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La panza no la perdonó

Tipo de Nota: 
Opinión

La panza no la perdonó

02 de Agosto de 2016

Para las vacaciones íbamos a una finca en el sur del país. Había que pasar por un camino de tierra de una hora de trayecto (donde luego aprendí a manejar auto) y atravesar un río para llegar a una casa con techo puntiagudo y cuatro corredores. Arquetípicamente, una vivienda de campo.

Por las noches llegaban los trabajadores y sus hijos a ver en una televisión en miniatura los programas de los canales nacionales. Se veía mal. En blanco y negro. A veces ni se escuchaba, pero allí nos tirábamos todos, jateados, en el suelo gris.

A pesar de ser amigos, una diferencia saltaba sin poder negarse. Los niños que vivían en la finca andaban siempre descalzos. Y así jugaban futbol. Puntualmente, a las cinco de la tarde empezaba la chamusca —que duraba hasta que oscurecía— en u...

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