Prevención, información y calma

A nivel personal, por ser estudiante y ante el cierre de las universidades, la petición del Gobierno italiano de quedarse en casa (#IoRestoACasa) es una medida que estoy cumpliendo con rigor. La idea es evitar todo lugar en el que pueda contagiarme, sea del coronavirus o de otro tipo de enfermedad, para que los más vulnerables o de condición delicada puedan recibir una atención médica pronta y eficaz. Para salir a comprar o hacer cualquier mandado urgente, tengo que descargar un formulario y detallar el motivo y el lugar al cual me dirijo para presentarlo a la policía en caso de ser requerido.

La cuarentena decretada en Italia, si bien parece una medida extrema, ha sido necesaria porque el sistema de salud italiano se ha visto desbordado y al punto del colapso. Como se ha visto en las imágenes y en las noticias, tanto pueblos como ciudades de Italia parecen abandonados (véase Roma en línea). Las agencias de viajes, los restaurantes y las empresas, sabiendo del golpe económico, con ingresos menores al 70 %, han acatado las indicaciones y están haciendo esfuerzos considerables para colaborar con esta emergencia nacional.

A nivel familiar, muchos italianos que deben asistir a sus puestos de trabajo dejan a sus hijos pequeños con los abuelos. Sabemos que la cultura italiana es hogareña y que en este momento de prueba las familias tienen que confiar en que serán capaces y creativas para que los pequeños sigan con su formación académica.

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La cuarentena, por el momento, está decretada hasta el 3 de abril. Seguiré acatando las normas de las autoridades e informándome de la situación para colaborar en todo lo que esté a mi alcance. Si bien el encierro no ha sido fácil, pienso en las familias que tienen adultos mayores en su hogar o en aquellos que no pueden cumplir el me quedo en casa porque son personas que viven en la calle. Ante este drama, y con los permisos otorgados, algunas organizaciones siguen su labor altruista de asistir a estas personas, incluso llevando los productos de la canasta básica a los adultos mayores que no tienen quién se preocupe por ellos.

Fijando la mirada en mi país, Guatemala, me permito ofrecer dos recomendaciones que pueden ayudar allá.

La primera es evitar entrar en pánico. El miedo puede nublar nuestro buen juicio y provocar reacciones violentas. Más allá del trabajo abnegado y heroico de los médicos y cuerpos de socorro, la prevención depende totalmente de la población, que debe informarse de fuentes confiables y mantener la calma.

Y la segunda, y más importante, sugiero encarecidamente estar pendiente de los comunicados del Gobierno, pero, con más atención, ver y escuchar únicamente información de los médicos especializados. No pierdan el tiempo informándose de youtubers ignorantes e irresponsables o de medios electrónicos que quieren aprovecharse de la situación para crecer en audiencia. Por ello recomiendo el video de la doctora Iris Cazali, jefa del departamento de Infectología del hospital Roosevelt, que nos brinda información valiosa para entender el coronavirus.

Espero que estas líneas sirvan para aportar calma y fomentar la prevención y la información.