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P. Kirby: el caso irlandés es una advertencia para países como Guatemala

En menos de un año, Irlanda pasó de cuento de hadas a película de terror. Las cifras del deterioro son escalofriantes.
El gran capital extranjero puede ayudar a buscar un modelo de desarrollo que pueda satisfacer las necesidades de toda la población, pero no si el Estado se hace sumiso a todas sus necesidades.
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P. Kirby: el caso irlandés es una advertencia para países como Guatemala

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Uno de los más agudos críticos del modelo del Tigre Celta, el profesor Kirby ofrece en esta entrevista con Plaza Pública su visión sobre el “milagro del Tigre Celta” y algunas lecciones para países como Guatemala.

Febrero de 2009. Bertie Ahern, antiguo primer ministro irlandés (1999-2008) acude a un lujoso hotel de Tegucigalpa a exponer las claves del milagro económico del “Tigre Celta”.

Invitado por el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (versión tropicalizada del CACIF guatemalteco) Ahern ilustró a su selecto público sobre las bondades del diálogo social – esto es, a los mismos líderes empresariales que semanas después cerrarían filas respaldando el brutal golpe de Estado de junio de 2009.

Pero entonces todos eran demócratas. Y la expectación era máxima. Hasta la reciente bancarrota del país en 2008, Irlanda era un referente básico para los empresarios de países tropicales, sus representantes políticos y sus cuadros neoliberales.

El fenomenal desempeño económico de Irlanda, decían, demostraba finalmente la superioridad del laissez-faire. Un país abierto, con bajos impuestos, una laxa regulación financiera y un mercado laboral flexible, creciendo a tasas de vértigo. ¡Exuberancia capitalista, libre mercado, prosperidad! Un experimento natural al alcance de quien quisiera verlo. Y sobre todo, un ejemplo para países pequeños y atrasados.

Hasta que dejó de serlo.

En menos de un año, Irlanda pasó de cuento de hadas a película de terror. Las cifras del deterioro son escalofriantes. Entre 2008 y 2009, la economía irlandesa se contrajo en más de un 7%. Para 2012 el desempleo alcanza al 15% de la población (este era de 4.5% en 2005); a pesar de recortes brutales en el presupuesto público y los servicios, la deuda pública no ha cesado de crecer, y representa ya el 108% del PIB; además, se calcula que sólo en 2011 unos 40 mil irlandeses emigraron buscando empleo (en un país de 4.6 millones de habitantes), y muchos trabajadores extranjeros también abandonaron el país.

Y el ex primer ministro Ahern, uno de los políticos peor valorados del país, enfrenta cargos de corrupción en los juzgados.

Para buscar una visión más equilibrada sobre la experiencia de Irlanda, Plaza Pública habló con Peadar Kirby, doctor en economía por la London School of Economics y profesor emérito de política internacional y políticas públicas en la Universidad de Limerick.

Uno de los más agudos críticos del modelo del Tigre Celta, el profesor Kirby ofrece en esta entrevista con Plaza Pública su visión sobre el “milagro del Tigre Celta” y algunas lecciones para países como Guatemala.

¿En qué consistió el milagro irlandés?

Básicamente fue una política de hacer de Irlanda la plataforma para el gran capital de Estados Unidos que quería basarse adentro de la Unión Europea a fines de los años 80. El proyecto de ampliación del mercado interno de la UE dio nuevas posibilidades al capital estadounidense. Otra razón fue la existencia de una mano de obra relativamente más barata y con alta calificación técnica gracias a la gran inversión que el Estado irlandés había hecho en la educación pública durante décadas.

¿Entonces el éxito irlandés no fue consecuencia de las políticas neoliberales?

El boom irlandés fue básicamente un reflejo del boom de la economía de los Estados Unidos. Muchas multinacionales, sobre todo en sectores altamente tecnificados como la informática y las farmacéuticas, vinieron a Irlanda para exportar desde allí a los países de la Unión Europea. El boom del tigre celta se basó en estas enormes ganancias hechas por las multinacionales en Irlanda.

¿Pero qué encontraron estos capitales en Irlanda?

Encontraron un entorno adecuado para ellos porque Irlanda llevaba por lo menos desde los años 60 creando un marco amigable para el mercado. Establecer ventajas para atraer la inversión extranjera fue una política de Estado. Inicialmente ésta incluyó regulaciones muy livianas sobre las actividades de las trasnacionales, una tasa de impuestos muy bajos sobre sus ganancias en comparación con el promedio europeo, y una mano de obra barata y bien formada.

