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Un epílogo de polen

Desvergüenzas de un sistema incapaz de habilitarles techo a quienes carecen de él, cuando las indignidades de los grandes mogoles pasan y pacen con la tranquilidad de la camella de Alá, pero en las tierras altas de un cuadragésimo piso.
Tipo de Nota: 
Opinión

Un epílogo de polen

09 de Abril de 2012
Palabras clave

Querida Carmen: Leerte es leer la historia de un ciclo que se cierra en lozanía, tal vez para volver a abrirse en lo futuro ante la curiosidad del ancho mundo. Y a mí nada más se me ocurre ofrecer la palma de mi mano al capricho de una adivina que me diga la buenaventura.

La nostalgia me apolilla, qué le vamos a hacer. Nostalgia: dolor de hogar, mal de exiliados. En esto pienso cuando me barrena el intenso olor a cáñamo índico que trasuda el individuo sentado a mi derecha, a la altura subterránea de la calle 96. Acabo por marearme minutos después de esta atufada cercanía, con lo cual decido resurgir de la boca del metro para ejercer mi evolución sobre dos pies.

El viento es fresco; las hormonas resucitan. La primavera tiene estas cosas. Es Nueva York...

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