Ir

Un compromiso en el discurso pero no en el presupuesto

"Nosotros tenemos la obligación y seguimos haciendo nuestros mejores esfuerzos para que aquí en Guatemala las cosas vayan caminando, cambiando, para que haya una nación más segura, más estable, donde se pueda invertir más" - Otto Pérez Molina
"Para este año está proyectado que se reciban remesas por casi 5 mil millones de dólares, lo que es importantísimo para nuestra economía y tiene que ser bien aprovechado" - Otto Pérez Molina
Tipo de Nota: 
Información

Un compromiso en el discurso pero no en el presupuesto

Palabras clave
Historia completa Temas clave

En más de una ocasión, el presidente Otto Pérez Molina ha manifestado la importancia que tienen los migrantes para su gestión. No obstante, la institución encargada de velar por sus derechos, el Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua), es despojado de sus magros recursos para beneficiar a otras entidades públicas.

“Reconocemos los esfuerzos que los guatemaltecos y guatemaltecas hacen para viajar a Estado Unidos”. “Apreciamos y valoramos, en su justa dimensión, este esfuerzo de los migrantes para lograr salir adelante y apoyar a su familia”. Con esas palabras, pronunciadas durante el discurso de inauguración del Encuentro del Migrante, organizado por el Ministerio de Economía en octubre de 2013, el presidente Otto Pérez Molina reafirmó un compromiso varias veces ratificado a más de 1,3 millones de migrantes guatemaltecos que radican en los Estados Unidos. Un mes antes, durante una visita a la sede las Naciones Unidas en Nueva York, había asegurado que los migrantes eran su prioridad.

Los datos del Banco de Guatemala pueden explicar las razones del reiterado compromiso del mandatario, y  la importancia que los migrantes tienen para el Estado. Durante 2013, las remesas enviadas al país por éstos a sus familias, superaron los US$5.1 millardos en divisas,  cifra que equivalió al 9,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del mismo año. Pese a que sus aportes dinamizan la economía y contribuyen al mantenimiento de sus familias, la mayoría de los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos viven en condiciones precarias, según lo demuestran los estudios realizados por el Pew Hispanic Center.

Pero el interés hacia los migrantes tan repetido por Pérez Molina no se refleja en la forma en que su Gobierno le asigna recursos a la institución responsable de proponer y coordinar políticas públicas en materia migratoria, el Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua).

La ley que creó el Conamigua, aprobada por el Congreso en 2007, establece que su presupuesto no puede ser menor al 0.05 por ciento de las divisas que ingresaron al país por concepto de remesas, más el 25 por ciento del valor líquido de lo que reciba el Estado por la extensión en el extranjero de la tarjeta de identidad cultural, pasaportes y legalización de documentos. El monto total de divisas en remesas familiares registradas por el Banco de Guatemala durante 2011 fue de US$4.3 millardos, mientras que en 2012 el monto ascendió a US$4.7 millardos. Sin embargo, el presupuesto de Conamigua para 2013 fue de Q20,31 millones: Q17,09 millones por ingresos corrientes, y Q3,21 por ingresos propios. Pero en la práctica, la entidad contó con una cantidad de recursos mucho menor.

Por orden del Gobierno central, en octubre pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores, de la cual depende Conamigua, le quitó Q9,57 millones de su presupuesto, los cuales fueron a parar a las arcas del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), que a su vez utilizó los recursos para pago de deuda pública.

Además de los recursos que se transfirieron de Conamigua, la Cancillería cedió espacio presupuestario de aportes a organismos internacionales, nivelaciones salariales que no lograron aprobarse el año pasado y gastos de política exterior que no se efectuaron debido a “criterios de priorización y austeridad”, por un total de Q25 millones. Ese dinero, sumado a otros Q92 millones que le fueron recortados a otros Ministerios, sirvieron para que el CIV pagara los Q117 millones que adeudaba a la empresa estadounidense Railroad Development Corporation (RDC) para recuperar las acciones de Ferrocarriles de Guatemala (Fegua) y los servicios legales, luego de la demanda que esa compañía interpuso en contra del Estado por la rescisión del contrato para administrar la red ferroviaria.

