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Muy agradecido, ¿oye?

Cuándo le pregunté qué había pasado, el hombre no salía de su asombro. Cómo, después de su sacrificio, después de todas esas noches en vela, después de haber arriesgado la vida contra los mareros, la gente le daba la espalda. ¿Cómo podía un pueblo ser tan, pero tan desagradecido?
Además de masacrar, torturar y desaparecer a la gente y dejaron un país partido en mil pedazos con odios tan profundos que treinta años después aún supuran, también desmantelaron el sistema de justicia, descabezaron a la clase intelectual, fueron por demás negligentes (y absolutamente incapaces) con sus obligaciones de construir un sistema de salud y educación que no permita miles de muertes prevenibles o produzca interminables tandas de analfabetos funcionales.
Tipo de Nota: 
Opinión

Muy agradecido, ¿oye?

01 de Diciembre de 2014
Palabras clave

Estamos metidos en el parqueo de un motel, en un pueblo de la bocacosta. Es uno de esos parqueos de motel en el que podés meter el carro y bajar la persiana para que nadie te vea. Estamos escondidos allí, el fotógrafo, el taxista y yo, mientras afuera el pueblo está en llamas.

Nos tuvimos que esconder en ese lugar, el único lugar seguro que encontramos mientras una turba se aproximaba en nuestra dirección.

Los tres debatimos qué tan prudente es salir y hacer nuestro trabajo. Debatimos es un decir. Mientras yo trato de evaluar los pros y los contras de salir a un pueblo que está quemando vivos a unos mareros y advierte contra la presencia de instigadores de la prensa, el taxista puso la radio para evitar entrar al debate y el fotógrafo ya está afuera del carr...

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