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Imelda Florencia Vicente Quiej, 45, originaria de Momostenango, Totonicapán. Maestra de profesión y defensora de derechos por vocación. Emma Gómez

«Si feminismo es promover la equidad, eso hago todos los días»

«Los políticos usan a las mujeres en cada campaña, por ello en la formación política que damos, hacemos referencia del poder del voto femenino»
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«Si feminismo es promover la equidad, eso hago todos los días»

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Cuando tenía solo siete años, Imelda perdió a sus padres. Era la época del conflicto armado interno. Su lucha contra las injusticias inició poco tiempo después, en su natal Momostenango. Imelda Florencia Vicente Quiej, de 45 años, es una mujer indígena maya hablante que lleva más de 28 años ayudando a mujeres de su comunidad.

«Quizá fue el destino lo que me tiene acá, liderando la Red de mujeres indígenas de mi municipio. Quiero que las mujeres sepan que es posible tener acceso a nuestros derechos», explica Imelda. No sabe cuál es la definición de feminismo, pero si este término es ayudar a las mujeres y promover la equidad de género «eso es lo que hago todos los días, desde mi casa, mi trabajo y mi comunidad», responde.

La agenda de Imelda es ocupada pues además de criar a sus hijos y dar clases, organiza capacitaciones de formación política y de emprendimiento. Asegura que la educación es la ventana para que las mujeres logren tener una vida digna y dejen de sufrir violencia.

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En la red capacita a más de 50 mujeres por año y da acompañamiento a sobrevivientes de violencia. Imelda vive en el barrio Patzité, en Momostenango, Totonicapán.

En ese departamento el delito más denunciado es violencia contra la mujer. Cada año se reportan más de 750 denuncias de este tipo.

«Los políticos usan a las mujeres en cada campaña, por ello en la formación política que damos, hacemos referencia del poder del voto femenino», enfatiza Imelda, quien además se considera activista y defensora de los Derechos Humanos.

Es maestra y ha trabajado en la Academia de Lenguas Mayas y en otras instituciones. Aprovecha cada espacio para hablar en idioma k’iche’. Asegura que la mayoría de las mujeres solo dominan su idioma materno, los servicios básicos como salud, educación y justicia les son restringidos por esta razón.

«Las mujeres, todas, merecemos ser escuchadas y atendidas», asegura.

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