Y recuerdo a Oliverio como un referente y ejemplo de estudiante universitario, porque siendo Economista por la San Carlos me llena de estupor y náusea ver el vídeo y enterarme de las noticias del linchamiento mutuo (que eso es y no otra cosa) que han protagonizado grupos de organizadores de la Huelga de Dolores en la Facultad de Ciencias Económicas. ¿Cómo se ha llegado a estos extremos?, ¡qué bien refleja la Universidad a su sociedad!; estos grupos, aparte de regocijarse en sus acciones de violencia y corrupción, causan un daño mayor a la población universitaria, hacen que la opinión pública juzgue al estudiante a través de la imagen salvaje que ellos proyectan y no de la gran mayoría que trabaja, estudia, se compromete, se esfuerza y sueña.
Igual está el país, grupos de delincuentes y asesinos son nuestra carta de presentación y poco a poco se convierten en nuestra identidad nacional, borrando del mapa a los buenos y degenerando a las futuras generaciones. ¿Sabrán los actuales estudiantes de San Carlos quién fue y cómo era Oliverio Castañeda? En su día a día ajetreado de sobrevivir e intentar superarse ¿quiénes serán sus referentes?, ¿qué es lo que forja su identidad como máxima casa de estudios?
Leo que la Asociación de Estudiantes de Ciencias Económicas guarda distancia del suceso y exige que se cancele la matrícula a los estudiantes involucrados en el hecho; ¿realmente creen que les disuade?, apostaría a que ni siquiera están inscritos y si lo están son de los que nunca se graduarán; además el Consejo Superior Universitario ahora dice que pedirá que las autoridades policíacas ingresen al Campus para combatir los delitos; hasta ahora parecen entender que la San Carlos es autónoma pero no tiene extraterritorialidad, no es un Estado dentro de otro.
Y aunque pueda llamar a risa, tampoco es de ignorar el daño que le causan a la Huelga de Dolores, la van a terminar de enterrar. Porque aún con las críticas por los abusos al detener el tráfico, efectuar pintas, pedir la talacha y lo que se les ocurra, la Huelga es una institución a la que hay que preservarle la dignidad. Ahora hay muchos medios de denuncia y fiscalización, pero durante nuestra historia contemporánea como país fue quizá la única tribuna para denunciar y oponerse a los abusos. No se hagan pendejos, tengo el derecho a decir y debo decir, que desde 1981 en que llegué a estudiar al edificio S-9 (lugar donde lastimosamente sucede el hecho) he considerado a la Universidad de San Carlos, a su Facultad de Ciencias Económicas, al Campus de la zona 12, como lo más parecido a una patria y fuente de identidad, por eso los desprecio con todas mis fuerzas a ustedes y sus bates de béisbol.
Parafraseando la Chalana “Huelga palabrota añeja / por los largos explotada; hoy la Huelga es una vieja (somato) / que está desacreditada”, vergüenza ante la tumba de Oliverio, ante la de Barnoya (Chinche no Sordo), Balcárcel, Asturias, Lencho y todos los demás. Un poco de respeto para los héroes y mártires, no solo los históricos; sino también los que día a día, hasta hoy llegan a enseñar y aprender manteniendo viva la San Carlos.
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