Mañana será el tercer domingo de noviembre y, según una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, es el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico.
En Guatemala, el número absoluto de fallecidos y heridos anualmente continúa aumentando cada año, según el Instituto Nacional de Estadística. Note que 11 de cada 13 accidentes son causados por hombres y que 8 de cada 10 percances se deben a factores humanos. En más de la mitad de todos los accidentes está involucrado el abuso del alcohol.
Habrá quienes digan que no beben, que manejan con prudencia o que ni carro tienen. Las estadísticas no dan razón para relajarse porque los accidentes casi siempre tienen víctimas inocentes: peatones, pasajeros bajo la responsabilidad del conductor, pasajeros de transporte público, pasajeros de otros vehículos. Nadie que ande por la calle puede decir que está fuera de peligro.
Los accidentes de tráfico están vinculados a los siguientes factores: conducción a excesiva velocidad, maniobras temerarias, mal estado de las carreteras, distracción (en particular, por uso de teléfonos celulares mientras se conduce), incumplimiento negligente de medidas de seguridad (como no utilizar los cinturones de seguridad o el casco para motoristas), transporte de niños sin colocarles arneses de seguridad y otras causas particulares, como las riñas violentas en un país donde llevar un arma es común y usarla para resolver una mala mirada en el tráfico es una cotidianidad.
Por definición, los accidentes no son planificados. Suceden cuando menos lo esperamos, cuando confluyen varias condiciones que, combinadas, resultan en lo inesperado. La fatalidad le puede ocurrir a cualquiera, pero en el caso de los accidentes de tráfico hay muy buenas noticias: casi todos se pueden evitar.
Por esa razón, la rememoración de este año, aparte de hacernos pensar en las vidas perdidas o lanzadas a destinos diferentes a los que habrían tenido sin accidentes, debe servirnos para repasar las medidas que pueden evitarlos.
Los organizadores de la conmemoración escogen cada año un tema para trabajar. Este año proponen una meta que no es difícil de alcanzar: reducir las víctimas fatales y las lesiones serias en 50 % para el año 2020, es decir, en tres años.
Para alcanzar la meta se necesita un trabajo intenso de las autoridades y de la sociedad. Esperemos que en los foros internacionales se discutan las acciones legales, de política y de programas. Con todo eso, la participación suya y mía sí puede hacer la diferencia.
Aquí algunas sugerencias:
- No tome atajos para usted ni para sus familiares: haga los trámites completos para obtener licencia de conducir. Muchos accidentes ocurren por desconocimiento de los reglamentos o por impericia, aunque se trate de personas prudentes.
- No provoque. No se pase de listo acortando colas mientras otros se alinean resignadamente.
- La furia es su enemiga. Las capacidades de conducir correctamente disminuyen. Es un hecho científicamente comprobado. No se deje dominar por la ira en la carretera o en la calle. No es fácil, pero puede evitar accidentes. No se desquite por un rebase indeseado.
- Olvide el celular mientras maneja. Una distracción de fracción de segundo es suficiente para causar un accidente.
- Por la noche, no dé por hecho que ese semáforo en verde le garantiza seguridad. Desconfíe y tome las medidas del caso.
- Reconozca de una vez por todas que beber y conducir no son compatibles. No y no, usted no es especial ni tiene superpoderes.
- Si bebe, designe un conductor o una conductora. Y eso significa planificar sus movimientos. Recuerde que estamos entrando en la época de amor y paz, de fraternales convivios y de alcoholizadas manifestaciones de beata cristiandad.
- Si es pasajero en transporte público y quien conduce excede la velocidad permitida, hágaselo saber. Pídale que disminuya la velocidad.
- No espere que sea obligatorio y que la Policía lo exija: ponga en su auto conos reflectores, asegúrese de que funcionan bien todas las luces, invierta en sus frenos (es más barato que un funeral, la cárcel o una reparación mayor).
- Si está en sus posibilidades, hágase un gran regalo o hágaselo a los suyos con un curso de manejo defensivo. Le permitirá mejorar el control de su vehículo y reducir los riesgos provocados por otros. Su vida y la de otros pueden ir en ello.
Y basta de consejos. Mejor tómese unos minutos para escribir para usted y los suyos cómo piensa que puede contribuir a reducir a la mitad los accidentes de tráfico entre ahora y el año 2020.
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