¿Y qué hay del famoso diálogo social irlandés?

Lo que llamamos el “social partnership” fue un intento a partir del año 1987, cuando salíamos de una gran recesión, de institucionalizar los acuerdos entre los sindicatos, los empresarios y el Estado, para garantizar al gran capital extranjero un clima de paz social. Estos acuerdos se renovaban cada tres años y duraron desde fines de los años 80 hasta el colapso de la economía en el 2008. Los sindicatos hicieron estos acuerdos nacionales con los empresarios para garantizar que no iban a hacer huelgas, y a cambio recibieron aumentos anuales de salario, aunque estos fueron muy limitados en comparación con las ganancias hechas por los empresarios.

¿Qué ocurre en 2008?

Que una parte de este modelo, basado en una falta de regulación del mercado, del sistema financiero, colapsó. Cuando Irlanda se hizo miembro de la moneda común en Europa, el Euro, en 2002, esto dio acceso a los bancos irlandeses a mucha liquidez, a mucha plata proveniente de toda la zona del Euro. Entonces el sistema financiero creció exageradamente, los bancos daban préstamos a toda la población, pero especialmente a los constructores de viviendas, que estaban construyendo enormes cantidades de casas y vendiéndolas a precios cada vez más inflados. Se creó una enorme burbuja inmobiliaria.

¿Cómo afectó al país la crisis financiera global?

Cuando ocurre la primera crisis del sistema financiero en los Estados Unidos, marcada por la caída de Lehman Brothers en 2008, se produce un freno de todo el sistema financiero a nivel mundial, y se produce la caída de los enormes bancos irlandeses, que habían otorgado tantos préstamos que no podían cubrir sus balances. Y los bancos corrieron al Estado para que cubriera sus deudas.

¿Cómo se comprende la decisión del gobierno de respaldar todos los depósitos de los bancos?

Con el tiempo se ha demostrado que esto fue un enorme error, un desastre para la sociedad irlandesa y para el Estado irlandés. El problema es que el partido gobernante en ese entonces estaba tan cerca de los banqueros, de los constructores de casas, que negaba la realidad de lo que estaba pasando. Además, recientemente ha salido a la luz pública que los gerentes de los bancos no admitieron al Estado la enormidad, la gravedad de la crisis, y el Estado pensó que garantizando todos los depósitos iba a frenar la caída de los bancos.

¿Cuánto ha costado esta decisión a los contribuyentes?

El entonces ministro de finanzas dijo que éste iba a ser el rescate más barato en la historia, pero al contrario, es el rescate más caro. A día de hoy el Estado irlandés ha pagado unos 65 mil millones de Euros para rescatar a los bancos y tiene todavía pagos similares para diez años más, para salvar al sistema bancario irlandés.

Ha habido tribunales de investigación sobre la corrupción y han salido muchos datos a la luz pública ahora sobre los niveles de corrupción por parte de los políticos y los empresarios. Todo esto muestra los peligros de que exista una relación muy estrecha entre los políticos y los empresarios, sobre todo los banqueros y constructores en el caso de Irlanda.

Una de las críticas fundamentales que tú ya hacías durante el boom era que se estaba desaprovechando la oportunidad de construir una sociedad más igualitaria

Sí, esto es el resultado de un modelo basado en impuestos bajos, que el Estado no tiene recursos suficientes para, por ejemplo, invertir en el sistema de salud, en la educación, en programas para los pobres. Muchas de estas funciones se las dejaron al mercado. En Irlanda tuvimos la gran contradicción de tener las tasas más altas de crecimiento económico en Europa durante todos los años 90, pero también al mismo tiempo una de las tasas más altas de pobreza en la Unión Europea.

¿Cómo se entiende esa contradicción entre alto crecimiento económico y tasas altas de pobreza relativa?

Se explica porque teníamos un Estado que puso toda su atención en las necesidades del gran capital extranjero y muy poca atención, con muy pocos recursos, en las necesidades de los más necesitados de la sociedad irlandesa. Por eso tenemos por ejemplo un sistema de salud pública en enorme crisis, todavía peor ahora por los recortes del presupuesto nacional. Pero aún durante el boom el Estado no obtuvo suficientes recursos para cubrir los gastos o para invertir en un sistema que funcionara. El acceso a la salud es muy desigual en Irlanda, es un gran escándalo para un país europeo.