Edwin Martínez, viceministro de Administración Financiera, explica que antes de que llegara la solicitud a cada ministerio, la cartera de Finanzas ya había determinado de dónde podían provenir los recursos basados en la ejecución que llevaban las entidades hasta ese momento y las previsiones para los dos meses que quedaban. De esa manera, varios rubros de Relaciones Exteriores, incluida la asignación para Conamigua, se sumaron a la transferencia.

Baja disponibilidad financiera

De los Q20,31 millones asignados para 2013, en la práctica Conamigua solo recibió Q8,12 millones, de los cuales ejecutó Q7,94 millones; Q.7,6 millones para pagar salarios.

Alejandra Gordillo, secretaria ejecutiva de la institución, dice que no se alcanzó una ejecución más alta durante 2013, debido a  que los desembolsos presupuestarios varían según la disponibilidad financiera real del Ministerio de Relaciones Exteriores. La estrechez de recursos empezó a manifestarse desde enero cuando recibieron un primer pago de Q831,297. La situación no mejoró mucho a lo largo del año: en febrero recibió Q991,062, y Q1 millón mensual entre marzo y julio. En agosto, el aporte descendió a Q193,416;  en septiembre no hubo; en octubre Q308,215; en noviembre Q627,975; y en diciembre Q177,931.

“Es muy difícil contraer compromisos de gastos cuando no se tiene la certeza de que el dinero va a llegar en las cantidades que se necesitan”, señala Gordillo.

Alejandra Contreras, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), explica que es una práctica “muy común” quitarle presupuesto a este tipo de instituciones descentralizadas para darle a otras más grandes, en especial cuando la ejecución es baja, pero confirma la versión de Gordillo acerca de las dificultades para alcanzar la ejecución requerida cuando la disponibilidad financiera es insuficiente.

El viceministro Martínez argumenta que el principal problema de las finanzas en Guatemala es la baja recaudación, y Conamigua, agrega, no escapa a esa realidad. “Les estuvimos depositando más o menos un millón al mes. Tienen asignado un monto más alto, es cierto. Pero sabemos que no lo van a ejecutar. Entonces ¿por qué vamos a castigar a otra entidad que sí tiene programas directos para darle a uno que lo va a ahorrar?”, justifica.

Ni la primera ni la última vez

Si bien en 2013 se tuvo que pagar la deuda por la demanda relacionada con la administración de la red ferroviaria, una transferencia de recursos de Conamigua, del Ministerio de Relaciones Exteriores, en beneficio del CIV ya se había dado el año anterior, en las mismas fechas. En  2012, Conamigua aportó Q7.8 millones de los Q28 millones que ese Ministerio cedió de su espacio presupuestario.

Debido a ese movimiento, Conamigua, que hasta ese momento sólo había ejecutado un 62,4 por ciento de su presupuesto, alcanzó el 100 por ciento y colaboró a que el CIV lograra ejecutar un total de 5,24 millardos.

Pero el de Otto Pérez Molina no ha sido el primer gobierno que antepone otros intereses a los de los  migrantes. Durante el último año del gobierno de Álvaro Colom, Conamigua cedió Q4,88 millones de los Q18,94 millones que tenía de su espacio presupuestario. En esa ocasión fueron dos transferencias: una por  Q658,624, destinada también al CIV; y otra de Q4,22 millones que la Cancillería utilizó para el pago de la deuda de pertenencia a organismos internacionales. En esa ocasión, el traspaso de fondos le sirvió a Conamigua para que su ejecución pasara de un 74,23 a un 100 por ciento.

Gordillo señala que una de las principales dificultades para el uso de los recursos es que éstos se deben aprobar en reunión del Consejo, el cual es presidido por el Ministro de Relaciones Exteriores. Si éste no asiste, las reuniones no se pueden celebrar y por lo tanto, las decisiones se aplazan.

