Puede ser la palabra oral, la visual o la escrita. Esta última encuentra en los libros su principal fuente de vida. Por ello, en tiempos de pandemia y distanciamiento, la realización de la XVII Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua) 2020 en formato virtual es un enorme acierto. Es y promete ser la cita anual con la palabra impresa que tanta falta viene haciendo.
En los libros tenemos como sociedad una fuente valiosa de la historia, esa que nos pone sobre el tapete cómo la fuerza de seguridad llamada a proteger a la ciudadanía actúa en contra de esta. En la profusa producción de las editoriales guatemaltecas se podrá encontrar material sobre el análisis histórico del comportamiento de las fuerzas de seguridad —civiles y militares— y la razón de ser de los procesos de reforma. En esos y otros textos se puede hacer una revisión de las conductas de la extinta Policía Nacional (PN) en tiempos de Germán Chupina Barahona, a finales de los años 70.
Un repaso a la obra de Miguel Ángel Asturias podría llevarnos a releer El señor presidente. Dicho texto perfila el esquema dictatorial desde la presidencia de la república. Asimismo, pinta la arbitrariedad en las instituciones de seguridad y el uso de estas como fuerza de choque y de agresión contra el ejercicio de derechos.
Los textos que analizan y revisan la actuación policial en los años del terrorismo de Estado serán un referente sobre por qué era indispensable la formación de una fuerza de policía profesional, apegada a los principios de formación, selección y carrera como ejes de control democrático. Las publicaciones que analizan los resultados del desmantelamiento de la Policía Nacional y la creación de la Policía Nacional Civil (PNC) podrían dar luces sobre la necesidad de un nuevo proceso de reforma que recupere la garantía de que esta entidad responde a los estándares internacionales y a la doctrina policial en democracia.
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La lectura es un ejercicio esencial para contar la historia y entender por qué esta no debe repetirse. La arbitrariedad y el desborde funcional de las fuerzas de seguridad, civiles y militares, significaron la comisión de genocidio en Guatemala. Llevaron al Estado a convertirse en criminal, torturador, violador y genocida. En los años en los que la actuación ilegal del Estado fue la constante, más de 200,000 personas fueron asesinadas y cerca de 50,000 fueron detenidas y desaparecidas. Abundan los textos que documentan estos extremos y que evidencian la necesidad de mantener las actuaciones de las fuerzas de seguridad en el marco de la misión para la que se crearon y con apego al Estado de derecho.
Hay textos que pasan revista a la historia reciente y a su relación con el pasado. Analizan los fenómenos de la corrupción y la impunidad. Por ejemplo, ¿cómo se afianzaron los cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad (ciacs) en el Estado?, ¿de qué manera estos evolucionaron hasta formar parte de la arquitectura del Estado y capturarlo?, ¿cuál es el origen de las familias que concentran el poder económico?, ¿cuáles son los métodos que las llevaron a ello?, ¿de qué manera estas élites se han adueñado del Estado y controlan —con derecho a voto y veto— importantes espacios de decisión política?
Leer para contarla. De eso se trata. De no olvidar, de buscar la información, de analizarla con ojo crítico y de entender entonces por qué es necesario rechazar, con toda la contundencia, la corrupción, la impunidad, el abuso y la arbitrariedad. Los hechos del sábado 21, cuando las fuerzas de seguridad, en particular la fuerza élite de la Policía Nacional Civil (PNC), agredieron a los manifestantes pacíficos en la plaza central. Y luego esas mismas fuerzas, al mando de sus autoridades y del viceministro de Gobernación Carlos Franco Urzúa y del titular de esa cartera, Gendri Reyes, realizaron cacería de ciudadanas y ciudadanos para culparlos de los daños al edificio del Congreso. Leer para contarla significa también revisar las actuaciones del Ministerio Público, el que dirige Consuelo Porras Argueta, quien habría instruido procurar la mayor reacción judicial contra las personas sindicadas. Un intento en el que fracasó pese a su empeño.
Leer para contarla es buscar, en el acervo disponible en Filgua Virtual 2020, los textos que nos ilustren sobre la historia, nos permitan interpretarla y nos den las luces suficientes para transformarla.
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