“Xix je pa quecun wij mam”

Sus apellidos también llevan las huellas de nombres de animales, es una manera de trenzar la historia de sus abuelos con la historia propia y su territorio. Jorge me cuenta que para sus familias, los últimos momentos de Tecún Umán son diferentes a la versión oficial de las escuelas. “Xix je pa quecun wij mam” - en español significa “se quedan en oscuridad los hijos y los nietos”- fueron las palabras que corrieron de generación en generación desde la muerte de aquel guerrero k'iche'.  Sentencia de un país.

Dimas – Siquinalá. Cuando pensamos en la historia reciente de nuestro país, en el conflicto armado interno, en ese otro conflicto en nuestra tierra, casi siempre pensamos en Occidente y las atrocidades que ahí sucedieron. Dimas me cuenta que él vio en el patio de su casa enfrentarse a soldados e insurgentes. Ha trabajado en los ingenios, y sabe qué significa tratar de hacer un trabajo diferente en un lugar en donde el corazón de la economía es el azúcar. Saber escuchar a Dimas es la puerta de entrada a la costa de Guatemala, en donde poco se dice y donde es imperativo decir mucho más.  En tiempos en donde se ven anuncios halagando el buen amigo azucarero, se debe escuchar a Dimas, a Yessy, a Carol…

Marta – Canalitos. “Mi familia es de Comalapa, mis papás son kaqchikeles y yo también lo soy, aunque en la Universidad no me crean porque no llevo un traje. Somos desplazados”. Marta es una vida de migración a la ciudad, un encuentro amoroso con la educación y la historia. Reconstruir sus raíces y estar orgullosa de dónde viene, y saber también que la zona olvidada del municipio de Guatemala, es hoy el motor de su compromiso con la transformación local, que es finalmente la transformación del todo el mundo. Ella es quien me recuerda que lo complejo de nuestro país transgrede identidades supuestamente puras y territorios fijos.

Allan y Chigui – Antigua Guatemala. Vivir en constante contacto con extranjeros, abrirse a nuevos universos culturales, axiológicos y simbólicos, es también toparse con las promesas vivientes de una Guatemala que no es, una Guatemala que no es postal en catálogo de viajes. Partir en un viaje por saber que los problemas de mi comunidad existen y son reales, es la apuesta de Allan y Chigui. Para ellos hay más que fiesta y mundo de turismo: existen municipios y aldeas cercanas a la bella Antigua, que no están enteradas de lo que significa dormir una noche en un hotel caro. No pierden la risa, el ánimo y la certeza de que en las relaciones cotidianas se rompen estructuras de poder. Resistencias menos bulliciosas, pero igual de necesarias.

Las palabras pronunciadas hace siglos por Tecún Umán siguen vigentes, agravadas por otras maneras de oscuridad que no permiten pensarnos críticamente y re-pensarnos con un optimismo que no deje de encarar valientemente la realidad (con causas y responsables) a la que estamos sujetos. Cada vez creo más que la luz no llega, sino que se encuentra. Mientras haya más buscándola, habrá más oportunidad certera de descubrirla. Este fin de semana he estado con hombres y mujeres que cuestionan su presente y, más importante aún, deciden sobre su futuro. Estas voces son precisamente el camino.