En este estudio, Dal Bo, Finan y Rossi demuestran que mayores salarios en el sector publico logran atraer personas más y mejor capacitadas. Más aun, estas personas tienen un nivel igual de motivación y espíritu para trabajar en el servicio público que personas menos capacitadas. Aunque parece obvio, este trabajo es impresionante en varios sentidos. El primero es que todo se basa en resultados de una evaluación experimental a gran escala que asegura que los resultados son objetivos, no están sesgados y no hay problemas de identificación. De forma resumida los autores convencieron al gobierno Mexicano (NO SE COMO LO LOGRARON!) de ofrecer dos salarios distintos en 167 municipalidades Mexicanas para un mismo tipo de trabajo. Las diferencias salariales eran importantes. En una oferta el salario mensual era de aproximadamente $400 dólares mientras que en otras el salario era únicamente de $300 dólares. Después de anunciar los salarios, las distintas hojas de vida de personas interesadas fueron recibidas, se contactaron a los candidatos y se les realizaron diversas pruebas de inteligencia y características de su personalidad. Finalmente, dentro de los mejores candidatos en cada municipio que cumplieran los requisitos necesarios se les ofrecieron el trabajo a un grupo aleatorio de ellos.
Segundo, el trabajo responde a una pregunta que los economistas han tenido y no habíamos podido resolver desde hace bastante tiempo. Aunque era obvio que mayores salarios atraen personas más y mejor capacitadas no es obvio que estas personas sean aptas para trabajar en el sector público. En particular, la mayor preocupación es que estas personas no necesariamente tendrían la motivación suficiente para trabajar en el gobierno y por el bien de la sociedad. Con pruebas que incluían medias de integridad, inclinaciones sociales y motivación de trabajo en el sector publico lograron demostrar que las personas que lograban atraer con el mayor salario estaban tan o mejor motivadas que las otras. Finalmente, los autores muestran que la tasa final de aceptación de trabajos aumenta con los mayores salarios y que estos logran disminuir las diferencias en tasas de contratación en los municipios más pobres y con mayores desventajas.
La pregunta que queda abierta después de leer el trabajo y que posiblemente podrán resolver los autores en un futuro es si efectivamente estos candidatos con mejores credenciales obtienen mejores resultados laborales. En particular sería interesante verificar si estas personas con mejores hojas de vida, mayores niveles de inteligencia y mejores características personales logran efectivamente disminuir los niveles de corrupción, alcanzar mayores niveles de eficiencia y en últimas brindar una mejor atención y prestación de servicios a sus comunidades.
A pesar de esta duda importante que aún falta resolver, estos resultados iniciales son muy interesantes y podrían en principio extrapolarse a nuestro país. Las municipalidades que se escogieron en México para el experimento eran las más pobres y con los mayores niveles de violencia asociadas al tráfico de drogas en ese país. A pesar de esto, los mayores salarios lograron aumentar tanto la postulación como la aceptación de cargos públicos de personas más capacitadas. En Colombia los municipios más pobres y más violentos tienen una menor calidad de servidores públicos. En el caso de los docentes, por ejemplo, esto es claro. Los docentes en las regiones más pobres, apartadas y violentas del país tienen menores niveles de educación y experiencia. Por lo tanto, si el gobierno quisiera realmente mejorar la calidad de los servidores públicos en zonas más marginadas y con mayores problemas sociales la estrategia planteada en el estudio citado podría ser efectiva. Quizás, si se ofrecieran bonificaciones adicionales importantes a aquellos candidatos excepcionales que acepten ir a zonas difíciles y alejadas se podría mejorar las características de los servidores públicos en estas zonas. Idealmente, se esperaría por tanto que el trabajo y los servicios finalmente prestados a la población residente en dichas regiones mejoren también y por lo tanto las brechas de inequidad y pobreza en el país comiencen a reducirse poco a poco.
* Publicado en La Silla Vacía, 29 de abril.
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