Y voy a jugar un poco a pensar como piensan los seguidores de Suger y me voy a agarrar de la anécdota para confirmar mis prejuicios.
Más allá del desprecio que muestra por el entrevistador y la prensa en general, más allá de que no responde las preguntas, más allá de que el hombre se agarra de la anécdota para explicar situaciones generales, más allá de que su tren de pensamiento es similar al de mi tía Eduviges y divaga más que el abuelo de los Simpson, más allá que plantea como soluciones viables instalar una fábrica de Toblerones en Totonicapán o exportar los muebles de San Juan Sacatepéquez, a mí lo que más me llamó la atención fue su reacción cuando el entrevistador comienza a preguntarle en la entrevista sobre la sombra de Roberto López Villatoro, conocido como el Rey del tenis, en las filas de su partido en Huehuetenango.
En varios sentidos. Primero, en respuesta a una discusión bastante agria que tuve con una amiga muy querida sobre si Suger era diferente y si estaba limpio.
No me alegra poder decirle: “te lo dije”. Para nada.
Pero sí sirve la anécdota para explicar que hasta los más limpios y los más diferentes necesitan de los mismos para apuntalar sus partidos. Al final del día, el sistema está hecho por y para los caciques, los barones del voto en el interior. Ahí están los Marios Estrada y los Marios Rivera y los Haroldos Quej y los Ivanes Arévalo y los Arístideses Crespo y todos los demás que le traen los votos con los que se gana la elección. Son ellos los que se echan sobre los hombros los costos y trabajos de la campaña en el interior. Son gente sobre la que pesan las más variadas acusaciones pero que sin ellas los partidos no pueden avanzar.
Y también están los padrinos de la capital, los que ponen la plata, abren las puertas y hacen conectes. Son gente con intereses en beneficiarse de contratos en obra pública o procurar impunidad, en traficar influencias o garantizarse prebendas, que se cobran los favores con intereses de agiotista y que nunca ponen todos sus huevos en una sola canasta.
Esto no va de poner al Rey del tenis en una u otra cubeta, de declararlo culpable. Se trata de un candidato que tiene una persona que está señalada de cosas bastante feas y en lugar de ser distinto y diferente enfrentar las cosas con transparencia agarra el camino de siempre.
Suger, al descubrirse que no es tan diferente como se presenta, en lugar de explicar la presencia del Rey del tenis, a través de candidaturas a diputados de su sobrino y de su ex esposa, se agarra de un error del entrevistador para hacerse el pendejo.
El entrevistador llamó Julio a Roberto López Villatoro y de allí se agarra don Suger para preguntarse ¿quién es Julio López Villatoro? mientras dice “hay que apuntar el nombre” y le pregunta al periodista: ¿Usté lo conoce?
Yo lo conozco, mi mamá a sus 94 años lo conoce y me aventuro a suponer que cualquiera que tenga acceso a los medios de comunicación y está medianamente enterado sabe quién es el Rey del tenis.
Digo, Suger bien sabía a lo que se estaban refiriendo. De vuelta a la conversación con mi amiga, ella me decía que no se puede saber en qué exactamente anda cada quien. Si le preguntaran sobre un candidato a síndico en Santa Ana Huista o La Reforma, San Marcos, vaya y pase. Se entiende que no sepa.
Pero que no joda Suger, López Villatoro es conocido. Y Carlos Castresana, dijo que el famoso huehueteco había pagado la estadía y boletos aéreos para que una treintena de abogados guatemaltecos influyentes en el sistema de administración de justicia acudieran a una maestría en derecho en Sevilla, España.
Vamos, una especie de Padrino que reparte favores mientras dice la clásica fracesita de don Corleone cuando concede un favor al embalsamador Bonasera y le dice: “algún día, y ese día puede que nunca llegue, le buscaré para que haga algo por mí. Pero hasta ese día considere esto como un regalo en el día de la boda de mi hija”.
