Revista de prensa 1-3-2013

Carol Zardetto reflexiona sobre el cuadro El origen del mundo, del pintor francés Gustave Courbet, que salió publicado en elPeriódico en la columna de Rozina Casali. Un lector escribió que ese día tuve que ocultar el diario de sus hijos para que no vieran semejante aberración. Entonces, Carol se pregunta. ¿Por qué le tenemos tanta aversión a la desnudez? El cuerpo humano es natural. Existe. Vivimos con él cada uno de nuestros días. ¿Por qué entonces nos espanta? ¿Por qué tenemos que vestirlo, ocultarlo, reprimir cualquier expresión de su existencia desnuda? Pareciera ser que la normativa social nos ha llevado a la penosa situación en que cualquier representación del cuerpo humano es un acto de prostitución y, por tanto, censurable. ¿Pero es el cuerpo desnudo a quien se debe condenar? Y concluye, diciendo tristemente que: qué lejos está la humanidad de sus orígenes, cuando instrumentos de culto tenían representaciones de enormes falos, o senos femeninos, invocando la fertilidad, los templos hindús y los chinos abundaban en imágenes de cópulas y celebraban la unión orgásmica de los seres. Qué pena que el lector de elPeriódico se afane tanto en ocultar de sus hijos la imagen de un cuerpo femenino desnudo, pero no tenga pudor alguno en que se enteren de que un niño de diez años asesinó a sangre fría a un taxista.