De la urgente necesidad de hacer algo que llamara la atención de las indiferentes autoridades surgió la iniciativa de iniciar el ayuno. Al no haber un partido político o grupo organizado detrás de la acción de Brenda y Gabriela, todo surgió de la voluntad social. Poco a poco, en la medida en que la noticia fue creciendo, los colectivos llegaron al sitio del campamento.
De Panajachel, Sololá; San Bernardino, Suchitepéquez; Nebaj, Quiché; Quetzaltenango; La Puya, y varios lugares más llegaron representaciones para expresar su respaldo y agradecimiento. Delegados de los comités de Huelga de Dolores (los dignos), de las diversas unidades académicas de la Universidad de San Carlos (USAC), religiosos y religiosas, personas en lo individual (mujeres, hombres, niñas y niños) y organizaciones de derechos humanos se hicieron presentes para entregar saludos. Tito Medina, el trovador de la memoria, también acompañó con música las noches de resistencia.
Los cuadernos de visitas al punto de la huelga de Brenda y Gabriela recogen las palabras de las y los visitantes y, sobre todo, reúnen las esperanzas de quienes vieron en ese gesto la expresión de sus propios reclamos.
#HambrePorJusticia marca una jornada más desde el corazón ciudadano. Marca un momento de efervescencia del cansancio y del hartazgo social con el entorno político, que ha sido incapaz de cumplir su función. Lejos de garantizar la consolidación de la democracia y el desarrollo con equidad y justicia, ha sido vehículo para cimentar la exclusión, anular las libertades y las garantías, vaciar la democracia de contenido y chuparle hasta la última gota de aliento al famélico Estado de Guatemala.
Cual esfinges talladas en piedra, los liderazgos político-partidarios han traicionado la razón de ser de su función y hoy cosechan en tempestades los huracanes que sembraron con su accionar antiético y falto de profesionalismo.
Por ello, el reclamo de Brenda y Gabriela concentraba el de miles. Por ello, su decisión de entregar al TSE la demanda moral de cumplir con la ley también tiene el respaldo de miles que ven en esa posibilidad la opción inmediata de enmendar el camino.
La necedad de los ladrones de la democracia nos lleva casi inexorablemente al precipicio. Brenda, Gabriela, Helen, Claudia y Jorge, firmantes del petitorio, ofrecen a Guatemala, por medio del TSE, la posibilidad de iniciar una ruta distinta: la ruta de la decencia política y, sobre todo, la ruta del único Estado de derecho.
Ese que nos ha sido arrebatado por los mercaderes de la política, quienes han robado tanto que, como dicen las pancartas, nos han robado hasta el miedo. Este pueblo ha dejado de ser el pueblo aterrorizado y empieza a ser uno que se moviliza y levanta desde el corazón ciudadano.
Los cinco días de ayuno de las mujeres de Guatemala son también cinco días de reflexión para todas y todos. Son cinco días de recuperación de energías y de fuerza para mantener encendida la llama de la dignidad y poner en alto nuestra voz por la democracia. Gracias, Brenda y Gabriela, por mostrarnos un camino de entrega social. Recuperen sus energías y sigan en la senda del servicio a la comunidad.
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