Pero sólo es cuestión de medio escarbar las telarañas que cubren el evento para descubrir que, lo que se llamó independencia, fue un acto de apropiación ilícita de la fuerza de trabajo y de los bienes despojados a las masas de indígenas esclavizadas por parte de aquellos criollos que, hasta entonces, ejercían de intermediarios del poder colonial.
Como era de suponer, en una sociedad donde todo era organizado y controlado desde el púlpito, la mayoría de los llamados Próceres eran profesionales del culto y la oración, y los que no lo eran se sometían a la doctrina porque así obtenían mejores beneficios económicos. De allí que casi 200 años después, el país sea uno de los pocos que se comporte, sometido a las creencias cristianas, como cualquier sociedad regida por la Sharía musulmana. Además, el uso personalista e individualista del poder se explica muchas veces desde la perspectiva religiosa, argumentándose que estamos como estamos porque Dios así lo ha querido y dispuesto.
La lucha que tuvieron que librar para intentar modernizar el país los que para entonces no eran conservadores fue tenaz y violenta, convirtiendo a la para entonces Capitanía General de Guatemala en un campo de batalla fratricida. La élite comercial, política y religiosa que residía en lo que ahora es ciudad de Guatemala quiso seguir dominando y explotando a los grupos de las otras provincias, lo que produjo no sólo los levantamientos armados sino, finalmente, la ruptura en cinco micro países que, desde entonces, condenaron a sus poblaciones a mal vivir y enfrentarse entre ellas. Poco faltó, además, que por la voracidad, ambición y falta de sentido de nación de esa élite Guatemalteca no se creara en el occidente un sexto Estado (de los Altos), tal y como varias veces se intentó en lo que hoy es Quetzaltenango.
Los conservadores no sólo impidieron y socavaron cualquier intento de adaptación del país a la modernidad sino que, luego de quince convulsos y violentos años impusieron su régimen, cuyo gobierno tuvieron que poner en manos del por ellos también detestado Rafael Carrera, quien lo hizo satisfaciendo los intereses de esa oligarquía criolla pero enriqueciéndose rápidamente.
Y si fue hasta en 1859, aún en el régimen conservador de Rafael Carrera, cuando se establece legalmente la República de Guatemala -dejando de ser un Estado perteneciente a la nunca efectiva República Federal de Centro América- las condiciones republicanas sólo vinieron a darse con la Revolución Liberal (1871) misma que, aunque plagada de excesos autoritarios, aportó los fundamentos para el funcionamiento mínimo del Estado republicano que hoy tenemos.
Pero la libertad de decidir como pueblo soberano ha sido más complicada, las grupos pseudo liberales que en su momento se enriquecieron al apropiarse de los bienes expropiados a la Iglesia pronto se comportaron como la vieja oligarquía conservadora, haciendo ineficaz e ineficiente la ruptura de la dependencia comercial y política que hasta entonces se tenía de la Gran Bretaña pues, en su incapacidad para ser productiva, pronto la alianza con Estados Unidos se tradujo en la enajenación no sólo de bienes sino de intereses en su favor.
Si cuando para los inicios de la época Liberal (6/04/1875) Guatemala tuvo la hidalguía y clarividencia continental de ser uno de los países que reconoció a la República de Cuba presidida por Carlos Manuel de Céspedes, y brindar su apoyo y asilo a los dirigentes cubanos que, por cierto, fueron muchos de ellos docentes y directores de las recién creadas instituciones públicas de educación, hoy, por el contrario, nuestras autoridades salen raudas y veloces a pronunciarse en favor de invasiones supuestamente punitivas contra naciones soberanas, simplemente porque los sectores conservadores norteamericanos así se los exigen. Si en 1875 Guatemala, finalmente independiente, era actor esforzado de la unidad centroamericana y defensor de la independencia de los pueblos aún colonizados, hoy, como en la época conservadora, nuestros dirigentes hacen gala de servilismo y dependencia. ¿De qué independencia estamos entonces hablando?
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