Ahora abordemos los últimos dos.
4. Los SPS terminan con la pobreza
Verdadero, pero con limitantes. Los sistemas de protección social (SPS) promovidos por el Banco Mundial (BM) y sus socios buscan reducir la cantidad de personas que viven por debajo de la línea de pobreza (1.90 dólares estadounidenses al día por persona). Eso quiere decir que, técnicamente, una familia de cuatro miembros que vive con dos dólares diarios (Q1,850.00 mensuales, grosso modo) no es pobre para el BM. Sabemos que la canasta básica alimentaria familiar cuesta el doble del cálculo anterior (Q3,585.33 a julio de este año).
Todavía más: ninguna de las temidas y criticadas políticas de transferencias monetarias aspira a cambiar la estructura de la distribución de la riqueza. Quien habla de quitarle una casa o un automóvil a quien tenga dos no habla de ningún SPS conocido hasta ahora. Habla por ignorancia o mala fe.
Quedemos claros en algo: los SPS se diseñaron para reducir el número de personas que viven por debajo de la línea de pobreza extrema. Son apenas un instrumento propio del neoliberalismo para paliar los efectos sociales del ajuste estructural. No pretenden en ningún momento solucionar problemas socioeconómicos estructurales.
5. Los SPS están fundamentados en la gratuidad
Falso. En general, la seguridad social opera desde varias plataformas. Usted, que lee este artículo, seguramente se beneficia de alguna manera de la protección social.
La primera clasificación está entre sistemas contributivos (el beneficiario paga por servicios como el IGSS o el Irtra) y sistemas no contributivos.
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Dentro de los no contributivos se tienen la tarifa social de electricidad, los subsidios (como al transporte público o al gas), etc.
Otro tipo de no contributivo está basado en transferencias en especie o en efectivo. Las transferencias, a su vez, se clasifican en condicionales y no condicionales.
Las transferencias no condicionales (TNC) son las menos, por ejemplo los subsidios o bonos a adultos mayores o a personas con discapacidades. También existen las TNC de emergencia, como las que proporcionan insumos agrícolas a los agricultores más pobres (época de cultivos) o las que asisten a damnificados por desastres naturales o causados por el ser humano (normalmente son insumos productivos, alimentos, medicinas y transferencias en efectivo de propósito único o múltiple). Algunos efectos negativos del cambio climático (como sequías o inundaciones) también se mitigan con TNC y son temporales.
Son condicionales aquellas transferencias que están sujetas al cumplimiento de ciertas condiciones por parte de los beneficiarios: enviar niños y niñas a la escuela, completar los programas de vacunación, participar en el programa de control prenatal y posnatal (que puede incluir suplementos nutricionales en el caso de que las embarazadas presenten bajo peso, anemia u otros problemas), participación en programas de formación o de educación vocacional y otros que se formulen como parte de las políticas públicas.
Los programas de transferencias condicionales (PTC) se caracterizan por ser temporales. Un buen ejemplo son los de salud y nutrición maternoinfantil pre- y posnatal, que deben cubrir hasta el final del período de lactancia (madres) y hasta los primeros mil días de vida (hijos). La alimentación escolar es otro tipo de transferencia condicional temporal (período escolar).
Uno de los problemas de los PTC es la graduación. Es decir, ¿cuándo se debe terminar el período de transferencia condicional para pasar a otro sistema, ya sea de transferencias con condiciones diferentes o sin condiciones? La idea es ir eliminando la dependencia, idealmente en la misma medida en la que se van generando las condiciones para que las personas aumenten la generación de ingresos por medios propios.
Para que los SPS cumplan su función deben ser muy estrictos en la focalización (selección diferenciada) de los beneficiarios, en la localización de áreas geográficas prioritarias, en la temporalidad, en la integralidad (sectores de educación, salud, vivienda y seguridad alimentaria y nutricional; generación de ingresos), en los criterios de graduación y en los mecanismos de estricto seguimiento y evaluación, entre otras áreas. El pecado mortal en Guatemala ha sido el secuestro de los SPS para fines de extorsión política.
En el próximo y final artículo de la serie abordaremos la necesidad de auditar socialmente los SPS.
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