Hoy quiero compartir las conclusiones que el Grupo de Estudio del Instituto traslada:
“Los miembros del Grupo de estudio creen que la próxima fase de una relación regional- cual se destaca por ser fuerte, aunque compleja y desigual, iniciará con el reconocimiento de que Estados Unidos, México y los países centroamericanos pueden beneficiarse por medio de la cooperación pues estos beneficios son mayores a la suma de los esfuerzos individuales. Los elementos de este futuro son evidentes cuando se ven a través del lente del beneficio mutuo. Estos beneficios incluyen las complementariedades demográficas y del mercado laboral, crecimiento largo e inexorable en el intercambio y en los lazos comerciales que sustentan la creciente independencia económica.
La normalización de las relaciones migratorias dentro de la región es fundamental para lograr un proceso real en la mayoría de otras cuestiones importantes, incluida la cooperación orgánica contra los contrabandistas y otros que se benefician de la ilegalidad. Uno de los ingredientes clave para la normalización es reconocer y responder a una de las principales causas de la migración ilegal. La demanda de trabajadores de bajos salarios por los empleadores de Estados Unidos, y la incapacidad del sistema de inmigración del país para ajustar el suministro de visas de trabajo. El grupo de estudio considera que la respuesta más eficaz a las discusiones y recriminaciones sobre la inmigración ilegal en la región es una reforma fundamental de los sistemas de inmigración y un alejamiento cultural del concepto de “el norte” como rito de paso.
El grupo de estudio apoya firmemente los elementos del acuerdo político que se ha estado desarrollando sobre la reforma migratoria en Estados Unidos. Miembros del grupo se mantienen firmes detrás de una serie de principios fundamentales que parecen ser centrales en las prioridades de la reforma por un grupo bipartidista influyente en el Senado estadounidense y por la Casa Blanca y creen que estos principios deben encontrar camino en las similares iniciativas de reforma en toda la región.
El grupo de estudio está convencido de que las reformas migratorias que se adhieren a los seis principios anteriores pueden hacer una gran diferencia en la forma en que la inmigración tiene lugar dentro de la región y que puede restablecer la inmigración y las relaciones vinculadas a través de ella.
Los sistemas de inmigración exitosos requieren la plena participación tanto de todo el Gobierno como de toda la sociedad.
El grupo de estudio considera que no hay ningún desarrollo más prometedor para cada uno de los países de la región y para la región en sí, que el crecimiento en tamaño y en la confianza de las clases medias.
El orden económico y político, la estabilidad y un compromiso con la construcción de la infraestructura social necesaria, son los pilares de crecimiento continuo y prosperidad en la región.
El grupo de estudio urge a un compromiso inquebrantable con el estado de derecho y con las reformas institucionales que valoren la responsabilidad y la transparencia sobre todo lo demás.
México y los demás países de la región deben seguir centrándose en el fortalecimiento de sus reservas de capital humano, invirtiendo cada vez más y todo tipo de recursos para la ampliación y reforma de sus sistemas educativos y de formación.
El grupo de estudio pide esfuerzos concertados de cada país de la región a invertir sistemáticamente en el capital humano de su pueblo.
El crecimiento económico regional y la demanda de competitividad exige a los países a pensar más cerca de lo que cada uno puede contribuir al atractivo económico de la región y a construir infraestructuras físicas complementarias y de capital humano que puedan contribuir a esta meta.
Cada uno de los países de la región tiene que lidiar con los desencajamientos y el desorden inherente a la ilegalidad que ha definido las “relaciones de la migración” en los últimos 40 años.
El tráfico de drogas y la proliferación de la cultura de la droga presentan un grave problema para varios países de la región, ya que socavan la autoridad del gobierno y contribuyen a la intensa sensación de inseguridad personal en grandes partes de la región.
La seguridad fronteriza dentro y entre México y el triángulo Norte de Centroamérica debe evitar simplemente exportar el modelo de la frontera del sur de EE.UU. al resto de la región”.
En resumen y para mejor entendimiento, si no es con inversión en Capital Humano, ni siquiera el aprovechamiento de los flujos de migración hacia Estados Unidos será una opción viable en un futuro cercano para nuestros países, ¡ojo!; la materia atrasada sigue siendo nuestro Capital Humano.
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