Muere López Fuentes, el primer militar procesado por genocidio

El general Héctor Mario López Fuentes, el primer militar guatemalteco acusado por genocidio y crímenes de lesa humanidad, murió el domingo 18 de octubre como consecuencia de un cáncer terminal, sin haber respondido a la justicia por las violaciones a los derechos humanos de que se le acusaba.

López Fuentes, de 85 años, falleció en el Centro Médico Militar, en donde permanecía internado desde junio de 2011, para evadir la prisión, tras haber sido detenido dos semanas antes acusado de su participación en al menos 400 masacres perpetradas por militares en contra de comunidades indígenas del noroccidente del país en los años 80, así como decenas de desapariciones forzadas y asesinatos.

El fallecido general, quien fue jefe del Estado Mayor del Ejército guatemalteco durante el gobierno de facto del general golpista José Efraín Ríos Montt (1982-1983), el período más cruento la guerra interna que padeció Guatemala, se libró de responder ante la justicia por los delitos de genocidio y deberes contra la humanidad. En junio de 2012, fue declarado “incompetente” física y emocionalmente para comparecer a juicio, por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).

López Fuentes fue el primer oficial de alto rango del Ejército en ser capturado y acusado por las matanzas realizadas por las Fuerzas Armadas en contra de la población civil, durante los 36 años de guerra interna. Luego fueron detenidos el exjefe de Estado de facto, Óscar Mejía Víctores, quien también fue declarado “incompetente” de enfrentar a la justicia por problemas de salud; el general José Mauricio Rodríguez Sánchez, jefe de Inteligencia Militar entre 1982 y 1983; y Ríos Montt.

Solo estos dos últimos han sido procesados.

Según la Fiscalía, López Fuentes, junto a Ríos Montt y el general José Mauricio Rodríguez Sánchez, fueron los responsables de elaborar e implementar los planes militares conocidos como “Victoria 82” y “Sofía”, los cuales contenían las políticas de “tierra arrasada” en las que el Ejército guatemalteco habría basado su estrategia de exterminio contrainsurgente.

En mayo de 2013, Ríos Montt fue declarado culpable de genocidio y condenado a 80 años de prisión, mientras que Rodríguez Sánchez, fue absuelto de los cargos. Sin embargo, diez días después la Corte de Constitucionalidad (CC) anuló el fallo y ordenó repetir el juicio. Después de un tortuoso proceso el último fallo judicial, del 25 de agosto de 2015, ha sido que que Ríos Montt y Rodríguez Sánchez enfrentarán un nuevo juicio, a partir del 11 de enero, en la modalidad de “aplicación exclusiva de seguridad” que implica que el acusado no está obligado a asistir al debate, y que lo debe representar un tutor.