No altruistas, mejor responsables y éticos

El altruismo como tal tiene una base egoísta. La mayoría de las donaciones —según algunos economistas que han decidido abandonar el campo de las expectativas racionales e incursionar en el de los sentimientos asociados— son motivadas por la necesidad de una satisfacción interior (quizás una búsqueda del equilibrio en aquellos que siendo desalmados en el negocio, lucen bondadosos en la obra social).

Y es que a nivel individual y calibrando las reacciones ante hechos que debieran despertar humanidad, hay que recordar la frase de Nietzsche: “Al que pide molesta tanto darle como negarle”. Por eso es mejor conversar sobre una visión empresarial y de responsabilidad social en un ambiente que considere esta acción como motivada por intereses empresariales legítimos. Lo contrario suena bastante falso.

¿Qué debe guiar las acciones de Responsabilidad Social Empresarial? A nuestro criterio, el interés por alcanzar niveles de eficiencia a partir del bienestar del recurso humano en temas priorizados como alimentación, salud y educación; alcanzar niveles de sostenibilidad a partir del cuidado y buen uso de los recursos naturales, generar posibilidades de acumulación de riqueza mediante transferencia de capacidades y fomento del emprendimiento, entre otras.

Así como los estudios de los economistas en estos temas han abandonado la rigidez de las expectativas racionales, ahora también se tiende a presentar la ventaja de los hasta ahora intangibles en temas de Responsabilidad Social Empresarial. Por ejemplo, la generación de líderes con valores y principios.

Y es que los líderes con valores y principios son los que aportarán el desenvolvimiento ético que cada vez más hace falta a los modelos consumistas, degradantes y miopes que precipitan —una tras otra y con mayor frecuencia cada vez— las crisis capitalistas.

Los ladrones, psicópatas, traidores, sicarios y cínicos económicos han seguido actuando dentro del sistema con toda impunidad. Es casi concluyente decir que los problemas económicos hoy como ayer: tienen una base y un origen relacionado con la falta de ética. Cuando todos los agentes económicos actúen con ética, presiento que muchos economistas engrosaremos las cifras del desempleo, seguidos por una legión de profesionales diversos.

Para comentarios: lopezbernardo@usa.ne