Y se quedaron con la sensación de enojo y sorpresa porque su inversión no está dando los frutos que esperan, pues toman este tipo de publicaciones como si fueran una verdad absoluta e incuestionable.
En este sentido es mejor ser un poco precavido y menos crédulo y leer entre líneas los propósitos de la información y la finalidad con la que fue publicada, pues en eso consiste, precisamente, el ejercicio del criterio.
Valdría la pena preguntarse, ¿cuál es la intención de fondo de ...
Y se quedaron con la sensación de enojo y sorpresa porque su inversión no está dando los frutos que esperan, pues toman este tipo de publicaciones como si fueran una verdad absoluta e incuestionable.
En este sentido es mejor ser un poco precavido y menos crédulo y leer entre líneas los propósitos de la información y la finalidad con la que fue publicada, pues en eso consiste, precisamente, el ejercicio del criterio.
Valdría la pena preguntarse, ¿cuál es la intención de fondo de la publicación en la cual se expone el listado? ¿Quién o quiénes financian este medio y cuáles son sus objetivos? Es decir, ¿qué hay detrás de quienes escriben y por qué presentan los datos de esta y no de otra forma? Una vez nos hayamos respondido estas cuestiones, podemos pasar al análisis de los siguientes.
Así, pues, ¿qué elementos deberían tomarse en cuenta para que dicho listado fuera más o menos apegado a la realidad? En principio, el número de estudiantes evaluados. No es lo mismo que por establecimiento haya asistido un solo alumno, que 200. Luego, las condiciones de enseñanza propia de cada establecimiento: si el colegio es monolingüe, bilingüe o trilingüe; las edades de los alumnos, el número de horas que reciben semanalmente las materias, etc.
Debemos suponer, además, que las pruebas así como los resultados son confiables en tanto son completamente transparentes. Por parte de las autoridades, debemos confiar en que no ha habido fuga de información previa sobre los contenidos y en cuanto a los centros educativos, que se ha enviado a todos los estudiantes con los conocimientos que efectivamente son parte del aprendizaje diario.
A fin de cuentas, ¿qué criterios definen que una institución, un país, una ciudad, una persona, sea considerada mejor que otra? Mucha tela que cortar al respecto.
Lo cierto del caso, con o sin listados, quienes andamos por los rumbos de la academia y también quienes no, sabemos que la educación en nuestro país está muy mal, y que este hecho, de manera independiente al colegio, escuela e incluso universidad que quiera evaluarse, no es una situación aislada, sino el resultado de una política de Estado que viene gestándose y afianzándose desde hace mucho tiempo.
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