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“Ponete el pantalón, cortá tu pelo”

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“Ponete el pantalón, cortá tu pelo”

Ángel vive en San Lucas Tolimán, Sololá, donde se habla kaqchiquel, pero es oriundo de San Bartolomé Jocotenango, Quiché. Es travesti y trabaja barriendo el piso y limpiando las mesas en una cantina no muy lejos del parque. Se apellida Pérez Andrés. A la escuela fue, pero sólo sacó primero y segundo grados. No le gustó. Habla español y kaqchiquel. Nació en 1979, justo cuando en el altiplano la represión militar crecía en brutalidad al extremo de merecer la denominación de terrorismo de Estado. La familia en pleno huyó cuatro años más tarde. A salto de mata permanecieron en la montaña durante tres años. “Para mí que el susto de andar todo el tiempo escondido en el monte fue lo que lo convirtió así”, dice Óscar, el hermano. “Porque él nació hombre”. El papá consiguió papeles falsos y con ellos trabajó en las fincas de la costa. La familia lo acompañaba. Hasta que alguien les habló de trabajar en Atitlán, que trataban mejor a la gente y pagaban mejor. Es alcohólico, tiene hepatitis y cirrosis. Recién dejó de beber. Vive con el padre y a la vecindad de su hermano. Tienen un molino de nixtamal y se ayudan con la venta del servicio a la gente que quiere moler su maíz. Lo más lejos que ha viajado es a Ciudad de Guatemala. A los 18 años empezó a usar corte y huipil por sugerencia de un amigo que también se vestía así. Sólo a veces lo critican en la calle. También lo criticaban sus hermanos: “Ponete el pantalón, cortá tu pelo”. Tres veces le han cortado el pelo, dice. “Estaba bien bolo y no me fijé”.

Laura Corrales

Estos retratos pertenecen al proyecto DESigualES de Plaza Pública. Conoce más detalles de la historia de Ángel en el libro El país más feliz del mundo, y en esta videoentrevista.

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