Siendo economista, debo reconocer que es posible que la administración haya cambiado mucho en los últimos años, al punto de que el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, les delegue tareas equivocadas a los servidores públicos, como por ejemplo poner a miembros del Ejército a fabricar escritorios para los alumnos del Ministerio de Educación o a dar charlas sobre educación sexual a adolescentes (cuando en un centro de formación militar violan a una alumna). A este paso, señor presidente, no me extrañaría que usted delegara a los médicos del hospital San Juan de Dios la misión de combatir el narcotráfico (por ejemplo). Moraleja: zapatero, a tus zapatos.
De igual manera, otra expresión de la pésima administración gubernamental que estamos afrontando los guatemaltecos es el hecho de que usted, señor presidente, se dedique a defender a la inepta selección de futbol del país en redes sociales cuando usted, señor presidente, es incapaz de defender a la niñez guatemalteca de la ignorancia, la desnutrición y la muerte.
Y es que el día de ayer el matutino Prensa Libre reportó que en el departamento de Sololá fallecieron seis recién nacidos en el hospital nacional, donde únicamente hay un pediatra, una enfermera y un supervisor de turno. Le recuerdo, señor presidente, que, cuando fue la discusión del presupuesto nacional para 2016, usted mismo dijo que este no necesitaba aumentos, sino reducciones. Entonces, demuestre que tiene la capacidad de hacer bien las cosas (y con escasos recursos).
Es cierto que ni usted ni su equipo de trabajo van a poder solucionar los grandes problemas de la nación de la noche a la mañana, pero al menos no los complique más afanándose en pedir limosna a través de medicinas vencidas, utilizando mal el tiempo de funcionarios públicos para tareas en las cuales no son especialistas, pidiendo reducciones de gasto público o insistiendo en las desatinadas sugerencias de su plan de gobierno, como utilizar smartphones para protocolos médicos.
Han pasado ya dos meses desde que lo hemos empleado como presidente. Ya va siendo hora de que deje de administrar el país como si fuese una trágica comedia y de que en verdad se ponga a trabajar. Y es que usted no puede alegar desconocimiento de la situación, pues es sabido que Guatemala es el país de Centroamérica que, por el tamaño de su economía, invierte menos en la niñez y la adolescencia. Además, la Segeplán produjo ya el informe anual de evaluación y análisis de la ejecución y los resultados del presupuesto del ejercicio fiscal 2015.
En dicho informe se detalla que, hasta ese año, el anterior gobierno solamente logró ejecutar, en el Pacto Hambre Cero, el 72.3 % de su presupuesto, solo el 47.6 % en el programa de incremento de los ingresos familiares y solo el 22.1 % de la inversión en infraestructura social en el departamento de Alta Verapaz (uno de los más golpeados por la mortalidad materna e infantil y la desnutrición crónica).
Entonces, si ya sabe qué hacer, ¡hágalo!
La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.
Eduardo Galeano
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