Las razones de este tráfico son varias: el aumento del parque vehicular, la poca planificación e inversión urbana, un sistema de transporte colectivo insuficiente y peligroso, etc. Pero también hay que señalar la irresponsabilidad de muchas personas que se conducen imprudente y peligrosamente, infringiendo todo tipo de normas.
Una expresión particular de esta irresponsabilidad la constituyen los padres de familia que llevan a sus hijos al colegio y los recogen [1]. Debido a los lugares donde me movilizo, y en mi propia experiencia como padre de familia, he visto la irresponsabilidad de muchos a la hora de recoger a sus hijos.
Doy algunos ejemplos. El colegio bilingüe El Prado está ubicado en la 28 calle de la zona 11, en una calle auxiliar del Anillo Periférico. Resulta que los padres de familia que van a traer a sus hijos, al no encontrar parqueo cercano en dicha calle, se parquean ¡en el mismo Periférico! y bloquean una entrada que se dirige a la 26 calle.
El colegio Santa Teresita se encuentra en la 22 calle, en la colonia Mariscal, zona 11. Cuenta con algunos parqueos de su lado y enfrente, pero, a la hora de recoger a sus hijos, los padres de familia hacen una doble fila en ambos lados de la calle, con lo que prácticamente bloquean dicha vía.
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El colegio Kindergarten Decroly se encuentra también en la 22 calle de la zona 11, más cercano a la Aguilar Batres. Cuenta con la ventaja de que está en una calle extensa, con parqueo enfrente del colegio y del otro lado de la calle. Además, construyó una pequeña entrada para que los buses y los vehículos recojan a sus alumnos. Pero muchos padres también hacen una doble fila, con lo que disminuyen el espacio de circulación de otros vehículos.
Hablo de estos casos, pero cualquier persona podría dar muchos más [2]. Lo más triste es que estos no son una excepción, sino lo usual. Los padres alegan que llevan prisa, que falta seguridad, etcétera, pero la simple verdad es que son unos irresponsables que parquean mal y que ayudan a congestionar el tráfico.
Entiendo que es muy difícil o imposible que la Emetra y la Policía cubran todos los colegios donde sucede esto, pero una campaña extensa de prevención y de multas podría disuadir a muchos padres que imprudentemente se parquean en cualquier lugar para traer a sus hijos.
Finalmente, existe otra arista menos visible del problema. Los colegios se esfuerzan por dar educación a sus alumnos, pero los padres que actúan así ofrecen un ejemplo que contradice las enseñanzas (escolares, religiosas y de otro tipo). Lo que están modelando en sus hijos es una forma impune e irresponsable de conducirse en la vía pública. Muestran que una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace (cuando conviene). Así se forma un sentido común que, con base en la experiencia cotidiana, dificulta la convivencia y agrava el ya de por sí difícil problema del tráfico.
No es extraño que estas pequeñas acciones irresponsables vayan formando también el material humano que se requiere para vivir en la impunidad y la corrupción ambientales, normales, comunes, en las que vivimos.
* * *
[1] En el caso de los establecimientos públicos el problema es menor, ya que hay menos vehículos. En este sentido, el problema es mayor en capas medias y altas.
[2] Mención aparte merecen quienes, además, llegan a traer a sus hijos con guardaespaldas. Actúan con la misma irresponsabilidad, pero más amenazantemente y con mayor impunidad.
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