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Veinticinco de diciembre

El día de navidad llegó y se fue, como suelen hacer las fechas señaladas, y ahora espero el día de año nuevo en una ciudad que no es la más fea del mundo pero que, me lo han dicho muchas veces, tampoco compite por estar allí con Praga y París.
Tipo de Nota: 
Opinión

Veinticinco de diciembre

08 de Enero de 2014
Palabras clave

Hace frío y en la lavandería tienen apagados los enormes ventiladores de techo que en verano y en invierno no parecen cumplir otra función que revolver el aire contaminado con olores químicos a cloro, detergente y lavanda de ultratumba.

En ese ambiente de aromas densos y sintéticos, en el silencio de medio día, se hace más difícil soportar la presencia de los otros en esta lavandería. Apenas se oye en la distancia el rumor de dos o tres secadoras en las que alguien metió alguna prenda con botones de metal o monedas en los bolsillos.

Quizá por eso o quizá porque vernos las caras, a plena luz de día en una lavandería de máquinas de monedas un 25 de diciembre, implicaría admitir que estamos acá. En una lavandería de mone...

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