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Una columnita lumpen

Tipo de Nota: 
Opinión

Una columnita lumpen

19 de Julio de 2016

Después de las 12, abrazándose para esquivar el frío de la noche, caminó al parque, debajo de la bandera, a buscar al Chele. Aquel vendía un cacho de mierda para flexear. Unos buenos bombazos con un botecito de jugo. Le gustaba ese envase pequeño porque lo mantenía en la boca por días. Lo masticaba y denudaba hasta convertirlo en saliva.

El pedo lo guio hasta la 18, donde pernoctaban varios hombres vestidos de mujer, altos, con tacones, quienes varias veces le habían pagado 50 pesos a cambio de que se los cogiera.

Empezaban a hablarle cariñosamente, a sobarle la pija. Qué lindo el chavito. El cuate se dejaba. Le gustaba ese tono cálido que pocas veces había conocido. Además, el trip que se cargaba y, bueno, 50 quetzales no son nada despreciables a esas horas.

Pero esta vez se le vino el pantallazo de hace diez a...

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