria del Silencio”. Este aniversario se ve marcado por un revisionismo, que posteriormente a la anulación de la sentencia del caso de Genocidio, busca desafiar el contenido, cifras y hechos de este informe, mientras se presentan obras que supuestamente contienen otras verdades.
El informe de la CEH debe ser c...
El próximo martes 25 de febrero, se cumplen quince años desde la presentación oficial del Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, denominado “Guatemala: Memoria del Silencio”. Este aniversario se ve marcado por un revisionismo, que posteriormente a la anulación de la sentencia del caso de Genocidio, busca desafiar el contenido, cifras y hechos de este informe, mientras se presentan obras que supuestamente contienen otras verdades.
El informe de la CEH debe ser considerado como un hito muy importante para la lucha de las víctimas del Conflicto Armado Interno, especialmente en su búsqueda de justicia. La CEH fue creada a través de uno de los Acuerdos de Paz, y se estableció con el apoyo del Sistema de las Naciones Unidas. Su misión fue investigar las causas que habían dado origen al enfrentamiento armado, esclarecer las violaciones a los derechos humanos y los hechos de violencia cometidos durante ese período, señalar los efectos que este conflicto había ocasionado a la sociedad guatemalteca y formular un conjunto de recomendaciones que contribuyeran a alcanzar la reconciliación nacional.
El Informe, presentado en 1999, contiene 84 recomendaciones, que constituyen un conjunto integral de medidas destinadas a generar una transformación en la sociedad guatemalteca. La implementación de estas recomendaciones constituyen una agenda ambiciosa que, al igual que los Acuerdos de Paz, apunta hacia el fortalecimiento del Estado de Derecho, y la creación de una sociedad inclusiva. El nivel de cumplimiento de estas recomendaciones no debe ser reducido a la búsqueda de un porcentaje de objetivos cumplidos y no cumplidos –una especie de check list, que muchos periodistas, en su cobertura noticiosa, parecen darle prioridad absoluta. La valoración cualitativa de lo conseguido, especialmente a través de la labor profesional de los operadores de justicia comprometidos con el cumplimiento de sus funciones, constituye un muy importante acervo, que demuestra que la voluntad política sí puede existir.
La CEH estableció que las fuerzas del Estado y grupos paramilitares afines eran responsables por 93% de las violaciones a los derechos humanos, expresados en ejecuciones extrajudiciales y arbitrarias, desapariciones forzadas y masacres, mientras que la guerrilla fue responsable de un 3% de las violaciones, principalmente a través de ejecuciones arbitrarias, masacres, desapariciones, secuestros y privaciones a la libertad. Sin embargo, el Informe no contiene nombres de los responsables de los hechos. No los individualiza. Eso corresponde a fiscales y jueces.
El actual revisionismo pone en riesgo los avances conseguidos en justicia. Su defensa es inaplazable. Para eso, entre otros elementos, es necesario que el informe de la CEH sea difundido de la manera más amplia posible. La conmemoración del siguiente martes 25 no debe pasar por alto para todos aquellos que han apoyado la valiente búsqueda de justicia para las víctimas del Conflicto Armado Interno.
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