Lo que sí es posible saber por medio de las mediciones de las precipitaciones en las principales áreas que abastecen de agua la zona  metropolitana, es en qué meses se cuenta con mayor oferta del recurso hídrico. A continuación el dato y una proyección a 2020:

Capítulo I

La lluvia cae

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Capítulo II

El agua busca su cauce

“El agua tiene memoria”, cita una frase popular.  Usualmente el agua escurre por los mismos lugares cada vez que llueve.  A ese drenaje natural por el cual el agua fluye desde las cumbres de la montaña hacia ríos, lagos o incluso directamente al mar se le denomina “cuenca hidrográfica”

Las cuencas hidrográficas son la base que permite que el ciclo del agua ocurra. Cuando una cuenca es mal utilizada o dañada, el ciclo se rompe y por tanto todos los elementos que interactúan en él sufren.  Un ejemplo del alcance que pueden tener las cuencas mal utilizadas, es el problema de cianobacteria del lago de Atitlán. Durante décadas las cuencas alrededor del lago han sido modificadas, se talaron bosques naturales para dar paso a la agricultura. Actualmente, cuando llega la época de lluvias el agua fluye sobre dichas cuencas erosionando el suelo y arrastrándo fertilizantes. Estos químicos ricos en fósforo son el alimento de la cianobacteria y propician su proliferación.

Capítulo III

El ciclo del agua

El agua tiene un ciclo perfectamente equilibrado que funciona en armonía con el planeta. Sin la intervención humana, este ciclo permite que el agua pase de un estado gaseoso a través de la evaporación, hacia uno líquido por medio de la lluvia una y otra vez. El alterar el ciclo produce cambios y alteraciones de todos los elementos que dependen de él.

Capítulo IV

El crecimiento anárquico de la ciudad

El departamento de Guatemala, que carece de regulaciones que limiten y ordenen el manejo y explotación del recurso hídrico, padece todos los problemas derivados de la anarquía en el uso del agua.  El proceso de degradación del recurso se presenta en el siguiente esquema:

Capítulo V

Distintos usos del suelo, niveles en pozos observados durante diez años y consumo en cuencas más importantes en el departamento de Guatemala

El uso de los suelos determina en buena manera la cantidad de agua que se filtrará hacia las capas del subsuelo.  De esta manera los suelos, que en su superficie albergan bosques, permiten cierta recarga, pero la mayor parte del agua que reciben de precipitaciones se evapora, dado que una parte de ésta queda en las copas de los árboles. Otro caso son los suelos utilizados para la agricultura, por ejemplo el café, los cuales por la naturaleza de la planta, permiten una mayor recarga (el riego se tomó en cuenta para la medición de la recarga hídrica en este estudio). Una situación diferente a las anteriores lo representan las zonas urbanas que muestran una mínima cantidad de recarga, en contraste con el agua que se escurre por la superficie (escorrentía superficial).  Esto es debido a la impermeabilización de los suelos gracias al concreto y el asfalto que los cubre. Estos datos se pueden observar en la gráfica "Balance hidrológico de cada categoría de uso de la tierra".

 

La explotación del agua del subsuelo de manera insostenible se evidencia en la información proveniente de algunos pozos trabajados por EMPAGUA en la zona  norte del valle de la ciudad de Guatemala.  Estos pozos captan el agua subterránea.  En el gráfico "Descenso de niveles de agua subterránea en siete pozos monitoreados, acuífero Calizas del Norte (1990 - 2010), zona metropolitana"  se muestra el análisis de diez años en seis pozos, y uno de cinco años en otro pozo del área.  Los datos muestran la  variación del nivel del agua medida en los pozos. La tendencia es al descenso, lo cual indica que se está extrayendo más de lo que el acuífero se está recargando.

 

Las cuencas más explotadas para extraer agua para el uso del departamento de Guatemala son: Las Vacas, Villalobos y Xayá-Pixcayá.  El desglose en porcentajes del uso de las 16 cuencas que abastecen de agua al área metropolitana, se muestra en la tabla "Consumo total de agua por año en las cuencas que conforman la zona metropolitana de Guatemala".