El diputado de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) Julio López Villatoro, representante del Congreso ante Conamigua, coincide: “Ése es el problema: nosotros no nos reunimos y a ellos no les pagan”.

Fernando Sánchez, asesor de la Cancillería, asegura que a 2013 se logró, como lo manda la ley, convocar a reuniones ordinarias, al menos una vez al mes.

Siete reuniones se suspendieron por falta de quórum.

Esta tónica amenaza con continuar durante 2014. La reunión de enero fue suspendida por no contar con la presencia del canciller, Fernando Carrera. Gordillo manifiesta que por esa razón la entidad no pudo siquiera pagar los sueldos de los trabajadores correspondientes al primer mes del año. Por la misma razón fueron cancelados los viajes al interior del país de los empleados que participan en las Jornadas Móviles del Ejecutivo.

“Lo que pasó en enero fue un problema de agenda. Se tuvo la intención de tener una reunión pero en enero hay varias dificultades como el inicio del funcionamiento y los informes de Gobierno que lo complicaron”, explicó Sánchez.

Para resolver esos problemas, el diputado del partido Todos, Paul Briere, presidente de la Comisión del Migrante del Congreso, propone reformar la Ley de Conamigua, para que el Consejo deje de depender financieramente del Ministerio de Relaciones Exteriores, y facultar al Canciller para que pueda delegar en alguno de sus Viceministros su representación en las reuniones.

Hay más de una iniciativa de ley para modificar el funcionamiento de Conamigua y la última de ellas, de 2013, no encontraría problemas para recibir un dictamen favorable de la sala de trabajo ya que está firmada por sus mismos integrantes. No obstante, la agenda legislativa del Congreso no tiene entre sus prioridades inmediatas su aprobación.

Lo que se hace y lo que se podría hacer

Entre las funciones de Conamigua se encuentra mantener actualizada la información de la población migrante, sus organizaciones civiles y su impacto económico, la atención que reciben del Estado guatemalteco y cualquier información que considere pertinente para su mejor atención. También es la responsable de velar por los derechos de los migrantes guatemaltecos en el exterior y a sus familiares en Guatemala, así como de los migrantes extranjeros que se encuentran en el territorio nacional.

Tiene a su cargo el análisis de las normativas existentes, tanto a nivel nacional como en tratados internacionales y el diseño de estrategias para mejorar la situación de los guatemaltecos en los países de tránsito y destino.

Sus proyectos incluyen campañas de divulgación de temas migratorios en el interior del país. La entidad también es la encargada del programa Bienvenido a Casa, con el que busca brindar oportunidades laborales a los deportados de Estados Unidos, por medio de contactos con empresas que puedan contratarlos. Para este fin, Conamigua desarrolla programas de capacitación por medio de una coordinación interinstitucional con el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap). De esa manera, se les brindan cursos a los deportados según sus necesidades laborales. Sin embargo, el impacto de esos esfuerzos durante el año pasado fue mínimo. Según Gordillo, apenas unos 10 deportados consiguieron empleo en 2013 como resultado del programa.

Entre las coordinaciones interinstitucionales también se encuentra una con el Comité Nacional de Alfabetización (Conalfa), gracias a la cual se han podido instalar programas de alfabetización para guatemaltecos en el extranjero y familiares de migrantes en el interior del país.

Las gestiones con otras instituciones también han permitido proyectos para familiares de migrantes como construcción de viviendas, capacitación agrícola, becas escolares para niños y bolsas de alimentos para deportados, entre otros. La mayoría de estos proyectos quedan bajo la responsabilidad de las instituciones con las que se coordina.

El diputado López Villatoro dice que si se contara con mayor presupuesto habría capacidad para cofinanciar más proyectos en beneficio de este sector de la población. De igual forma, Úrsula Roldán, investigadora del Instituto de Investigaciones y Gerencia Política (Ingep) de la Universidad Rafael Landívar, considera que con mayor capacidad económica sería posible llevar a cabo también programas que involucren a los migrantes en Estados Unidos con el desarrollo de sus comunidades en Guatemala.

