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Zoilamérica solicitó ayuda a EEUU

Para Zoilamérica Narváez, el hecho de que el FSLN apoyara el desafuero de Alemán en la Asamblea Nacional, marcó el declive del apoyo estatal en su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.
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Zoilamérica solicitó ayuda a EEUU

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Zoilamérica Narváez, hija de la primera dama nicaragüense Rosario Murillo e hijastra del presidente Daniel Ortega, se reunió en varias ocasiones, entre 2006 y 2008, con funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en Managua para solicitarles apoyo con el fin de “revivir” su caso judicial ante la CIDH de la OEA, por denegación de justicia del estado nicaraguense ante la acusación de violación que presentó contra Ortega, en 1998, revelan una serie de cables enviados al Departamento de Estado por los embajadores Paul Trivelli y Robert Callahan, y filtrados por la organización Wikileaks.

Los documentos oficiales en poder de Confidencial muestran que Narváez acusó ante los funcionarios estadounidenses al gobierno del entonces presidente Enrique Bolaños por obstrucción de justicia. Según uno de los cables, firmado por el embajador Trivelli y fechado el 28 de marzo de 2006, Narváez aseguró a la Embajada que Bolaños se echó para atrás en un acuerdo al que habían llegado en 2002, a cambio de que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) apoyara en la Asamblea Nacional el proceso iniciado contra el ex presidente Arnoldo Alemán, acusado y condenado más tarde por fraude al Estado.

Alemán fue expulsado de la presidencia de la Asamblea Nacional en septiembre de 2002, lo que facilitó su desafuero y procesamiento por corrupción, un hecho hasta entonces inédito en la justicia de Nicaragua. Alemán, quien fue también alcalde de Managua y se vanagloriaba de haber sido antes vendedor de huevos y carbón, fue acusado por el gobierno de Bolaños por robarle al Estado más de cien millones de dólares.

El controvertido político, que ahora quiere regresar al poder, fue condenado a 20 años de cárcel en diciembre de 2003 por la entonces jueza primero de Distrito del Crimen de Managua, Juana Méndez, quien lo encontró culpable por los delitos de lavado de dinero, fraude, malversación de fondos públicos, peculado, asociación e instigación para delinquir y delito electoral en perjuicio del Estado.

Para Zoilamérica Narváez, el hecho de que el FSLN apoyara el desafuero de Alemán en la Asamblea Nacional, marcó el declive del apoyo estatal en su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. “De acuerdo con Narváez, fue en ese punto cuando la política se entrometió. En un momento cuando el gobierno Bolaños llevaba acusaciones de corrupción contra el ex presidente Arnoldo Alemán, y buscando cómo sacarlo de la Asamblea Nacional para enfrentar un juicio, (Bolaños) necesitaba el apoyo de la bancada del FSLN en la Asamblea. En el último minuto (…) el Gobierno se retiró del acuerdo para resolver el caso de ella (Zoilamérica)”, se lee en el cable del embajador Trivelli.

Narváez contó a la embajada que el acto del Gobierno Bolaños le “denegaba la justicia una vez más”, por lo que posteriormente intentó revivir el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero, según el documento de la Embajada, “ha carecido de los recursos financieros y apoyo político para reiniciar el proceso judicial”.

Es en este punto cuando Trivelli informa al Departamento de Estado que Narváez se abocó a la Embajada para pedir ayuda. “Narváez repetidamente ha pedido ayuda al Gobierno de Estados Unidos para que la contacte con gente y organizaciones en Estados Unidos que podrían proporcionarle ayuda política, organizativa y financiera”, escribió Trivelli.

Confidencial llamó a Narváez para conocer su versión sobre la información publicada por los diplomáticos estadounidenses en los cables filtrados por Wikileaks. El viernes, Narváez finalmente contestó el teléfono, y después de explicársele detenidamente la información contenida en los despachos estadounidenses dijo que no tenía nada que decir y colgó. No volvió a contestar nuestras llamadas. Tampoco contestó Alberto Araica, esposo de Narváez, y quién la acompañó a las reuniones con los funcionarios de Estados Unidos, según los cables diplomáticos.

Bolaños “dispuesto”

Varias fuentes cercanas al ‘Caso Zoilamérica’ que hablaron con Confidencial a cambio de anonimato, dijeron que Narváez “engañó” a los funcionarios estadounidenses. Según estas fuentes, en los años en que Narváez mantenía sus reuniones con los funcionarios de Estados Unidos, ella posiblemente ya había llegado a un supuesto acuerdo con la familia Ortega-Murillo, y que la decisión expresada de revivir su caso era un juego político. “Jugaba en varios campos, como lo hacen los políticos”, dijeron las fuentes.

