Desde la concepción del contrato social, se parte de la idea que todos los miembros de la sociedad han estado de acuerdo en la formación del Estado y en ese sentido, aceptan autoridades, normas, derechos y obligaciones, en nombre del orden social y el bien común.
El ciclo de Festivales de Cine en la Calle 2014, que se inaugura esta semana en Ciudad Peronia, será un pretexto para mirar y hablar de cine en contextos ajenos a las salas de los centros comerciales.
Niños que trabajan de lustrar zapatos en Nebaj, El Quiché, toman un descanso luego de una jornada más. En ese municipio y en algunas aldeas, pequeños y adultos degustan de la dulzura de las cañas.
Y sin previo aviso, el cuerpo de Claudia hizo notables los efectos gozosos de un embarazo no deseado. Durante varios meses había compartido la cama con Fernando quien se alegraba de tenerla entre sus brazos. En tales conversaciones, las promesas de alcanzarle incluso las estrellas –si
Los tres están íntimamente imbricados y el tercero se ve tremendamente diezmado y reducido a espectáculos clientelares a causa de los otros dos, abiertamente ilícitos.
Por eso decidiste adoptar su causa y caminar con él, con tu pueblo y con su gente. Por eso te quitaron el derecho de ver a tu país y ver a tu familia, a tus hijas, tu compañera, a tu hermana y tus hermanos.
Argumentaba el respeto que había que tenerle a la Constitución, a la ley y, sobre todo, a los ciudadanos guatemaltecos que, como él, podrían sentirse agraviados si esta decisión se revocaba. Pero lo más interesante fue su insistencia en que el gobierno no podía dejarse influenciar por los r
De 2002 para acá, gente se ha ido, se ha muerto, ha nacido, se ha mudado, ha migrado, ha regresado y no saber ni cuántos ni dónde están, es un problema. En otros países hay estadísticas para todo.
Este comportamiento bien puede ser explicado con lo que en psicología se conoce como sesgo confirmatorio, que básicamente consiste en escoger y procesar solo aquellas afirmaciones que justifiquen las propias suposiciones e hipótesis.
Hace unos días la encontré en el elevador y me sorprendió verla con los hombros encorvados y los ojos hinchados de tanto llorar. Le pregunté si algo le sucedía y lo que recibí fue un llanto de media hora, mientras yo buscaba las palabras adecuadas que lograran calmarla.