El milagro irlandés era un modelo basado especialmente en impuestos bajos, y se bajaban cada vez más para atraer más inversión, etcétera. Durante el boom el Estado pudo aumentar sus rentas sin subir demasiado los impuestos, incluso bajándolos, pero cuando terminó el boom los ingresos del Estado cayeron bruscamente. Por eso tenemos ahora este enorme agujero fiscal, que es parte de lo que profundiza la crisis.

¿Cuál es la situación en este momento en Irlanda?

Estamos en medio de una enorme crisis que dura y va a durar muchos años más. Una alta tasa de desempleo, falta de esperanza para los jóvenes, que salen de la universidad pero no tienen posibilidades de trabajo, emigración. Y lo peor es que todavía no se ve la luz al final del túnel. Ya llevamos cuatro años de austeridad, de recortes, de aumento de impuestos a los ciudadanos. Esto es un enorme peso sobre toda la sociedad irlandesa.

¿Se vislumbran alternativas?

La única alternativa que ha surgido es el nuevo presidente francés, el socialista François Hollande, que está poniendo mucha presión para que se balancee la política hacia el crecimiento económico. Pero es muy fácil decirlo y mucho más difícil cumplirlo. ¿Cómo se puede impulsar una política de crecimiento económico en medio de una crisis que es más y más generalizada en muchos países y economías europeas y del mundo?

¿Y qué pasa con la izquierda en Irlanda?

La izquierda ha obtenido más peso que nunca en el parlamento por causa de la crisis. Por primera vez en la historia de la república la izquierda ganó casi la mitad de los escaños en el parlamento en la última elección. Y ahora tenemos un presidente de izquierda por primera vez. Pero es una izquierda muy dividida, éste es el problema. En Irlanda me da mucha pena, tengo que admitirlo, que la izquierda, a pesar de estar más fuerte que nunca en el parlamento, es una izquierda que sólo se opone, que no propone alternativas. Los partidos de la izquierda están jugando un juego sólo de oposición contra el gobierno, y es un juego estúpido.

¿Por qué aparecen tan pocas alternativas al modelo vigente? ¿Por qué seguimos atrapados en formas convencionales de pensar?

En un sentido, cuando se está en medio de una crisis que sólo empeora, no se da el espacio para desarrollar alternativas, esto lo veo en el caso irlandés y más y más a nivel europeo.

Necesitamos mucho más desarrollo de nuevas ideas, de un nuevo modelo del capitalismo, o ir más allá. En un libro reciente hemos planteado un modelo más basado en el modelo socialdemócrata de los países escandinavos como una mejor alternativa, pero reconociendo también que hoy en día tenemos nuevos desafíos, como el cambio climático, el agotamiento del petróleo. Estos enormes desafíos tienen implicaciones para nuestras formas de producir bienes y servicios, de movilidad, de energía.

¿En qué consiste la propuesta de socialismo ético o ecológico que plantean en su libro?

Se trata de buscar un modelo de economía neutral en términos de emisiones de carbón y no dependiente del petróleo barato. Sería necesario producir la mayoría de bienes y servicios más cerca del lugar de consumo, o sea una producción local. Necesitamos también un Estado fuerte para lograr esto. Lo llamamos socialismo porque creemos que no será posible lograr estos objetivos si seguimos con un sistema basado sólo en la búsqueda de ganancias, como en el capitalismo actual. Será necesario un sistema que ponga las necesidades de la sociedad por encima de las de los capitalistas, en ese sentido es una nueva forma de socialismo.

¿Qué puede aprender un país como Guatemala sobre la experiencia de auge y colapso del milagro irlandés?

Yo creo que hay lecciones importantes. El gran capital extranjero puede ayudar a buscar un modelo de desarrollo que pueda satisfacer las necesidades de toda la población, pero no si el Estado se hace sumiso a todas sus necesidades.

El caso irlandés yo creo que es una advertencia de que sólo intentando atraer inversión extranjera como una estrategia total, que fue la estrategia del Estado irlandés, nos lleva al desastre. Esto no estaba metido dentro de una estrategia bien desarrollada sobre cómo podemos aprovechar la inversión extranjera para desarrollar una economía al servicio de una sociedad, una economía en beneficio de la mayoría de la población.

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