 

Capítulo VI

Agua subterránea y pozos cada vez más profundos

Gran parte del abastecimiento de agua para diferentes usos en la zona metropolitana de Guatemala depende de los recursos hídricos subterráneos (acuíferos).  Estos depósitos de agua han existido por miles de años  y son los que aún nos abastecen de agua.  La problemática surge cuando comparamos la extracción del agua con el ritmo de recarga de los acuíferos. Esto refleja la intensidad en la explotación del recurso, así como la degradación e impermeabilización existentes en las zonas de recarga, a causa de la expansión urbana. A esta velocidad de consumo y crecimiento de la metrópoli eventualmente agotaremos el recurso.

 

Los niveles de los pozos en la zona metropolitana varían entre 25 hasta más de 600 metros de profundidad.  Algunos estudios revelan el descenso de los niveles de los pozos observados en distintos acuíferos. En la cuenca del río Villalobos, ya en la década de los setenta, se había evidenciado la constante disminución de los niveles de agua subterránea, sin que se haya logrado recuperar el almacenamiento. Estudios más recientes en el sector del Ojo de Agua y El Diamante han mostrado reducciones promedio de 9 y 25 metros, respectivamente, para el periodo 1968-1996. No obstante, en ciertos pozos del Ojo de Agua se ha observado el descenso de 13.2 metros en nueve años, mientras que para El Diamante ha sido de 22.5 metros en siete años.

 

El estudio hidrogeológico del acuífero de las calizas de la zona norte, evidencia también la disminución de los niveles de varios acuíferos de la zona.  La siguiente tabla muestra los rangos de profundidad a los que se deben perforar los pozos en las distintas cuencas del departamento.

El crecimiento de la metrópoli y la poca recarga hídrica en esas áreas, se evidencia en el siguiente mapa.  Además se puede observar cómo se relacionan la frecuencia con la que se cuenta con el servicio y el proveedor que lo brinda, de tal forma que los servicios municipales suelen ser más baratos que los privados, pero menos eficientes.  Asímismo existe una relación entre costo del servicio y calidad del mismo.

Capítulo VII

Los números de la metrópoli

Capítulo VIII

¿Qué podemos hacer?

Existen algunas acciones que pueden ser implementadas para empezar a solventar aspectos prioritarios del problema, estas son:  la implementación de plantas de tratamiento de aguas residuales y reforestar áreas específicas para mejorar el estado de cuencas hidrográficas.

Planta de tratamiento de aguas residuales de la

Universidad Rafael Landívar

Priorización de las zonas de reforestación

Con el objetivo de aportar elementos para orientar esfuerzos de reforestación, se priorizaron ciertas áreas dentro de las 37,400 hectáreas inicialmente propuestas, con base en el nivel de mejora de la recarga al pasar a un uso forestal.

 

Este análisis permite determinar en dónde tendrían un mejor balance

costo-eficiencia los esfuerzos de reforestación.  Las áreas de reforestación que más incrementan la recarga son:

 

1. Noreste de las zonas 17 y 18 de Guatemala;

2. Límite entre los municipios de Mixco y Chinautla;

3. Altos de Mixco, en los alrededores de la carretera Interamericana;

4. Límite entre los municipios de Villa Nueva y Amatitlán, en los altos de Bárcenas;

5. Barrancos de la ciudad capital, principalmente en las zonas 11, 13, 15 y 16;

6. Barrancos que bajan del norte de Villa Canales; y

7. Cabeceras de cuenca en el norte del municipio de Fraijanes.

Capítulo IX

Conclusiones

La zona metropolitana se abastece principalmente de agua subterránea para satisfacer las demandas de diferentes servicios (consumo humano,  riego e industria). Existen acuíferos de explotación intensa que durante los años han disminuido sus reservas, reflejándose en la descenso del nivel de agua subterránea. Tal situación requiere, entre otros aspectos, implementar proyectos de reforestación y propiciar la recarga artificial, para favorecer la infiltración. Además, es necesario fomentar el buen uso del recurso y evitar el despilfarro.

 

En la mayor parte de las microcuencas, la extracción de agua es superior a la recarga, sobre todo en la cuencas más urbanas. Es decir, el uso es eminentemente extractivo y eventualmente se agotará.

 

El manejo y explotación del agua del subsuelo del departamento de Guatemala es insostenible.

Esta infografía fue posible gracias  a valiosa colaboración de Nils Saubes y Jaime Carrera del Instituto de Investigación y Proyección sobre Ambiente Natural y Sociedad (Iarna).

 

Para descargar las investigaciones que sirvieron como fuente para este trabajo, haz clic en los enlaces que se presentan a continuación: