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La odisea del desapercibido

Pero, ¿quién habla de los costos de la violencia para el pobre? ¿a quién interesan? Interesan eso sí los costos que alejan la inversión, que venden fantasías de empleabilidad y mejores salarios. Importan los costos que dificultan la competitividad empresarial e impactan el crecimiento económico de algunos. “La violencia le cuesta a cada guatemalteco Q3,640”, indica un titular de prensa. Pródigos en las pérdidas y miserables con las ganancias. Al parecer, la violencia importa sólo cuando afecta el negocio.
Tipo de Nota: 
Opinión

La odisea del desapercibido

14 de Julio de 2013
Palabras clave

Vive sus penurias en secreto. Gente como él o ella no tienen espacio en la discusión pública. Son habitantes del margen, ese lugar donde no hay ciudadanos, sólo nada y muchos nadies. Existen de vez en cuando, abreviados en una estadística, en un voto o en un siniestro XX.

Ahí, en el margen, las historias de asesinatos, abusos sexuales, tiroteos y peleas domésticas son el único “pan de cada día” pues al otro, sólo se le ve de vez en cuando. La promiscuidad circula por los callejones, corretea libre entre covachas y ríos de aguas negras, devorando cuerpos frágiles y arrebatando inocencias. La privacidad no es para los postergados, viven en un espacio extremadamente público, sin reglas urbanísticas, sin cuidado al medio ambiente, salud ni servicios. Pero, al pare...

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