En la obra de Graves hay una referencia sobre Patroklo y Aquiles, de hecho los 24 libros se recitaban oralmente bajo el nombre del poema “La ira de Aquiles”. Homero como legatario de los bardos en la corte Minoica prefiere las glorias de Cnosos y Micenas en vez de los campamentos de sus nuevos amos griegos. Al parecer, Homero se inspira en el poema babilónico de Gilgamesh para contar la historia de Aquiles, sustituye al mismo Gilgamesh por Aquiles, a Ninsun por Tetis y a Enkidu por Patroklo. Graves dice que “Héctor era el título para los reyes tebanos antes de la guerra de Troya y Aquiles era también un título más que un personaje histórico”. Homero se mofa en su poema de las costumbres bárbaras de los griegos en relación a la cultura minoica y adora a la gran Diosa que fue anterior a los dioses olímpicos. La gran diosa es subordinada después a Zeus aqueo y se convierte en Hera.
Desenterrar concepciones religiosas anteriores y subyacentes al pensamiento heleno es interesante. Pero lo determinante de su estudio radica en la concepción que los antiguos tienen sobre la valoración completa del sujeto: si sus acciones, y sobre todo, sus acciones en los momentos determinantes (como al enfrentar la muerte) son heroicas, entonces la valoración es positiva indistintamente de falencias morales y ´demonios ocultos´ de cada individuo. La clave del juicio moral sobre el hombre libre no era la sumatoria de sus inclinaciones oscuras sino la capacidad para ´dominarlas´ y aplicar sobre ellas, un orden, una economía y una estética.
No así el mundo una vez cristianizado. La misma comparación que en el artículo anterior hemos realizado sobre Patroklo y Aquiles en términos de la figura del Therapón puede hacerse con la obra de los cantares del Mío Cid Campeador. Mientras que Aquiles (un héroe pagano) se resiente con Agamenón y Grecia por una supuesta ofensa y deja la lucha, el Cid (un héroe cristiano) se decide a luchar por Alfonso VI y Castilla tras haber recibido no solo una ofensa a su honor, sino un verdadero expolio. La cuestión del thérapon griego podría tener un equivalente en el Antiguo Testamento en la institución del shaliah, un enviado (especie de embajador personal) con una misión concreta a realizar en representación del mandante. Se ha querido ver en esa institución del shaliah a un precursor del apóstol cristiano. Sin embargo, en el hebreo antiguo también existe el término hebed, que significa siervo y su plenitud de aplicabilidad se encuentra con el llamado siervo de YHWH que aparece en Isaías. Es interesante que, aunque la homoerótica propia del mundo heleno no se encuentra entre los hebreos, el término en el hebreo moderno para referirse la noción de ´amigo-a´ y además, ´novio-a´ sea la palabra ´haber-habera´. Muy cercana a la forma del hebed.
El problema cristiano es, (expresado en su propia narrativa) quitar el corazón duro de piedra y transformarlo por un corazón ´suave de carne´ donde la ley divina pueda estar escrita. De aquí en adelante entonces, el juicio sobre los hombres no hará énfasis en lo glorioso de sus acciones sino en la pureza de su corazón (aunque sus acciones puedan ser de hombres mediocres o de moral esclava). De ahora en adelante, la nobleza y la pureza del corazón será un calificativo importante para medir el talante de los hombres. Una narrativa fantasiosa pero útil y hermosa para explicar esto es la leyenda de Arturo. Un niño fue quien logró sacar la espada de la piedra, y no cualquiera de los caballeros que por derecho de sangre reclamaban el reino. Y a su muerte, al ver que nadie de sus cercanos era digno (de corazón puro) Arturo lanza a Excalibur al río, antes que caiga en manos inicuas.
Hoy la categoría de ´naturaleza humana´ o ´corazón puro´ es inútil, sobre todo ante el saber moderno que pide modelos para controlar la conducta a raíz de modificar las condiciones materiales.
Pero aunque silvestres y literarias, estas formas antiguas son útiles cuando se quiere medir y entender las cruzadas morales de líderes políticos: Aquellos que pelean de forma imperativa moral la guerra contra el mal, las drogas, los cárteles o, gritan a los cuatro vientos el haber descubierto ´nuevas formas de combate´ pero, en definitiva, su corazón sigue sirviendo a Morgana.
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