Y para quienes dudan de Castresana (después de todo fue Colom el que mató con sus propias manos a Rosenberg, ¿no?), López Villatoro ya estaba en la lista ”malos guatemaltecos” antes de que lo señalara el español ese.
Ya en elPeriódico habían hecho escarnio de él en tiempos del gobierno Portillo (otro de la lista de los malos, los que no son diferentes), cuando conformó un imperio político en Huehuetenango, se casó con la hija de Ríos Montt y fue señalado de contrabandear tenis (de allí el apodito) y de tener mal gusto para nombrar sus ventas de zapatos. Payless, paguemenos creo que era el nombre.
Entonces que no joda el matemático, si es solo de sumar dos y dos y darse cuenta que si le preguntan por el Rey del tenis y la relación con su campaña y darse cuenta que no se llama Julio sino Roberto. Es decir, un tipo tan conocido anda cerca de la campaña y Suger ni en cuenta.
Es de un tipo descarado y cínico decir que no “tengo control sobre la población” para hacerse el loco sobre lo que le preguntan. O de plano, la otra opción es que es estúpido el hombre. Pero eso lo dudo.
Y cuando lo presionan, rápido tira la clásica de que “si usté sabe de que se trata denúncielo en la fiscalía” y “si tiene pruebas que me las pasen” (Lo puede ver a partir del minuto 9 del video).
Con eso le arrancó las risas a su porra que observaba la entrevista.
No solo es actitud de vergueador de barrio, de esos que se las llevan de chingones, sino que la respuesta ya es bien vieja. Se la oímos a Vinicio, a Serrano, a Portillo, a Arzú, a Berger, a Colom. Cada vez que a alguno le dicen que hay un problema salen con que quieren las pruebas y que el deber de quien les pregunta es ir corriendo al MP y denunciarlo.
Si no se trata de si hay un delito o no, se trata de que en el entorno de su partido hay un tipo que está señalado de corromper organismos de justicia, de contrabandista y de tejer una trama de influencias para la integración de las comisiones de postulación. Se trata de que tiene que aclarar si está cómodo con la presencia de esta persona, aclarar qué significa esta presencia, que le aporta al partido y tantas otras cosas que hay que saber de él. No se trata de que saquen a sombrerazos de CREO a López Villatoro. Se trata de que don Suger siente un precedente y explique si el hombre está en el partido, si está limpio y si el partido lo respalda.
Y de todo esto lo que me queda claro es que no se trata de que don Suger sea diferente. Se trata de que es más parecido a una forma de pensar de un sector de la población. El que más se ajusta a ese cúmulo de prejuicios que tiene un estrato social en Guatemala. Así como hay quienes se casan con el candidato que dice que los ricos son malos y la causa de todos los males del país, hay quienes no entienden un mundo en el que se le pongan impuestos a las empresas o donde los delincuentes tengan derecho alguno, el de la vida incluido.
Me gustaría pensar que la gente escucha y analiza. Que piensan antes de seguir a uno u otro candidato. Pero más parece que se trata de encontrar el paladín que defiende los prejuicios con los que nos identificamos y buscar al villano que encarna todo a lo que nos oponemos y tiene la culpa de todos los males pasados y presentes.
Ahora que todos los problemas de Guatemala quedaron arreglados con eso de que la Corte de Constitucionalidad le dijo que no a Sandra de Colom hay quienes ya se sienten liberados de la obligación patriótica de ir a las urnas a impedir que gane la presidencia esa mujer mejor conocida en Facebook como la vieja, la araña, la señora esa, sandrita, la tarántula.
Quedan libres para no desperdiciar su voto en un moderado como mano dura, que habla de reforma fiscal y, como a la menor provocación salen a criticarle el pasado militar, se cuida mucho de decir eso de que los militares tienen que salir a la calle a rempujarle verga a los delincuentes y todos los que parezcan narcos, cacos o peludos.
Quedan libres para acudir a votar por quien de veras encarna sus ideales, sus miedos, sus prejuicios.
Adelante don Suger.
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