Justo en el arranque de ese Gobierno se canceló el convenio de coadministración del Parque Nacional Laguna del Tigre –PNLT–, se disolvieron Centros de Administración ubicados estratégicamente para aplicar las regulaciones propias del área, se disminuyó la presencia del ejército en sitios fronterizos de conocido tránsito de personas y tráfico de todo tipo de mercancías, se disolvieron los mecanismos de coordinación de las instituciones públicas lideradas por la Gobernación Departamental y se redujo la disponibilidad presupuestaria de la Secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional de Áreas Protegidas –CONAP– y con ello su capacidad operativa en esta vasta Reserva. También se vio fuertemente reducido el flujo de recursos financieros provenientes de las Agencias de Cooperación Internacional.
Al final de ese período gubernamental se registró un repunte de la deforestación en los Parques Laguna del Tigre y Sierra del Lacandón y se intensificó el círculo perverso de invasiones-desalojos.
Durante el período gubernamental del señor Berger, los conflictos sociales y las trayectorias de deterioro ambiental se mantuvieron a paso firme en la RBM. Fue en este Gobierno que se desperdició la oportunidad –quizá deliberadamente– de revitalizar la institucionalidad de todo el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas –SIGAP– a través del impulso de la Iniciativa de Ley para la creación del Instituto Nacional de Biodiversidad. Durante este período, el CONAP tuvo una conducción errática, fue señalada de anomalías vinculadas a la aprobación de Planes Maestros. Este período gubernamental terminó con una RBM más debilitada.
Con la llegada del señor Colom al Gobierno, también llegó una ola de atropellos a la institucionalidad encargada de las áreas protegidas. Nunca antes se había asociado tan claramente la destitución de Secretarios Ejecutivos con el deseo de allanar el camino a actividades ilegales dentro de las áreas protegidas. Colom concretó la genial ocurrencia de extender las operaciones petroleras en el Parque Nacional Laguna del Tigre y con ello dejó instalada una carga de dinamita que ha estado destrozando continuamente las esperanzas de revertir todo el caos acumulado en esta zona. Estas circunstancias, además, actúan como fuerza impulsora de un caos con un potencial de alcanzar similares proporciones en el lado noreste de la RBM donde se encuentran las Zonas Núcleo de El Zotz; Tikal, Yaxhá, Río Azul-Dos Lagunas y otros sitios de importancia natural y arqueológica universal como Uaxactún y Mirador.
Presidente Pérez Molina, usted tiene, en los Parques Laguna del Tigre y Sierra del Lacandón, un espejo de lo que puede ocurrir en el otro extremo de la RBM, si reproduce esas mismas condiciones: petróleo, carreteras diseñadas para objetivos contrarios a los objetivos de la RBM, debilitamiento de la presencia institucional, clima de zozobra y confrontación, ausencia de esquemas de participación social acordes a las necesidades tanto de conservación como de uso, entre otras.
Tome en consideración que este círculo perverso de invasiones-desalojos más que una causa de conflicto es el efecto de la ausencia de esquemas de participación social y desarrollo –con escala y continuidad – que bien puede sustentarse en el potencial natural y cultural de la región con miras a que este se mantenga indefinidamente. Esta riqueza natural y cultural tiene el potencial, por ejemplo, de sostener circuitos turísticos que van a demandar servicios y que pueden ser ofrecidos bajo esquemas cooperativos que integren a pequeñas, medianas y grandes empresas. Un esquema que fomente la creación local de riqueza. La seguridad, tan sustancial en este tipo de iniciativas, ya ha sido ofrecida por usted.
Para ello la revitalización de las estrategias de gestión diseñadas para la RBM y la activación de las políticas públicas que ya están formuladas es una decisión fundamental. Aun es tiempo de rescatar el segundo humedal más importante de América, de mantener en pie los últimos grandes bloques boscosos del país, de garantizar la armonía entre estos y los exuberantes y milenarios sitios arqueológicos, de mantener la sanidad de más de 200 lagos, laguna y lagunetas presentes en ese territorio. Si el cambio climático tiene el poder de despertar en usted una inquietud acerca del futuro, tenga la certeza que la protección de los últimos parches verdes de nuestro territorio son centrales en las estrategias de adaptación.
Tenga cuidado cuando sus funcionarios, traicionando el espíritu de la cartera que dirigen y con información falsa, le aconsejan vulnerar las áreas protegidas.
A usted le favorecerá la historia si se separa de esta triada de expresidentes que por sus acciones o sus omisiones contribuyeron directamente a la profundización de los conflictos sociales y la degradación ambiental en los extensos territorios que corresponden a estos dos Parques Nacionales –zonas núcleo de la RBM– y que son parte de un legado milenario que no tiene comparación en el mundo entero. En este asunto también es preciso el Gobierno del cambio.
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