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Ni corrupto ni ladrón

Tipo de Nota: 
Opinión

Ni corrupto ni ladrón

13 de Enero de 2016

Esta frase fue la que dejó el presidente electo en la historia del mercadeo político chapín. Le quedó como anillo al dedo en el contexto político del momento: todos hartos de tanto exceso y abuso de poder de parte de las autoridades, una población interconectada con redes sociales y un sistema a punto de quebrarse.

La frase campechana carga a su vez una responsabilidad enorme. Primero, porque obliga al presidente a cambiar paradigmas dentro del Gobierno. Además, lo obliga a conocer y a comportarse como los estándares internacionales establecen en materia de transparencia, rendición de cuentas y calidad del gasto público. Pero lo más complicado es que «ni corrupto ni ladrón» no se aplica a él como individuo, sino a todo su gabinete.

Creer que el presidente no tiene responsabilidad sobre las person...

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