A pesar de que las remesas familiares superaron el año pasado los US$5.1 millardos, Conamigua debe funcionar con los mismos recursos del año anterior, debido a que el Presupuesto General de Ingresos y Egresos de este año no se aprobó en el Congreso.

Los efectos de las remesas no sólo se reflejan en la economía de las familias beneficiadas, sino también en sus comunidades. Su reducción drástica tiene efectos negativos que pueden reflejarse durante años, como ha sucedido en algunas aldeas del país.

El diputado Briere expone que Conamigua también debe incrementar sus campañas de información en el interior del país, en respuesta a que la desinformación sobre la reforma migratoria en Estados Unidos está provocando que haya un número elevado de personas tratando de cruzar la frontera. Eventualmente la mayoría termina de regreso en Guatemala, con más deudas o con propiedades perdidas.

Según el informe El salto al norte: Violencia, inseguridad e impunidad del fenómeno migratorio en Guatemala, elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), cerca de 120,000 guatemaltecos intentan cada año llegar a Estados Unidos. Sin embargo, no todos lo logran. Entre 2011 y 2013, 121,723 personas fueron deportadas desde Estados Unidos. Si a ellos se le suman los casi 90,000 deportados por vía terrestre durante el mismo período, se tiene un resultado que supera los 211,000 retornados.

Gordillo reconoce la necesidad urgente de impulsar campañas de información en el interior del país para conocer los riesgos de las migraciones pero dice que no tienen presupuesto para ello. Según aproximaciones de la Asociación de Apoyo al Migrante (AIM), menos del cinco por ciento de los deportados son originarios de la capital; el resto provienen de las provincias. Contar con más recursos le permitiría a Conamigua abrir sedes en todos los departamentos para garantizar una mejor atención a los migrantes.

La escasez persiste

“Lo  que nos preocupa ahora es que ya tenemos la autorización (de los pagos de enero), pero el dinero todavía no ha llegado”, se queja Gordillo, aunque reconoce que la Cancillería tampoco ha recibido los recursos necesarios.

En este año, Conamigua ha recibido Q882,019, equivalentes al 4,34 por ciento de su presupuesto para el 2014 (un porcentaje similar al de enero del año pasado). Mientras que Relaciones Exteriores ha devengado el 8,68 por ciento de los Q421,2 millones de su presupuesto para este año.

“Es cierto que tienen ese dinero en ley, pero es parte de las facultades que tiene (el Ministerio de) Finanzas para administrar los recursos y nosotros no les vamos a dar menos de lo que requieran para funcionar”, asegura Edwin Martínez.

El Viceministro agrega que cuando se formuló la ley que le dio vida al Consejo, no se evaluó si el porcentaje de las remesas iba de acuerdo con sus funciones. Como ejemplo menciona que si las remesas aumentaran, también lo tendría que hacer el presupuesto de Conamigua. “Puede ser que tengan un exceso de recursos, entonces la forma de irlos controlando es ver cómo se les da el efectivo”.

El funcionario acepta la posibilidad de que con más recursos, la entidad podría ejecutar mejor sus programas, pero asegura que las restricciones financieras también los obliga a planificar mejor sus gastos, de acuerdo a sus necesidades.

A la espera de que el Congreso apruebe alguna de estas modificaciones y que los atrasos financieros para Conamigua dejen de ser la regla, los programas estatales para los migrantes y sus familias seguirán limitándose a lo que se pueda hacer con las asignaciones actuales: meriendas y charlas motivacionales para deportados al volver al país, un servicio de autobús con una sola ruta a occidente y campañas insuficientes para alertar a los guatemaltecos sobre los peligros de migrar. Hasta entonces la prioridad del gobierno hacia los migrantes seguirá, pero solo a través de los discursos presidenciales.

Autor
Autor