Aún así yo creo que usted es más de lo que hemos estado viviendo en estos años en Guatemala, así que alguien ha usurpado su identidad.
Es mi deber: no quiero ser cómplice. Y por eso me atrevo a ser sincera con usted, a expresar lo que no debe estar pasando en Guatemala, sobre todo en tiempo en que se dice que es la “fiesta democrática” de cada cuatro años, en el momento en que el voto, uno de los pilares de su esencia, es la discusión de todos los días y se ha reducido a una ecuación sin valor. Me animo también a quitarle el tiempo, porque estoy decepcionada (imagínese a mi edad) de las barbaridades que hacen en su nombre y de que nos hagan creer que es imposible hacer algo, tomar otras vías, recorrer otros caminos para encontrarla, porque entonces nos dicen que atentamos contra la democracia.
Pero estoy segura que la democracia no se discute en los corredores oscuros donde nadie escucha, en fiestas y en cenas de lujo donde solo los elegidos están invitados. Me imagino que si en una segunda vuelta existen alianzas no será por un puesto en el gobierno, sino porque de alguna manera se comparte algunos elementos ideológicos o programáticos con un candidato ¡Algo me dice que estas alianzas no pueden ser montadas como espectáculos en hoteles caros! Pero usted, señora Democracia, me dirá si me equivoco.
Pero muchos guatemaltecos sabíamos lo que nos esperaba en este mal llamado proceso electoral democrático. Lo que nos ha sorprendido es la manera de actuar de dos organizaciones políticas de izquierda que nos han mentido, que llamaron al voto por la decencia de un discurso todavía válido en un país en que aún se sueña con un Estado diferente. Es por eso que hoy, de viva voz:
Yo acuso la hipocresía y la deshonestidad de Winaq y ANN, dos organizaciones del Frente Amplio de Izquierda y sus líderes, que se han unido públicamente con Manuel Baldizón, quien proclama la pena de muerte, el chirmol ideológico, las propuestas ridículas y la prostitución de la política con el único fin de ganar adeptos insensatos.
Yo acuso la falsedad del discurso con el que muchos ciudadanos fuimos engatusados para votar por estas dos instituciones como parte de un Frente Amplio de Izquierda, que se ven tentadas y seducidas por puestos de nada en un gobierno que se sabe desde ya corrupto.
Yo acuso la manera de hacer política en este país, de ningunear los discursos de izquierda, de resistencias, de luchas.
Yo acuso el egoísmo de no poder avanzar en unidad en una alianza que trascendía lo electoral.
Yo acuso la imposibilidad de pensar –como uno de los postulados históricos de la izquierda– en los que están a la par mía y no solo en mí.
Y me acuso, con la responsabilidad de lo aprendido, de haber sido ingenua y haber dado mi voto a un Frente Amplio de Izquierda que se rompe por intereses propios y donde Winaq y ANN se van con Manuel Baldizón. Porque entre los dos candidatos actuales no hay diferencia sustancial.
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