Por ejemplo, cuando se discutía la formación de la Comisión de Investigación de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (Ciciacs), el equipo evaluador no necesitaba investigación profunda sobre la materia. Le bastaba con leer los diarios impresos e identificar allí, en la narración de la cotidianidad, la existencia de dichos grupos, los ciacs, así como sus mecanismos de funcionamiento y buena parte de sus redes.
Ahora, cuando por fin se concreta la visita oficial del alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Husein, la situación se repite. En la cotidianidad, no tanto reflejada en los medios corporativos, el funcionario de más alto rango en materia de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) verá la grave situación que vivimos, muy particularmente la relativa a la situación de las defensoras y los defensores de derechos humanos, quienes enfrentan una escalada de criminalización (uso indebido del derecho penal), a lo cual se añade la difamación mediante campañas mediáticas o en redes sociales y, lo más reciente, la intención legislativa de limitar el ejercicio de derechos al proponer una supuesta ley antiterrorista que los convierte en delitos.
El funcionario de la ONU se enterará, por ejemplo, de la captura del periodista de Prensa Comunitaria Jerson Antonio Xitumul Morales, capturado el 11 de noviembre en Izabal. Jerson y los miembros de la Gremial de Pescadores Artesanales (GPA) Juan Eduardo Caal Suram, Eduardo Bin Poou, Tomas Che Cual, Cristóbal Pop Coc, Vicente Rax Pop y Carlos Ernesto Choc Chub enfrentan acusaciones de amenazas, instigación a delinquir, asociación ilícita, reuniones y manifestaciones ilícitas, daños y detenciones ilegales, hechas por empresas, generalmente coludidas con operadores de justicia, para impedir reacciones comunitarias contra proyectos de explotación irracional de recursos naturales.
Y este caso no es la excepción, puesto que la entidad demandante es nada menos que la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN), cuyas actividades están contribuyendo a la contaminación y a los daños ambientales de El Estor. A la captura de Jerson, quien ha reportado las actividades de la CGN y ha acompañado a la GPA en sus indagaciones sobre el daño ecológico causado por la industria extractiva, la antecede el asesinato de Carlos Maaz Coc el 27 de mayo, así como la detención arbitraria de Juan Eduardo Caal Suram y la captura del profesor Abelino Chub Caal. El maestro comunitario, detenido en febrero de este año, es acusado falsamente de «usurpación agravada», «incendio», «coacción», «asociación ilícita» y «agrupaciones ilegales de gente armada».
En todos los casos, el encuadramiento de los delitos que se imputan tiene como propósito mantener a los acusados en prisión preventiva a fin de obligarlos a desistir de su defensa de derechos humanos. En la práctica, al tener como propósito la anulación del ejercicio de un derecho, el proceso judicial deriva en actos de tortura empujados desde el mismo Estado.
Ni qué decir de la amenaza que ha lanzado la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de la República, Patricia Sandoval, en contra del procurador de los derechos humanos. Sandoval indicó que llevarán al procurador al pleno del Legislativo en virtud de las denuncias planteadas por él respecto a las amenazas recibidas. De hecho, indicó que requerirán un «análisis» del procurador por considerar que este padece de un «desequilibrio» por denunciar las agresiones.
Así las cosas, estos hechos se suman a la constante alza de ataques a defensoras y defensores de derechos humanos, lo cual reporta de manera permanente la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos de Guatemala (Udefegua).
La realidad está a la vista, y Guatemala se pinta de cuerpo entero una vez más. De esa manera, Zeid Ra’ad al Husein tiene ante sus ojos el catálogo de las conductas estatales de acción u omisión en lo que a garantizar el derecho a defender derechos se refiere, así como la misión de proteger y promover los derechos de todas las personas.
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