No es la primera vez que arguyo acerca de esas analogías. El 15 de junio 2020 compartí en este medio: «Según Bárbara Tuchman, en la Europa del siglo XIV: “Se encontraban las huellas de los cascos de jinetes que no eran cuatro, como muestra la visión de san Juan sino siete: plaga, guerra, impuestos, bandidaje, mal gobierno, insurrección y cisma en la Iglesia. Todos, salvo la peste, brotaron de un estado preexistente a la Muerte Negra y se prolongaron después de haberse extinguido la pandemia”»[1].
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Creí ingenuamente que estas huellas, muy manifiestas en nuestro país tres meses después de haber sido declarada la pandemia de COVID-19, disminuirían cuando se pusiera en marcha un adecuado plan de inmunización y se adquiriera —como una obligación del Estado— no solo las vacunas sino todos los insumos necesarios (antivirales, material y equipo hospitalario) para hacer frente a la peste. Pero no fue así, la peste que ha significado el mismo gobierno ha sido peor que la COVID-19.
Revisemos las huellas de seis jinetes que campeaban por toda Europa en el siglo XIV y ahora lo hacen en nuestra patria.
1. Plaga (la pandemia). Guatemala ha pasado a ser un ejemplo mundial de cómo no se debe gestionar ni gerenciar una pandemia con relación a la mitigación de su impacto. El affaire de las vacunas Sputnik y la carencia —a la fecha— de vacunas Moderna (poniendo en riesgo la segunda dosis para niños de 6 a 11 años) es descomunal.
2. Guerra. Cierto, hay una guerra entre Rusia y Ucrania que amenaza la paz mundial y pone a la humanidad bajo el riesgo de un conflicto nuclear. Pero nosotros, distraídos como estamos con aquel conflicto —que al final resulta ser un pulso entre Rusia y la OTAN—, no vemos las guerras que se libran a diario en contra de los pueblos originarios de Guatemala. En El Estor sucede una de ellas. Y en otro escenario, se sigue magnificando el miedo a un comunismo inexistente para justificar, en nombre de un anticomunismo también inexistente, atrocidades como la persecución a fiscales y jueces probos. Se trata de una guerra del mal en contra del bien.
3. Impuestos. Según Lorena Álvarez/redacción elPeriódico: «El mandatario Alejandro Giammattei en los primeros dos años de su mandato exoneró de las multas y recargos a 455 contribuyentes que estaban morosos ante la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) por un total de Q384.3 millones»[2]. Yo pregunto, ¿por qué y a cuenta de qué? ¿Acaso no le han contado al mandatario cómo están los edificios de las escuelas públicas en el área rural? Él no tiene por qué regalar lo que no es suyo.
4. Bandidaje. Cada vez más insolente y desvergonzado. El colmo fue el asalto sufrido por el señor embajador de Suiza en Guatemala, Hans-Ruedi Bortis. Según Pavel Orellana y William Oliva, de Prensa Libre: «fue asaltado el 8 de mayo mientras descendía el Cerro de Oro, en Sololá»[3]. ¡Qué pena! ¡Qué vergüenza! Ni qué decir de los asaltos que todos los guatemaltecos sufren a diario y que no se denuncian por la ya sabida falta de acción de las autoridades competentes o por el temor de que en los organismos de seguridad estén enquistados los maleantes que dirigen esos asaltos.
5. Mal gobierno. Demás está recordar que, según la empresa Real Time Data, citada por Jeanelly Vásquez, de La Hora:«Alejandro Giammattei es el segundo presidente peor calificado de América»[4]. El problema es que un mal gobierno en época de crisis mundial significa muertes, muertes y más muertes.
6. Insurrección. Bárbara Tuchman se refería al levantamiento de los pueblos en contra de sus estados en Europa posterior al lapso de 1348-1350[5]. Yo temo sucesos similares a los que terminaron con el derrocamiento de Manuel Estrada Cabrera el 8 de abril de 1920. La pócima mortal tuvo tres elementos en aquella ocasión: pandemia, mal gobierno y el cansancio de la población. Vamos hacia el siglo XIV y durante esa regresión no sería difícil detenerse en octubre de 1944 o en abril de 1920.
Confío en que el gobierno le baje la presión a la olla y el buen juicio inunde a la población para no cometer actos reñidos con la ley. Dejar de lado el tan cuestionado préstamo de US$ 500 millones que el Ejecutivo pretende[6] sería una muestra de buena fe por parte de las autoridades estatales.
[5] Tuchman, Bárbara W. (1979). Un espejo lejano. España: Argos Vergara.
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