La activación del tablero electrónico revoluciona el accionar de nuestro Congreso, especialmente la dinámica de las votaciones, ya que elimina y sustituye las votaciones breves y secretas por las votaciones nominales registradas. Por primera vez en nuestra historia política todas las votaciones realizadas —por más sencillas que sean— llevarán un registro personalizado de los parlamentarios, el cual estará disponible para la ciudadanía. La implementación de esta ley marca una pauta importante en el actuar político de nuestro Legislativo, pues prioriza y consolida la relación entre los ciudadanos y dicho organismo.
Me parece importante resaltar que dicha iniciativa fue creada e impulsada por un grupo de jóvenes, los mismos que han participado en otros procesos importantes, como la promoción de la Ley de Comisiones de Postulación. Son el mismo grupo de jóvenes que ha llevado procesos importantes de fiscalización y auditoría social, como el acompañamiento para elegir fiscal general y la conformación de la Corte de Constitucional. La iniciativa nace de la misma preocupación de recuperar la institucionalidad en el país y, por lo mismo, su espíritu es promover la transparencia dentro de nuestras instancias públicas y acercar a los ciudadanos a éstas. Me parece un precedente importante, ya que vemos que son los jóvenes los que están creando un nuevo ambiente político y al mismo tiempo inspiran al resto de la ciudadanía a buscar cambios significativos dentro del quehacer político.
El martes tuve la oportunidad de estar presente en el Congreso durante el proceso de aprobación de la iniciativa mencionada. Las organizaciones de jóvenes que impulsaron esta iniciativa también estuvieron presentes para observar el proceso y manifestar su apoyo. Fue un ejercicio valiosísimo de participación ciudadana y fue evidente la fuerza e injerencia que tiene los jóvenes, especialmente cuando trabajan en conjunto para apoyar una causa. Lo que pudimos observar quienes estábamos presentes fue la dinámica de la toma de decisiones del Legislativo y las diferentes fuerzas que intervienen en estos procesos. En su mayoría, vimos un proceso transparente y positivo, ya que la votación para aprobar la iniciativa fue de forma nominal. Sin embargo, en ese momento nos dimos cuenta de que la propuesta que estábamos apoyando era transcendental, pues la dinámica de votaciones —a pesar de ser nominal, a mano alzada— se prestaba a confusiones y manipulaciones. Durante el proceso nos preocupaba ver que en varias ocasiones no podíamos identificar de qué manera votaba un diputado ni si su manifestación era clara.
Es importante resaltar que durante la aprobación de esta iniciativa resaltaron los diferentes liderazgos positivos y negativos de nuestro Congreso. A pesar que su aprobación fue unánime con 119 votos a favor y ninguno en contra, durante la discusión de los artículos varios diputados manifestaron o razonaron su voto. Fue durante este debate que pudimos observar las intenciones de los diputados: quiénes sí apoyaban el espíritu de la ley y de quiénes preferían el juego político. Dentro de los liderazgos positivos encontramos a diputados que han estado promoviendo procesos transparentes y que se han acercado a la ciudadanía para trabajar en conjunto. No obstante, durante el espacio de discusión también pudimos observar que siguen existiendo legisladores importantes que se oponen a la trasparencia a pesar de su voto a favor. Muchos usaron este espacio para tratar de descreditar la iniciativa, resucitando rivalidades internas y partidarias. Lo más preocupante es que varios de estos liderazgos perniciosos aspiran o han aspirado a conformar cargos importantes o claman ser defensores de la transparencia.
Me parece importante exponer estas actitudes contraproducentes ante el resto de los ciudadanos, ya que no todos pudimos estar presentes. Estas situaciones no deben pasar desapercibidas, pues los ciudadanos tenemos el derecho de conocer la gestión de aquellos que escogimos ser nuestros representantes. También tenemos la obligación de exigirles a nuestros parlamentarios que no caigan en los juegos sucios de política y que siempre lleven su gestión de la manera más eficiente y transparente. Por eso, es tan importante la batalla que hoy ganamos con la aprobación de la iniciativa 4323, ya que ésta nos permitirá conocer la gestión de nuestro Legislativo. Los diputados y diputadas ya realizaron su labor al aprobar esta importante ley, ahora nos toca a los ciudadanos realizar el nuestro y utilizar los insumos que nos proporciona.
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