Nuestros factores comunes

Y es que cuando la gente se pone a rasgar vestiduras en este sentido no toman en cuenta que no es fácil crear nación en medio de la diversidad.

La diversidad con que contamos como conglomerado social es una de nuestras mayores fortalezas, en esencia, pero nos hace transitar por caminos difíciles desde la creación de tejido social, al diseño e implementación de políticas públicas, la creación de una marca país; no es igual hacerlo en países como El Salvador o Costa Rica por mencionar dos cercanos, que tienen que trabajar alrededor de una población, a hacerlo acá en donde debemos tomar en cuenta los encuentros y desencuentros de 23 pueblos.

De un extremo a otro del territorio nacional (en el sentido amplio y completo de territorio), no comemos igual, no bailamos igual, no velamos a nuestros muertos igual, pero hay algunas cosas que han homogenizado a nuestros municipios, prácticamente en todos hay: canchas sintéticas de fútbol, paredes pintadas con anuncios de recargas telefónicas o Policías municipales de tránsito.

Por razones de trabajo me ha tocado recorrer el país a veces por aire, la mayor parte de veces por tierra, y en los últimos tres años que he podido recorrer y compartir en diversos municipios puedo dar fe de que estos negocios resumen y totalizan una nueva forma de vivir  en la que nos parecemos todos. El negocio de las canchas sintéticas para jugar fútbol cinco, abiertas los siete días de la semana ha dado a todos los pobladores la oportunidad de romper la tradición del fútbol únicamente el domingo y el límite a tener acceso a un equipo de amigos o vecinos que no necesita ser el formal de once integrantes más banca.

La comunicación por celular no hace falta explicarla, ha dado todo un giro sociológico a nuestra sociedad en los últimos diez años; pero la publicidad de las empresas es una cosa aparte. Si alguna vez quiere dar una referencia para que se ubique alguien en un pueblo de los nuestros, no puede contar con la pared pintada con el anuncio de la empresa de telefonía, porque los pueblos están literalmente tapizados de esta propaganda; y acá comparten algo con las canchas sintéticas, también pueden ser vistas desde el aire porque compiten igual pintando terrazas y techos de inmuebles.

Y para cerrar tenemos otro fenómeno social, clonado directamente desde la capital, las Policías municipales de tránsito. Por pequeño que sea el municipio hablando relativamente tendrá un desorden de tráfico garantizado y entonces necesitará organizar un cuerpo de orden vehicular, guardando los colores universales del verde brillante, el plateado y el azul. No sé de qué manera se comporten estos agentes con sus paisanos, pero a los visitantes puedo decir que se les trata bastante bien y se les orienta para salir de esos “aprieta canutos” que forman los autobuses y los mercados municipales.

La modernidad, el mercado y la comunicación nos van homogenizando. Cuando menos socialmente empezamos a girar alrededor de los balones, los teléfonos celulares y los atascos vehiculares.