A pesar de que la violación sexual es uno de los crímenes más frecuentes, es también uno de los temas menos abordados en general. Nadie quisiera que ninguno de sus seres queridos —o la persona misma— fuera víctima de violación, pero el tema, igual, nunca se toca porque incomoda.
Lo complicado llega cuando sucede la agresión y no sabes qué hacer, no tienes a quién preguntar y tampoco tienes idea de cómo acceder a información sobre los pasos correctos que se deben seguir. Sería ...
A pesar de que la violación sexual es uno de los crímenes más frecuentes, es también uno de los temas menos abordados en general. Nadie quisiera que ninguno de sus seres queridos —o la persona misma— fuera víctima de violación, pero el tema, igual, nunca se toca porque incomoda.
Lo complicado llega cuando sucede la agresión y no sabes qué hacer, no tienes a quién preguntar y tampoco tienes idea de cómo acceder a información sobre los pasos correctos que se deben seguir. Sería estupendo que en la escuela se les diera a los niños y a las niñas (y a sus padres) una capacitación intensiva sobre cómo prevenir las agresiones sexuales, la cual incluyera un reconocimiento de señales de alerta que hay que atender para prevenir una agresión o qué hacer y cómo actuar en caso de violación. Sin embargo, sabemos que eso nunca sucederá porque existen grupos de personas que se oponen al derecho de los menores de edad a tener acceso a educación sexual y reproductiva.
Por ello debemos aprender y enseñar a prevenir un abuso e instruirnos sobre acciones que posiblemente logren impedir un posible asalto sexual. Por ejemplo, provocarse vómito (u orinar o defecar sobre la ropa que se trae puesta) puede disuadir la acción primitiva de búsqueda de satisfacción sexual.
Sin excepción alguna, todos deberíamos saber qué protocolos de asistencia a la víctima existen para exigir el cumplimiento de nuestro derecho en las instituciones del Estado, las cuales, tristemente en su mayoría, parecen hacer todo lo posible por desalentar este tipo de denuncias. Con tristeza he podido constatar gestos de desprecio, burlas, tosquedad, desdén y hasta risas morbosas de los agentes de justicia hacia la denunciante. Esto, sin contar que socialmente existe una cultura de silencio, heredada desde la Colonia, según la cual este tipo de violencia es una vergüenza o afrenta para la moral de una persona y de su familia.
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El sistema patriarcal perpetúa en silencio una supuesta supremacía masculina sobre el cuerpo de la mujer, y acomodadamente nos prestamos para asegurar que la víctima de agresión seguramente se lo buscó.
Todas las personas deben saber que, si así lo quiere, tiene derecho a:
- Atención profesional en salud física y psicológica inmediata.
- Pedir justicia y saber que este tipo de agresión es considerado un delito de alto impacto, por lo que puede iniciar una denuncia en tres instancias distintas. Lo mejor es hacerlo en el Ministerio Público en horas hábiles o en las fiscalías distritales (regularmente en cabeceras departamentales), donde se presta servicio las 24 horas y se debe tomar declaración de inmediato y dar una orden para que se realice un reconocimiento médico forense y una evaluación psicológica. También se puede hacer, sin importar la hora, en una estación de policía o en un juzgado de paz.
- Un examen médico. Para que este sea válido en un juicio, el peritaje debe ser realizado por el Inacif, el único que puede documentar legalmente las lesiones y pedir apoyo a la PNC para el traslado. Es importante que el médico obtenga toda la evidencia que haya quedado en el cuerpo, así que no debemos ducharnos ni lavarnos ninguna parte del cuerpo. También se debe procurar no orinar, cepillarse el cabello, comer, beber ni consumir ninguna droga. Si nos cambiamos de ropa, debemos llevar al Inacif, en una bolsa de papel, la que teníamos puesta en el momento del ataque.
- Atención inmediata y con protocolo especial de atención en los hospitales nacionales, donde además se debe proporcionar un kit para la prevención de profilácticos y de VIH posexposición.
Cuando pongas una denuncia, debes saber la diferencia entre violación y agresión sexual. Debes saber que el acoso aún no está tipificado en nuestro código penal. Del uso correcto de estos conceptos puede depender que tu caso prospere o quede en nada.
Estoy segura de que muchas personas desconocen estas acciones y creo que es importante estar informados para exigirle al Estado la atención necesaria.
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