Tres pequeños tropiezos para la prosperidad

Simplificando el tema, diremos que existe un poco de ambas, ya que el modelo pretende llevar desarrollo a comunidades empobrecidas que generan migrantes capacitando poblaciones para producir bienes exportables (agroalimentarios, artesanales), prestando servicios como turismo y generando una base de desarrollo económico a través de atracción de inversión privada y de apoyo a pequeñas y medianas empresas.

Para producir y exportar estos bienes, prestar estos servicios y atraer inversión a las áreas más pobres, se prevé el apoyo del Gobierno de los Estados Unidos de América y la asistencia financiera del Banco Interamericano de Desarrollo. Y como contrapartida se necesita inversión pública nacional, independientemente de que no exista en el presupuesto nacional ninguna partida con este fin específico para el año 2016. Las instituciones de Gobierno responsables de implementar políticas públicas relacionadas con la producción deben aprovechar para implementar acciones que permitan superar deficiencias en las cadenas productivas, que por el plan para la prosperidad o por cualquier otra causa deban ser implementadas.

Tomemos el ejemplo de tres de esas acciones de política pública que deben ser implementadas para producir bienes exportables: extensión agrícola, riego, y sanidad y fitosanidad. En el primero de los casos es necesario que los productores nacionales reciban la capacitación y la transferencia de tecnología para producir con calidad y eficiencia, así como que conozcan los fundamentos del mercado y del manejo empresarial de las organizaciones. Luego, el riego es fundamental para abandonar la agricultura de estación. Se debe estar en capacidad de producir en todas las épocas y no estar dependiendo de la época lluviosa y de las humedades residuales para producir con costos elevados y con pérdida de ventanas de mercado. Por último, las condiciones de sanidad del producto y la ausencia de plagas que limiten su entrada en el mercado de destino es un reto enorme en territorios sometidos a una patética degradación ambiental y a una extrema insalubridad.

O sea, más allá de construir infraestructura productiva y de capacitar el recurso humano, las inversiones deberán atender temas como salubridad y manejo apropiado de los recursos naturales. Además, se debe entender cómo estas acciones, en el marco del plan, deberán desembocar en el aprovechamiento de las condiciones dadas en el marco del TLC y aportar en este momento lo que las instituciones de Gobierno puedan y deban hacer, sin recursos apropiadamente etiquetados.