Nuestras fuentes explicaron que el presidente Bolaños, el ex procurador designado para este caso, Iván Lara, y el ex ministro de Gobernación, Julio Vega Pasquier, se mostraron anuentes a sellar un acuerdo con Narváez y de esta manera poner fin al caso. “El Estado iba a admitir que había anuencia de aceptar los reclamos de ella”, dijo una de las fuentes.  Entre estos reclamos estaba el devolverle su apellido Narváez y el apoyo financiero a la fundación que ella pretendía crear.

Una de las fuentes consultadas dijo que el ex procurador Lara estaba satisfecho con el acuerdo, y que creía era inminente su cumplimiento. Sin embargo, fue Zoilamérica, según nuestras fuentes, quien renunció al caso en marzo de 2003. Lara expresó su estupefacción sobre esta decisión y, según nuestras fuentes, preguntó: "¿Por qué abandonó el caso la víctima?"

Según el relato de Narváez a los funcionarios de Estados Unidos fue Bolaños el que se echó atrás en su campaña por encarcelar a Alemán; pero según nuestras fuentes, que siguieron de cerca los acontecimientos, fue Narváez quien dejó todo sin dar explicaciones. Afirmaron que “no es cierto” el señalamiento de Narváez de que Bolaños desistió del acuerdo a cambio de los votos para desaforar a Alemán.

Lara: “no recuerdo”

Confidencial consultó al ex procurador Iván Lara sobre el caso Zoilamérica y el acuerdo entre Bolaños y Narváez. Lara, quien ocupa un cargo diplomático en Washington, dijo por teléfono que “en este momento no preciso información sobre el caso, tendría que ver el expediente”.

Al preguntarle sobre si fue Bolaños quien rompió el acuerdo con Zoilamérica, Lara dijo que “desconocía el acuerdo”. “Todos los casos tienen procesos de solución amistosa”, dijo, “en algunos de los casos participaba yo, pero no te puedo decir sobre esto (el acuerdo con Narváez) porque yo no trabajé en Presidencia. En ese caso los que manejaban la información eran quienes trabajaban directamente con Bolaños”.

El ahora diplomático agregó: “Los casos que llevábamos eran montones y es difícil recordar sobre ese (el de Narváez), todos los documentos están allá, yo ya no trabajo ahí (Procuraduría), si tuviera el expediente a mano podría responderte”.

Confidencial intentó entrevistar a Julio Vega, ex ministro de Gobernación, pero no contestó nuestras llamadas a su teléfono celular. En su oficina nos dijeron en varias ocasiones que estaba “ocupado” y que él regresaría llamada. No hubo respuesta.

Bolaños no responde

Tampoco hubo respuesta de parte del ex presidente Enrique Bolaños. Su asistente, Merlet Trejos, dijo que consultaría con Bolaños para saber si estaba dispuesto a una entrevista. Luego Trejos envío un correo electrónico con un enlace que remitía un reportaje realizado sobre el caso Zoilamérica por la cadena Univisión. “Lo que usted necesita saber lo puede encontrar en este link”, escribió Trejos.

En el reportaje, Bolaños asegura que se reunió con Narváez en Washington en 2002 a instancia de la CIDH, que les pidió que llegaran a una “solución amistosa” para resolver el caso. Según el reportaje de Univisión, en esa ocasión Narváez aseguró que Bolaños le dijo: “Después de haberle explicado la necesidad de que el Estado respaldara mis demandas… El presidente Enrique Bolaños me dijo en sus propias palabras: “Consuelo y resignación”.

Bolaños contó su versión a la cadena estadounidense: “Resignación en la parte moral. Ella lo que esperaba era compensar la parte moral con un pago. Allá ella que lo sufrió, es la única que puede consolarse. La demanda vino y le obligan a Nicaragua a pagar. Después ella nos dijo: “No, porque ya me arreglé. Me pagó otro”.

En el reportaje no queda claro ese otro arreglo. Sin embargo, Narváez mantuvo con la embajada de Estados Unidos su postura de que su caso quedó inmune por negativa del gobierno de Bolaños. Fue por eso, dijo, que decidió acudir a los funcionarios estadounidenses en Managua para que le dieran apoyo económico y técnico.

Desde un comienzo encontró apertura en el embajador Trivelli, quien además veía en ese apoyo un golpe a las aspiraciones presidenciales del entonces poderoso opositor Daniel Ortega. Trivelli no sólo solicitó al Departamento de Estado el apoyo para Narváez, sino que hasta la nominó al premio Mujer de Coraje que entrega la Secretaria de Estado de Estados Unidos a mujeres destacadas, en el caso de Narváez, “porque ha demostrado un liderazgo excepcional y coraje”.

Más información y el texto de los cables originales de Wikileaks en: http://www.confidencial.com.ni/wikileaksnicaragua

*Plaza Pública reproduce el texto con autorización de Confidencial.

 

 

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