El 29 de mayo recién pasado nos fue noticiado que los alumnos de Ingeniería Forestal Fredy Rodríguez y José Armando García (del campus San Pedro Claver) habían participado en la gran final del concurso Joven Emprendedor Forestal en la ciudad de México. En esta justa contendieron los ganadores de varios países latinoamericanos. Ellos lo hicieron representando a Guatemala.
Joven Emprendedor Forestal es un concurso que se lleva a cabo anualmente y que es promocionado por Reforestemos México, organización no gubernamental que tiene como objetivo incrementar la cobertura forestal de México apoyándose en aportes de la iniciativa privada y de otras ONG.
De acuerdo con los organizadores: «En Reforestamos México, A. C., desarrollamos programas e iniciativas que logren bosques y selvas más sustentables y competitivos a través de la generación del nuevo talento forestal que el mundo necesita. Creemos en el potencial de los jóvenes y para ello formamos alianzas entre sociedad civil, empresas, Gobierno, instituciones académicas y organizaciones varias que nos permitan impulsar y reconocer este talento». Y el programa Joven Emprendedor Forestal tiene como objetivo «fomentar el emprendimiento en estudiantes de carreras forestales en Latinoamérica. Esto se lleva a cabo a través de la suma de los conocimientos técnicos forestales y la capacitación de docentes y estudiantes para complementar los proyectos de emprendimiento e innovación en beneficio de los bosques y selvas latinoamericanas».
El camino recorrido por Fredy Rodríguez y José Armando García fue largo. Comenzaron a nivel de facultad cuando se abrió el concurso. El certamen fue promocionado entre los estudiantes de Mercadeo Forestal, quienes formaron 12 grupos que presentaron proyectos de innovación utilizando como base recursos forestales. Contaron con el apoyo de sus docentes, la magíster Shuandy Alvarado y el licenciado Yusel Llerena. Luego se compitió a nivel nacional. En esta categoría fueron escogidos como los mejores. Finalmente participaron a nivel latinoamericano para competir contra cuatro proyectos de México, dos de Ecuador, uno de Paraguay y otro de Colombia. Los estudiantes estuvieron en la ciudad de México del 23 al 29 de mayo. Allá expusieron su iniciativa y lograron captar la atención de la comunidad científica internacional.
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Según el coordinador de la Facultad de Ciencias Ambientales y Agrícolas (en el campus San Pedro Claver), el ingeniero Roberto Waldemar Moya: «El proyecto de los estudiantes es denominado “Sistema Electrónico de Registro Forestal" (SER Forestal); consiste en una aplicación (app) para teléfono o táblet mediante la cual se pueden ingresar los datos provenientes del levantamiento de un inventario forestal, procesarlos y generar salidas electrónicas en tiempo real que pueden ser utilizadas para alimentar informes del estado o condición en que se pueda encontrar una plantación forestal. Es importante mencionar que este tipo de tecnología no se había utilizado en el medio nacional, y su funcionalidad puede extenderse a distintos usos en bosques naturales del país y de Latinoamérica».
Indudablemente, estamos en consonancia con el llamado que desde la Encíclica Verde nos hace el papa Francisco.
El numeral 2 de Laudato si’ —la Encíclica Verde— reza: «Esta hermana [la hermana tierra] clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso entre los pobres más abandonados y maltratados está nuestra oprimida y devastada tierra, que “gime y sufre dolores de parto” (Rm 8, 22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2, 7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura».
Así atendemos el llamado al cuidado de la casa común desde nuestro contexto verapacense.
Gracias, alumnos. Gracias, profesores.
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